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El nuevo día en Riverdale había llagado, y aunque Verónica ya había hecho planes con su padre para hoy, los había cancelado porque no se permitiría salir a la calle con una mujer como su madre, una mujer que deja a su esposo en la cama para ir a calentar la cama de otro.

—Verónica, mija, ¿estás allí?

—Un segundo, papi. 

La puerta de la habitación de Verónica se abrió dejando ver a una Verónica aún en pijama y con el cabello despeinado. 

—Creí que estarías lista. 

—Como ves, no lo estoy. ¿Ocurre algo? 

—El desayuno está listo, y te estamos esperando. 

—Yo no pienso sentarme en esa mesa, gracias. 

—Verónica, ¿qué pasa? Ayer te levantaste de la mesa muy enojada y no me dijiste qué pasó.

—Lo sabrás en algún momento. Es como una sorpresa. 

—Ya… Mientras esa sorpresa llega, ven a desayunar.

—Pero, que no quiero. 

—¿Ni siquiera para que nos vayamos al día de padre e hija?

—Dijiste que mamá también iría.

—Ya… He cambiado de opinión, y me parece buena tu idea. 

—Entonces dame 10mn y estaré lista. 

—De acuerdo, no tardes. 

El desayuno había sido rápido y en silencio, ninguno de los tres dijo nada, ni siquiera hablaron de lo que había pasado la noche anterior. 

Verónica y Hiram efectivamente habían estado ese día juntos, por lo que Hermione se había quedado sola en casa terminando de organizar unos papeles que necesitaba para el lunes a primera hora. 

Verónica había llegado al Pembrooke, y no había encontrado a Hermione por ningún lado, a excepción de la oficina de Hiram, claro. 

—¿Qué estás haciendo? 

Preguntó Verónica cuando entro a la oficina de su padre y vio a Hermione rebuscar entre los cajones.

—Llegaron temprano. Estoy buscando unos papeles que necesito para el lunes, y que sé que tu padres los debió dejar por aquí. 

—Ya…

Decidió entrar más hacia el fondo y dejar la puerta abierta. 

—¿Hasta cuándo vas a seguir fingiendo? 

Hermione no entendía de qué hablaba Verónica, sin embargo seguía en su búsqueda de los papeles. 

—¿De qué hablas, Ronni?

Verónica dejó que una leve sonrisa se marcara en la comisura de su labio, mientras su mirada se penetraba en la mayor. 

—A ver si te refresco la memoria: ¿esto te suena? Casa, a las afuera de Riverdale, salidas de noche, y vistas clandestinas con otro hombre, ¿te recuerda algo, mamá? 

Hermione sintió su piel helarse, y de repente todo lo que estaba haciendo, lo detuvo, solo para concentrarse en las palabras de Verónica. 

—¿Me has estado siguiendo? 

—¿Tú qué crees? 

—Es mi privacidad, Verónica.

—No cuando lastimas a otros. Papi se va a enterar de la clase de mujer que tiene durmiendo con él.

The Lodge familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora