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COOPER'S HOME

Tal como lo venían haciendo: Betty y Jughead se encontraban juntos en la habitación de la rubia estudiando un poco para los exámenes finales del mes próximo, cuando una idea brillante se le ocurrió a la ya antes mencionada, lo que causó curiosidad en Jughead, ya que Betty no le dijo de qué se trataba, no hasta que llegaron al Pop's. 

—Jug, pues claro, eso es. 

—¿Qué? ¿Has hallado la forma de hacer trampa en los exámenes y así no tener que estudiar? 

—¡No seas tonto! ¿Tienes las grabaciones que le hemos hecho a la señora Lodge durante estas semanas? 

—Pues claro. Siempre llevo mi memoria a todos lados.

—¡Genial! Ven, hay que ir al Pop's

—¿Qué se te ha ocurrido esta vez, Julieta?

—Ya lo sabrás. 

POP'S

—¡Verónica! 

—¡Hey! Betty, Jug, siéntense donde quieran y ya les llevo lo mismo de siempre.

—Gracias, princesa de pelo azul.

—No, Jug, no hemos venido a comer. 

—Pero no está de más una hamburguesa. 

—Hágamos esto: yo le sirvo una hamburguesa al Torombolo, y me cuentan entonces a qué vinieron. 

Jughead y Betty se habían sentado en la barra del restaurante, mientras que Verónica con la ayuda de Pop intentaba preparar una hamburguesa y dos malteadas: chocolate y vainilla. 

—Una hamburguesa con malteada de chocolate para ti, y una malteada de vainilla para ti. Ahora si, cuéntenme a qué han venido. 

—Gracias, V. Quería saber si ya te has visto con el abogado que contrataste. 

—No. Tenemos cita a las 4 y faltan 10mn, ¿por qué lo preguntas? 

—Bueno, estaba pensando en que tal vez tú podrías darle una cuartada al abogado. 

—¿De qué hablas? 

—¿Recuerdas que Jug y yo hemos estado ayudando a tu madre en su campaña? Bueno, pues durante esas semanas hemos estado con ella después de clases, e incluso hemos hecho grabaciones. 

—Ajá… ¿Eso significa…?

—Significa que si tu madre tiene testigos y una cuartada, podría salir libre.

—¡Oh por dios! Es cierto. Cómo no se me ocurrió antes. Betty Cooper, eres una chica genio. Y por eso te mereces un beso. 

Verónica se había acercado a Betty, había tomado la cara de la rubia y le había dejado un corto beso en los labios, para luego quedarse como si nada, mientras que Betty se sorprendió pero no dijo nada, pero Jughead había fruncido el ceño y también había dejado de comer. 

—¿Qué fué eso? 

—Eso, mi querido Jughead, fué el beso de agradecimiento. 

—Ya… Pero no lo vuelvas hacer. 

—¿Celoso? Porque lo deberías de estar, ya que me gustan los rubios con grandes pechos y cabello largo. 

—¿Eh? 

—Era broma, Jug. Solo fué un beso de amistad. Betty te ama a ti, y yo amo a ese pelirrojo que acaba de llegar. ¡Guapo, ven aquí! 

El cuarto en unirse a la banda había sido Archie, que como siempre y de costumbre pasaba por allí a la misma hora para tomar un batido y así visitar a su novia. 

The Lodge familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora