Hermione fue llevada en ambulancia al hospital más cercano de la playa. Sus signos vitales era muy débiles y había perdido mucha sangre, lo cual iba a dificultar el trabajo de los doctores.
— Usted no puede pasar, debe esperar aquí.
— Pero mi esposa me necesita, ella me necesita.
— Le prometo que haremos hasta lo imposible por salvarle la vida, pero debe aguardar aquí.
Los doctores se perdieron sobre el pasillo llevando la camilla donde descansaba el cuerpo de Hermione. Mientras que los demás rogaban a Dios por la vida de ella y del bebé, era muy pronto para que abandonaran este mundo.
— Los disparos no eran para mamá.
— ¿Qué? - Preguntó Hiram confundido -
— Los disparos no eran para mamá, eran para mí. Yo debí estar muerta y no ella.
Solo en esos instantes, Apollonia había recuperado la cordura o quizá no, lo que sí era que, ya no estaba en shock.
— Yo debí estar muerta, SOY YO LA QUE DEBIÓ ESTAR EN ESA CAMILLA Y NO ELLA. TODO ES MI CULPA, NO PUEDE SALVAR A MI PADRE Y AHORA TAMPOCO A MI MADRE.
Sus nervios se habían alterado y sus palabras había alcanzado intensidad, casi que, todo el ala sur del hospital, escuchaba aquellos gritos.
— Hey, cálmate, ¿sí? No es tu culpa. La culpa la tienen esos malditos.
Intentó calmarla Hermosa. Y aunque ser cariñosa y atenta no era de sus fuertes, ante aquella situación, Hermosa demostró ser humana. Le abrazó mientras acariciaba los cabellos ajenos, y observando a su padre le dijo:
— Papá y yo encontraremos a eso tipos y les haremos pagar, te lo prometo.
Verónica se caracterizaba por ser una chica sensible y sumamente preocupada por las personas a su alrededor, sin embargo, su fuerte no fluyó esta vez, pues parecía que Hermosa tenía todo bajo control y se llevaba los créditos.
— Todo va a estar bien, tranquila.
Y así, entre sosobra y angustia, los Lodge tuvieron que aguardar horas en la sala de espera. Hasta que por fin salió un doctor al llamado de ellos.
— Familiares de Hermione Lodge.
— ¡Aquí! Somos nosotros.
— ¿Usted es...?
— Su esposo. Y ellas son sus hijas.
— La señora Lodge llegó en un estado crítico y se nos dificultó mucho mantenerla estable, pero lo hicimos. Extraídos las tres balas, pero ahora todo depende de ella, es ella quien debe aferrarse a la vida. Lamentablemente el bebé no sobrevivió.
— No puede ser. ¿Puedo verla?
— Claro, pero de uno en vez.
— Ah no, usted no me va a decir cuando tengo que ver a mi madre. Ella nos necesita a todos.
— Bien. Pero traten de que si despierta, no se esfuerce mucho. Está muy débil y solo un milagro puede salvarla.
La familia había caminado junta por los pasillos del hospital hasta llegar a la habitación donde estaba la mujer; parte de su abdome, brazo y tórax, estaban vendados, su mano derecha conectada a los medicamentos y su respirar era gracias al oxígeno de la mascarilla.
Hiram fue el primero en acercarse tomando la otra mano de su esposa.
— Mi amor, aquí estamos, todos juntos. Los doctores dicen que de aquí en adelante todo va a depender de ti, tienes que luchar. Sé que te dije que podía con todo, pero no es así, no puedo solo. Necesito a mi compañera, a mi vara de apoyo, a mi amiga y confidente, te necesito.
Hiram aun poseía las manos llenas de sangre y temblorosas por el solo hecho de imaginarse el peor escenario.
— Sí, mamá, debes luchar por tu vida. Yo también te necesito.
— No deberías ser tú la que esté allí, pero quiero que luches un poco más. Necesito agradecerte el que hayas salvado mi vida. Quizá nunca te lo dije, pero, te quiero y mis mejores momentos han sido contigo.
— Hermione, sé que fuimos como rivales por mucho tiempo, pero jamás desee cosas malas para ti, jamás quise verte así. Necesitamos que te pongas bien para que sigas siendo esa cuerda que nos mantiene unidos.
Las máquinas comenzaron a volverse locas; la frecuencia cardíaca de Hermione estaba aumentado. Desde afuera se escuchaba cómo las enfermeras gritaban código azul, y los doctores se apresuraban con el carro de electrochoques.
— ¿Qué le pasa a mi esposa?
— Está teniendo un paro cardíaco. Por favor salgan de la sala y déjenos hacer nuestro trabajo.
— Pero, ¿estará bien?
— Por favor, señor, colaborenos. Señoritas, llévense a su padre de aquí.
Todos fueron evacuados y solo quedaron los doctores con la paciente. Ellos intentarán hacer todo lo posible por salvarla, pero a veces el destino tiene marcado otro camino.
— ¿Hermione? ¿Qué haces aquí?
— ¿Fred? ¿Dónde estoy?
— En un lugar de reposo.
— ¿Lugar de reposo? ¿Significa que estoy... Muerta?
— Lo siento.
— Pero yo. Yo estaba con mi familia, de vacaciones.
En esos instantes, Hermione llevó las palmas hacia su vientre bajo y dijo:
— Hiram y yo íbamos a tener un bebé y todo estaba saliendo bien. No quiero estar aquí, quiero regresar. Mi familia me necesita y yo a ellos.
— Lo lamento, no puedes regresa. La muerte es lo único que el ser humano no ha podido solucionar.
En la sala del hospital, a las 6 y 45 minutos, falleció Hermione Lodge: una mujer que siempre estuvo allí para todos, una mujer esforzada y valiente a la cual nunca le dieron miedo los desafíos, una mujer que fue buena madre, buena esposa, amiga e hija. La buena hierba que sembró, dió sus frutos con grandes recompensas. Y aunque ahora ella ya no hacía parte de la humanidad, su familia siempre recordaría los grandes sagrificios que había hecho. "La vida es un constante sacrificio y más cuando se ama"
La noticia cayó como cubos de hielo sobre la cabeza de Hiram, sentía que una mitad de su alma se iba con ella, una mitad que jamás regresaría, ni siquiera en sueños. Pues desde ese día, Hiram, dejó de soñar.
Comentarios.
Me odiarán por ésto, lo sé, pero todas las historias no tienen un final feliz. Gracias por seguir leyendo. Abrazos.
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The Lodge family
Hayran KurguLa familia más famosa de Riverdale ahora deberá enfrentar uno de sus nuevos dramas, mientras se descubre un secreto que ha estado oculto durante muchos años.