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DÍA DEL JUICIO...

El juicio por los delitos de Hiram Lodge había dado comienzo en las salas penales de Riverdale, donde habían llegado algunos testigos, abogados, la fiscal, el juez, y por supuesto que Verónica y Hermione. 

La primera en hablar acerca del porque todos se había reunido allí, había sido el juez, luego la fiscal, el acusado y por último los abogados.

J: —Inicia la corte. Que pase el acusado, y los abogados. Este caso se trata del asesinato a sangre fría del señor Harry Colins, quien está aquí presente su abogado.

F: —Que pase el acusado al estrado. Jura decir la verdad y nada más que la verdad.

A: —lo juro.

Ab 1: —Cuenta tu versión de la historia.

A: —soy inocente de todo lo que se me acusa. Yo no he cometido ningún asesinato.

Ab 1: —Así que las pruebas muestran algo, y usted dice lo contrario.

A: —Porque soy ¡inocente!

Ab 1: —¡Objeción!

A: —No me voy a declarar culpable porque es falsa la acusación.

Ab 1: —Entonces díganos, ¿qué hizo usted la mañana del sábado justo a las 7:30? 

A: —Yo… Yo.

Ab 1: —¿Usted qué, señor Lodge? No sabe qué decir porque no tiene una cuartada, ¿no es así? Porque usted estaba justo en el río sweetwater pagándole a un hombre para que asesinara al señor Colins y así el día del asesinato estar en el ayuntamiento y que creyeran que no había sido usted. 

Ab 2: —¡Objeción, su señoría! El abogado está para preguntar, no para sacar conclusiones basado en una acusación inútil.

J: —Aceptada la objeción. Abogado, recuerde que su deber hacer preguntas.

Ab 1: —Claro, su señoría.

J: —Y usted, abogado, siéntese. Prosiga, abogado. 

Ab 1: —Dígame, ¿es falso que usted y su esposa tuvieron una discusión cuando se enteró que ella andaba de amoríos con el señor Colins, y que además se fue de Riverdale por unos días?

A: —Eso es cierto. Pero me fui no porque planeaba matarlo, sino porque necesitaba pensar. 

Ab 1: —¿Pensar en qué? ¿En quién haría mejor el trabajo ó en la forma en que lo mandaría a matar? Porque hemos leído alguno de sus correos y en uno de ellos decía algo sobre querer matar al señor Colins.

A: —¿Hackearon mis correos?

Ab 2: —¡Objeción, su señoría! 

J: —Denegada. Abogado, ¿tiene pruebas para esa acusación?

Ab 1: —Claro que sí, su señoría. He impreso el correo donde queda declarado todo. 

El abogado defensor se dirigió a su escritorio y tomó un folder que había dejado minutos más tardes en él. Lo extendió hacia el juez quien inmediatamente lo cogió.

J: —Prosiga, abogado.

Ab 1: —Como puede ver, su señoría, en ese correo aparece un borrado donde el señor Lodge le iba a pedir a alguien que hiciera el trabajo sucio.

A: —Pero no lo hice. 

Ab 1: —¿Entonces dice que usted no, pero alguien más sí?

A: —¡NO! Lo que quiero decir es que yo no lo maté, ni lo mande a matar. 

The Lodge familyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora