33. Amigos y Familia

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—Ahí estamos el día que Mathy llego a casa —señalo Jason la fotografía del álbum que mamá había traído—. La foto la tomo, Steve. Recuerdo que ese día había sido todo un caos, no sabíamos ni que hacer o que decir, pero tu como siempre tuviste las palabras indicadas.

—¿Y cómo es él? —curiosee.

—Es un niño muy alegre —comento con una sonrisa—. La terapia le ha ayudado mucho.

—¿Terapia? —pregunte confundida.

—Si, por lo

—Cariño —mamá entro por la puerta de la habitación—. Hay alguien que te quiere ver. ¿No sé si quieras recibirlos? —por un momento mi cuerpo se tensó de nervios e incomodidad, habían pasado un par de días, pero no me sentía segura con más personas a mi alrededor—. Si no quieres está bien. Ellos no te quieren presionar. Lo entienden.

—No, está bien —acepte con una pequeña sonrisa.

—De acuerdo —la sonrisa de mi madre se agrando dejando ver cuan feliz la hacía verme estar mejor—. Pasen chicos —menciono desde la entrada de la habitación. Por la puerta ingresaron dos personas, un hombre y una mujer.

—Hola Ana, ¿cómo te siente? —pregunto la chica con una pequeña sonrisa tímida.

—Un poco mejor, gracias —respondí.

—Nosotros saldremos —informo mamá tomando a mi hermano de la mano para desaparecer.

—No sabes cuánto me alegra verte —comento aquel hombre mirándome con los ojos más brillantes que había visto, una mirada igual a la de mi familia—. Cuando estés lista y sólo si quieres puedes ir a la torre y prometo ayudarte en lo que necesites. Contratare a los mejores doctores, terapía, incluso inventare algo para que nadie te vuelva a dañar. Si es necesario una armadura que este siempre contigo como un guardaespaldas. Puedes quedarte en la torre le diré a Jarvis que te cuide las 24 horas

—Tony la estas abrumando —mencionó aquella chica.

—¿Son Alex y Tony, cierto? —pregunte un poco confundida.

—Si —respondió ella.

—¿Nos recuerda? —cuestionó él con un deje de esperanza.

—Recordar ahora es una palabra muy complicada, mi mente está muy confundida y agrietada. No sé qué es cierto y que mentira. Hay tantas caras y otras muy borrosas, tantas cosas en mi cabeza que poco a poco mi hermano me aclara. Aquí están ustedes —en el álbum señale la foto de mi cumpleaños donde ellos dos aparecían a mi lado, el me daba un beso y ella a mi otro lado sonreía mientras mi cara era adornada por una gran sonrisa—. Me veo feliz, supongo que su compañía me hacía feliz siempre. Tengo que volver a confiar en las personas, sólo les pido tiempo y que comprendan que no será fácil.

—Tiempo es lo que tenemos —aseguro la chica.

—Y confiamos en ti —afirmo él con una sonrisa.

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—Por fin veo otro color que no sea blanco —mencioné una vez que salimos del hospital—. No lo extrañare para nada.

—No fue tan malo, después de todo —comentó Jason—. No demandaron porque golpeaste a medio hospital.

—¡Jason! —menciono mi madre molesta.

—Si, lo siento, pero en mi defensa

—Hola —una voz masculina interrumpió a mi hermano, gire a mirar a quien se encontraba frente a nosotros.

—Steve —el tono de papá parecía no agradarle aquel chico.

—Perdón que me aparezca así, pero supe que hoy era el alta y quise —él rubio frente a mi guardo silencio mirándome tan profundo que sentía que podría ver mi alma—. ¿Podemos hablar? —me pregunto casi en una súplica.

Libre - Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora