Libre - Segunda Temporada

5. Recuerdos del pasado.

—Tomare una ducha rápida y salgo para ir a cenar —informe a Steve con mi ropa en mano camino hacia mi baño.

—Pregunta —me detuve rápidamente al escuchar la voz de Rogers. Lo mire en espera de que hablara. —¿Si llega tu familia...?

—Papá anda en un caso, mamá esta trabajando —mire el reloj en mi buro —Aunque no tarda en llegar, pero igual no te preocupes. Si alguien llega sólo dile que me estoy bañando. Mira la televisión si quieres.

—No soy un niño —aquel comentario logro que se escapara una risita y entonces así fue como entre por fin al baño cerrando la puerta a mis espaldas.

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—Vamos —tome mi pequeño bolso introduciendo en el lo esencial — Muero de hambre. ¿Qué tal una doble carne con queso? —me relamí los labios de tan solo imaginarla.

—Lo que tú quieras está bien. Soy el que invita está vez —asentí hacia la respuesta de Steve y es que está era su manera de pedir disculpas por el rato amargo de hace un momento atrás.

Ambos bajamos las escaleras de la casa, yo un escalón más adelante que él, mientras sentía su cuerpo a mis espaldas. Mi ceño se frunció al escuchar ruido en la cocina, y es que Steve y yo estábamos solos en casa. Por mi mente pasó que alguien se había metido a casa para robar, pero aquella idea fue descartada cuando la alarma de la casa no se activó. Así que lo único lógico es que alguien de la familia había llegado.

—¿Llegó alguien? —le pregunté a Rogers al llegar al suelo ambos, este solo se encogió de hombros negando saber la respuesta. —Iré a ver quién está en la cocina —le informe a Steve avanzando hacia mi destino. Lo más probable era que fuera mi madre o Kate, por lo tanto, solo me dirigí hacia allá para avisarles que saldría a cenar con Steve. El refrigerador estaba abierto, ocultando a quien buscaba comida en él —¿Si encontraste algo rico? —pregunte cruzándome de brazos. Aquella persona se puso de pie dejándose ver.

—La verdad es que no.

—¿Papá? —mire con una sonrisa al hombre frente a mi.

—Hija —mi padre sonrió de la misma manera.

—Hola papá —avance hacia mi padre con una enorme sonrisa en mi rostro que demostraba cuán feliz estaba de verlo en casa.

—Hola mi pequeña —papá acepto gusto mi abrazo estrechándome entre sus brazos con afecto y felicidad.

—Me alegra que hayas llegado —deje un beso en su mejilla — ¿Cómo te fue? Espero y no tengas un caso por un buen tiempo.

—Yo también lo esperó —papá dejó un beso en mi frente. —Otro asesino tras las rejas.

—Como a todos los anteriores y los que faltan. Que bueno que estes de regreso.

—¿Qué te parece si cenamos algo? —aquella propuesta de mi padre me hizo recordar que en la sala se encontraba Steve esperándome.

—Ohm —pronuncie con incomodidad — Steve está en la sala y bueno...

—¿Estaban solos es casa? —la postura de mi padre cambió a una más seria y autoritaria.

—Solo vine a darme una ducha y cambiarme de ropa. Quedamos de ir a cenar juntos —expliqué —: Pero si lo prefieres podemos ir a comprar algo de comer y cenamos todos juntos —propuse sin problema alguno.

—No, está bien —aseguró mi padre. — No arruinare tus planes. Ve a cenar con Steve, yo prepararé algo. Igual tú madre no debe de tardar.

—¿Estas seguro? —pregunté un tanto insegura y apenada. Él asintió con una pequeña sonrisa. — Está bien. Iré por Steve, ahora vuelvo. —me marche de la cocina para volver a la sala donde Steve se encontraba tal cual donde se había quedado. — Lo siento, es que papá llegó.