Libre - Segunda Temporada

17. Un gran paso.

—Con cuidado —ayude a Steve a tomar asiento en el sofá—. ¿Está bien así?

—Si. Muchas gracias.

—¿Quieres algo de comer? —pregunté yendo a la cocina—. Puedo preparar lo que quieras.

—Ana, no estoy herido ni mucho menos indispuesto. Estoy bien —mencionó con un deje de diversión.

—Sólo me preocupo por ti —le entregué un vaso de agua.

—Me di cuenta —Rogers bebió un trago.

—Creí que ya habíamos dejado eso aclarado y un tanto olvidado.

—Aclarado si —Steve tomó mi mano jalándola para tomar asiento a su lado—. Olvidado no.

—Steve, por favor no discutamos de nuevo por lo mismo —pedí hundiendo mi cara en su cuello—. Ya habíamos aclarado todo.

—Si lo sé —aceptó—. Es sólo que, fue algo estúpido y sumamente arriesgado. Yo de todas formas me iba recuperar

—Tu suero fallo super héroe —salí para verlo con reproche—. Estabas muriendo. No te ibas a salvar sin mi ayuda —sonreí—. Sabes que lo hice porque te amo. Y si, acepto que me arriesgué demasiado, pero es que no medí las consecuencias, sólo quería que tu estuvieras bien.

—Aun así, fue peligroso.

—Tu hubieras hecho lo mismo en mi lugar —aseguré volviendo a mi escondite favorito.

—¿Cómo estas tan segura? —aquella pregunta me obligo a salir de nuevo de mi lugar favorito en el mundo. Miré a Rogers con una ceja alzada.

—¿Perdón? —el rubio sonrió para dejar un beso en mis labios.

—Sabes que daría mi vida por ti.

—¿Y cuál es la diferencia entre tu y yo? —inquirí.

—Que yo te amo más —rodé los ojos.

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—Yo estoy bien mamá —le mencioné por doceava ocasión—: Steve también está bien —me encontraba manejando por la transitada ciudad—. ¿Cómo está todo por allá?

—De maravilla cariño —la voz feliz de mi madre me hizo sonreí—: Nos va muy bien, pero te extraño. Bueno, a Steve también lo extrañamos.

—Igual yo mamá.

—Alguien quiere hablar contigo —mencionó ella. Espere en la línea pacientemente.

—¿Ana? —una pequeña vocecita pronuncio mi nombre.

—Matty —pronuncie alegremente al escucharlo—. Enano ¿cómo estás?

—Muy bien —respondió de manera entusiasta—. Estoy en el equipo de futbol y el entrenador dice que soy muy bueno.

—¿De verdad? —curioseé. Estacione el auto frente al edificio donde vivíamos.

—Si —aseguró—. Te extraño —su voz se apagó de un segundo a otro. Aquello hizo que mi corazón se rompiera.

—Y yo a ti chaparro, pero pronto vendrán así que, ya te voy a ver —maneje la situación de la mejor manera posible, levantando un poco el ánimo. Baje del auto tomando los documentos por los que había ido.

—Si —mencionó feliz. Abrí la puerta del departamento dejando ver que Steve se encontraba en la cocina tomando un vaso de agua. Saludé con una sonrisa que el regreso seguido de un Hola.

—Matty llegue a casa y Steve y yo cenaremos así que debo irme. Pásame a mamá de nuevo por favor enano y recuerda que te amo mucho y te extraño.