4. Celoso

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—Hola guapo —orille el auto a la banqueta donde Steve se encontraba sentado en una banca, baje el vidrio para que el rubio pudiera escucharme. —Sube —con un movimiento de cabeza y quitando el seguro del auto, le indique a mi novio que subiera.

—Me sentí extraño subiendo de esa manera —comentó Rogers a mí lado una vez que puse el auto en marcha.

—¿Cómo un chico fácil? —comenté de manera divertida dándole una rápida mirada.

—Algo así.

~~~

—¿Y a donde vamos? —pregunto Steve a mi lado mirando por la ventana el camino que definitivamente no era conocido para él.

—A comer —respondí con simpleza con mi total atención en el camino.

—¿Puedo preguntar a dónde? —le di una mirada rápida al rubio a mi lado —Bueno es que no es el camino que tomamos comúnmente cuando vamos a comer.

—Iremos a comer con mi mejor amiga.

—¿Tienes una mejor amiga? —pregunto Rogers con mucha, pero mucha incredibilidad. Aquello me tomo por mucha sorpresa, pero en lugar de molestarme o tomarlo mal, solo solté una carcajada.

—No se porque te sorprende que tenga una, pero si, la tengo y es la mejor que existe en el mundo.

—No quise sonar grosero —se disculpo aquel hombre. Negue ante la situación, pues no hacia falta que se disculpara. Steve guardo silencio y por lo que supuse estaba un poco incomodo o a menos eso dejaba ver el silencio que reino en el auto. —¿Hay algo que deba saber de ella o de su amistad?

—Bueno, pues...—solté un suspiro poniendo en orden toda mi información en mi cabeza: —Se llama Alexandra Piaget, pero yo le digo Alex y por regular toda la gente le dice así. Nos conocimos en la Universidad, al principio ella no me agradaba del todo, pero un día le toco sentarse frente a mi y desde entonces somos mejores amigas, ambas sabemos todo la una de la otro. No tenemos secretos entre nosotras y ella es la única persona que me dice la verdad, aunque sea muy dura y cruel, pero me hace volver a la realidad. Tiene 22 años, originaria de San Francisco. Su padre es suizo y su madre americana, hija única. Al inicio de nuestra amistad le gustaba mi hermano, pero cuando se dio cuenta que Jason era un idiota gracias a todos los cielos su enamoramiento por mi hermano se esfumo. Es muy directa, así que no te vayas a sorprender por algún comentario, también esta un poco loca, por lo que lo vuelvo a repetir, no te vayas a sorprender por un comentario.

—Mmh... —fue lo único que comento Steve como modo de asentimiento. —De acuerdo.

—Y llegamos —estacione el auto en la calle frente a la casa de mi amiga. —Bajemos, espero y Alex haya cocinado algo comestible —abrí la puerta de mi lado para salir. Cerré la puerta del auto a mi espalda dirigiéndome hacia Steve. Una vez que llegue a su lado, tome su mano entre la mía entrelazando nuestros dedos, era ese tipo de sensación, a la cual me estaba acostumbrado y cada día me agradaba más. —No te pongas nervioso será más fácil esta vez —Steve se notaba tenso, por lo cual quise animarlo un poco a que conservará la calma, solo conocería a mi amiga, no era algo muy especial. Toque el timbre de la puerta de Alex y espere porque la demente de mi amiga abriera.

—Llegaron! —comentó una Alexandra alegre y emocionada. Su enorme sonrisa hacía ver lo feliz que estaba, mientras aquellos ojos reflejaban toda la emoción de conocer a Steve. —Por favor pasen. Adelante, adelante —con un movimiento hacia su izquierda nos dejó el camino libre. Fui la primera en ingresar sujetando la mano de Rogers para darle más confianza.

—¡Vaya! —exclame al ver lo limpio del lugar. — Hiciste maravillas en el lugar.

—Soy poderosa —comentó ella con soberbia en su voz. — Preséntame —exigió en tono molesto, pero bajo.

Libre - Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora