Prólogo 4/5

158 7 0
                                    

Entonces le tendió la mano y chasqueó los dedos en su dirección. Ella de verdad esperaba que él la agarrara delante de mí.
Mis ojos le retaron a hacerlo.
Si lo hacía, lo iba a placar con fuerza y rezaría para que golpearse la cabeza contra los azulejos le metiese algo de ¡jodido sentido!
Pero no lo hizo.
Rápidamente volvió la cabeza hacia Destiny y susurró. —¿Qué diablos?
No sabía si se estaba haciendo esa pregunta a sí mismo o a Destiny, pero no importaba. Estaba a punto de hacerle saber a todos en la vecindad en general, él mismo incluido, exactamente ¡qué diablos! Para empeorar las cosas, me acababa de dar cuenta de que la Perra del Infierno le había llamado Jons, ¡Jons! ¡Nadie aparte de mí lo llamaba así!
¿En serio está sucediendo esto ahora mismo?
Estaba tan caliente que podía jurar que mis ojos se pusieron rojos. Ignoré todo y a todos a mi alrededor y grité—: ¿Cómo pudiste hacerme esto? —Apenas terminé la oración antes de ahogarme en un sollozo.
— Anna, nena —dijo con una voz baja pero áspera y estrangulada. Levantó las manos como diciendo “no voy a hacerte daño”, y comenzó a andar hacia mí, pero negué con la cabeza.
—¡Quédate bien lejos de mí!
—¡Anna, nena, mierda! Necesito tocarte. —Su voz era ahora frustrada y desesperada. Se pasó una mano por el pelo.
—¿Estás loco? Has perdido el derecho a volver a tocarme. No soy nada para ti ahora, Nick Benett —siseé su nombre completo. ¡Estaba ultrajada!
Parecía completamente destruido y, posiblemente, incluso un poco enojado porque no le dejaba acercarse a mí, pero ¿qué le daba derecho? ¡El idiota! Creí que iba a hacer otro movimiento, pero me sorprendió hablando en voz baja—: Lo siento, por favor, sólo escucha…
—¡No, Nick! —grité, decidida a ser fuerte. ¡Que le jodan!
Había acabado con él. Tomé unas cuantas respiraciones para calmarme. No quería ponerme en ridículo a mí misma más de lo que él ya me había puesto, así que cuando le miré a los hipnotizantes ojos, mis próximas palabras fueron tranquilas pero firmes.
—Te odio, Nick. No quiero oír nada de lo que tengas que decirme. No quiero volver a oír el sonido de tu voz. —Tomé otra respiración profunda mientras me empezaba a calentar de nuevo—. ¡Te odio de verdad y no quiero volver a verte en toda mi vida!
Bueno, parecía que la respiración profunda no funcionó demasiado bien ya que terminé eso con otro grito. Fue demasiado para no ponerme en ridículo; el gentío que ya nos rodeaba se hizo mayor.
¡A la mierda!
Seguí gritando.
—¿Por qué? Y con ella de todas las personas. —Señalé con la mano al diablo en persona, que me miraba como si yo fuera algún nuevo juguete animado. Quiero decir, ¿en serio?
—¿Por cuánto tiempo te la has estado follando mientras me follabas a mí? ¿Ella es la única? ¿Fuiste al menos lo suficientementeconsiderado como para usar protección? —grité, a medias sarcástica, a medias en serio. Me detuve un segundo antes de gritar—: ¡Porque conmigo no lo haces! ¡Si me has pegado algún tipo de enfermedad, te voy a matar! —Ahora estaba histérica—. ¡Me das asco!
Él no dijo nada y siguió mirándome con ojos atormentados. Por lo menos tuvo la decencia de parecer tan destrozado como yo.
— Anna, me estás asustando. Salgamos de aquí —dijo Trish con calma a mi lado. Cuando empezó a tirar de mí, me di cuenta de que gritar a Nick no tenía sentido. No podría perdonarlo de ninguna manera por esto. Me volví en un estupor aturdido para seguir a Trish.
Cuando él habló a continuación, habló en voz tan baja y mis oídos zumbaban tanto, que casi no lo oí, pero lo hice. Me detuve a medio paso y cada músculo de mi cuerpo se tensó.
—Nena, lo siento. Te quiero mucho, tal vez demasiado. —Su voz sonaba dolorida, y cada palabra era como un cuchillo retorciéndose en mi corazón. Hizo una pausa antes de continuar—: Cometí un error. Un error, Anna . Lo juro. Por favor, sólo déjame explicarte.
En ese momento, empezó a hablar, más como tartamudeando, rápidamente y su voz se elevó más.
—Sólo tenemos dieciocho años, Anna, y ella me estaba diciendo cosas... Entré en pánico. Sé que es una excusa estúpida… No lo puedo explicar bien… Dijo cosas sobre ti… Realmente estoy estropeando esto… He bebido demasiado y ella simplemente no me dejaba en paz… No significó nada para mí. Por favor, no me dejes…
Bueno, había una cosa que olvidé mencionar sobre Nick.
No le importa nada lo que la gente piense de él. Nunca se avergonzaría por arrastrarse. Me dijo todo lo que querría oír si yo fuese lo suficientemente tonta como para creerle y traerlo de vuelta, y por mucho que lo quisiera, ¡sabía que era un mentiroso! Probablemente, todo era sólo una actuación para guardar las apariencias delante de nuestros amigos.
Volví el cuello tan rápido que estaba segura de que sentiría los efectos del latigazo cervical más tarde. Inmediatamente dejó de tartamudear su débil intento de súplica por mi perdón.

Anna, nenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora