Capítulo 48

103 7 0
                                    

Adam puso el vehículo en marcha y bajó por la carretera. Me concentré en el teléfono. —Trish, ¿has salido ya? ¿Está Layla contigo?
—Anna, me estás asustando. Sí, acabo de salir y Layla está dormida en la parte de atrás. ¿Qué demonios está pasando?
—Acabo de atrapar a Nick y Destiny juntos otra vez. —Hipé en el teléfono. Esperé, pero mi revelación fue recibida con silencio en el otro extremo del teléfono.
—Trish, ¿estás ahí?
—Ummm… sí, estoy aquí. ¿Tú realmente los viste teniendo sexo? —me preguntó considerablemente suave, enormemente preocupada, su voz sonando extremadamente extraña, lo que bajo circunstancias normales habría sido alarmante si yo estuviera pensando con claridad. —Espera, T —le dije y dirigí mi atención a Adam.
—¿Puedes llevarme a un hotel, por favor? ¿Uno barato, pero que sea seguro? —Me miró rápidamente antes de volver los ojos hacia la carretera. Sacudió la cabeza—. Te voy a llevar a mi casa. Ryan está afuera en alguna parte y no me sentiría bien dejándote sola. Te daré la dirección, así puedes decirle a tu amiga dónde ir. Puedes resolver el resto más tarde.
No quería quedarme en su casa. Ni siquiera conocía a éste tipo, pero tenía que admitir que tampoco quería que Trish y Layla se quedaran en un hotel solas.
Era un policía, ¿verdad? Tenía que ser seguro. Así que le di a Trish las indicaciones y colgamos.
—Así que, ¿cuál es tu situación, detective Adam? ¿Creciste por aquí? ¿Divorciado? ¿Novia? ¿Niños? —Estaba intentando llenar el incómodo silencio con conversación.
—Crecí por aquí, no demasiado lejos. Nunca he estado casado, ni novia ni niños.
—¿Por qué no tienes novia? —pregunté amablemente.
Estuvo callado tanto tiempo que pensé que no iba a contestarme. Entonces, finalmente, empezó a hablar. —No tuve la mejor infancia mientras crecía, y digamos que eso también afectó mi vida adulta. He tenido una novia de verdad y no funcionó. Tengo mujeres, no novias, y francamente, no estoy muy seguro de que valgan la pena.
Esa era una cosa tan deprimente para decir. Incluso sonaba deprimido, como si ni siquiera creyera lo que estaba diciendo. —¿No quieres estar casado y con un pequeño bebé detective corriendo alrededor? —le pregunté.
Se giró y me dedicó una patética sonrisa falsa. —Si sucede, sucede, pero no voy a contener el aliento.
Supe de inmediato que nuestra conversación pesaría mucho en mi mente hasta que pudiera hacer algo al respecto. Había algo muy vulnerable sobre este hombre.
No le pregunté nada más. 
El resto del camino fue silencioso.
Alrededor de veinte minutos más tarde, llegamos a una blanca casa colonial de dos pisos. De ninguna forma cerca del tamaño de la de Nick, pero aún era grande y extremadamente agradable.
—Aquí estamos —dijo Adam mientras abría su puerta. Salí del Tahoe y me reuní con él en los escalones de la entrada. Estaba nerviosa estando alrededor de un hombre al que no conocía.
Se volvió hacia mí y me sonrió mientras yo miraba la puerta principal. —Vamos, Anna. Juro que estarás a salvo aquí. No tienes nada por lo que preocuparte. Podría darte un mal rato, pero estás a salvo, especialmente de mí. Te daré un recorrido y te enseñaré la habitación de invitados. —Estaba siendo muy dulce.
Empecé a subir las escaleras. —Siento haberte hecho pasar por todo este drama esta noche.
—No te preocupes por eso. No he tenido mucha diversión desde hace mucho tiempo. Debería darte las gracias.
Abrió la puerta del frente, encendió las luces e hizo un gesto para que entrara primero. —Después de ti. —Sonreí y entré. Entonces él me dio un recorrido por su casa.
—Anna —me llamó justo antes de que nos dirigiéramos de nuevo escaleras abajo, su tono preocupado me detuvo en seco. Le miré de frente.
—En más maneras de las que alguna vez sabrás, tu vida y lo que te sucede, ha llegado a ser asunto mío. Por mucho que yo desee que no fuera verdad, no puedo negar que, después de ver la forma en que Nick actuó hacia ti hoy, estoy seguro de que lo que has visto esta noche no era lo que tú piensas.
Me quedé asombrada. ¿Estaba diciendo lo que creía que estaba diciendo? —Lo siento, no lo entiendo —susurré. Se encogió de hombros con indiferencia.
—Sinceramente, cariño, estoy bastante seguro de que él no estaba teniendo relaciones sexuales con la mujer con la que estaba. Sabes que soy detective. Me gano la vida leyendo a las personas y soy malditamente bueno en eso. Algo estaba pasando, eso es obvio o ella no habría estado allí, pero no era sexo.
Eso fue contundente. En realidad no sabía cómo responder y le dije eso. —No estoy segura de qué decir. ¿Me oíste antes? Esta no es la primera vez, y la última vez fue con la misma mujer, también. —Mi voz apenas era audible.
—Entiendo eso, Anna, y estoy un tanto consciente de las circunstancias anteriores, pero no creo que fuera eso lo que estaba pasando esta vez.
¿Qué demonios significaba “un tanto consciente de las circunstancias anteriores”?
Por suerte me salvé de responder directamente porque el timbre de la puerta sonó. Estudié al sexy detective rápidamente y determiné que no estaba tratando de ser malicioso; a su manera, estaba tratando de hacerme sentir mejor. Le sonreí. Me sonrió de vuelta.
—Gracias por todo —le dije suavemente.
—En cualquier momento, cariño.

Anna, nenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora