𝙴𝚝𝚎𝚛𝚗𝚘𝚜

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Ares era un ser humano maravilloso y el mundo un lugar demasiado cruel para un alma tan pura

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Ares era un ser humano maravilloso y el mundo un lugar demasiado cruel para un alma tan pura.

El universo lo cumplió, me llevó junto a Ares a pesar de que estuviéramos a años de distancia.

Un amor valiente, porque pasó mucho tiempo para poder encontrarlo y al regresar me encontré con un vacío en mi corazón, ya no estaba junto a mí. Todos los momentos que viví e imaginé ahora se convertían en simples recuerdos de que en otra realidad, me sentí la persona más amada del universo, me enseñó a amarlo. Se sostuvo de mí y yo debía regresar... pero si alguna vez lo vuelvo a encontrar, voy a abrazarlo y a decirle la verdad.

"Lamento que las almas gemelas no siempre estén en la misma realidad".

Volví al 2021, desperté en mi cama y estaba llorando, la mañana había llegado. En mi realidad tan solo habían transcurrido 8 horas, mientras que en Saturno, había pasado los mejores seis meses de mi vida, al lado del príncipe... Al que me arrebataron con una daga.

Abrí los ojos y me quedé paralizada, mi cuerpo estaba despertando, cuando comprendí todo... lloré, mi cuerpo a penas podía mantenerse de pie y abracé a mis almohadas intentando encontrar un refugio en ellas, sin embargo... no lo logré. Lloraba en silencio, en la oscuridad de mi habitación. La música sonaba de fondo y recordé mis deseos, no creí que el universo me los cumpliría, pero lo hizo y lastimosamente regresé...

"The end of the World" de Josefien sonaba en toda mi habitación y escuché aquellas frases que rompieron mi corazón por completo:

"If the end of the world was near
Where would you choose to be?
If there was five more minutes of air
Would you panic and hide?
Or run for your life?
Or stand here and spend them with me?
If we had five more minutes
Would I...
Could I make you happy?"

Yo decidí quedarme con Ares en el final de su mundo, corrí por mi vida, pero me quedé a su lado hasta el final, hasta su último respiro. Cinco minutos tan solo eso...

—Te amo— dije en un susurro ahogándome en mis lágrimas y grité, mi desesperación y enojo me estaban ahogando, me sentía incapaz de reconocer que todo había sido un sueño, una realidad, años de diferencia. No sabía si encontraría a otra persona como él, alguien que diera su vida por amarme, alguien que me escribiera cartas y dedicara eclipses, no había nadie que bailara conmigo a la mitad de la noche y en la oscuridad de la misma. Ya no había nadie que tocara mi piel como Ares... y menos aún, que me pidiera matrimonio en nuestro primer amanecer juntos, aquella era la sorpresa de Ares, pediría mi mano en la cabaña.

El amanecer aparecía en la ventana de mi habitación y me levanté como pude para adorarlo.

—Volverás en cada sueño, prometo encontrarte en las estrellas y seguir por los dos. Me enseñaste a ser feliz, a amar y a tener esperanzas, me hiciste tan feliz que incluso olvidé que estaba en una realidad deseada. En Saturno quedarán los recuerdos de lo que fuimos. Y en la realidad el recuerdo de lo que somos y deseamos ser —me vi al espejo, los mismos ojos azules, el mismo rostro pálido y el cabello negro. Tenía los ojos rojos por llorar y el pijama puesto.

Saturno, el reino de leyendasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora