-𝙸 𝚊𝚖 𝚍𝚛𝚘𝚠𝚗𝚒𝚗𝚐 𝚒𝚗 𝚕𝚒𝚚𝚞𝚘𝚛 𝚊𝚗𝚍 𝚊𝚙𝚊𝚝𝚑𝚢, 𝚠𝚒𝚕𝚕 𝚋𝚎 𝚝𝚑𝚎 𝚍𝚎𝚊𝚝𝚑 𝚘𝚏 𝚖𝚎
-El punto es.- relamio sus labios.- Que no te importa salir herida. ¿Pero sabes cómo me sentiría?.- negue.- Estaría devastado, y si mueres, me...
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Llegamos a casa de...
No tengo idea de quién era la casa pero era muy bonita.
Baje de la moto de Mitsuya sin siquiera dirigirle la palabra, me coloqué entre Mikey y Draken, viendo cómo este último sacaba unas llaves y las insertaba en el cerrojo de la puerta.
Oh, así que nuestro alto amigo ya no vive en el burdel. Me alegro por él.
Su casa era de solo una planta, pero espaciosa. Calida a simple vista y con el característico olor a vainilla y orquídeas de Draken... Ah y también con olor a dorayakis.
Susurrando un leve "permiso" entre a su casa, explorando cada rincón de esta, analizando cada detalle y color de las paredes; siendo metiche en pocas palabras.
-Uh, que tenemos por aquí.- hable para mi misma entrando a una habitación
Que lo más seguro era de Draken, ya que están las paredes blancas, habia una pared donde había miles de fotos de él, los chicos y Emma. Pero lo que más me llamo la atención de la pared de fotos, fue una donde logré reconocer una cabellera rubia y aquellos ojos verdes.
Eran Draken y mi hermano Mikaela, ambos estaban abrazados, eran casi de la misma altura, ambos sonriendo. Recordaba esa foto. Esa foto la tomé yo días antes de aquel suceso.
Sonreí a medias.
Aún dolía, pero no tanto como el primer día.
-Akane.- escuche a Draken hablar desde la sala
Siendo sigilosa para que no me descubrieran, salí de la habitación de Draken, volviendo a dejar la puerta semi cerrada. Camine por el pasillo oscuro hasta la sala, donde varios pares de ojos me miraban.
-¿Por que no respondías las llamadas?.- pregunto Mikey, con ambas manos dentro de los bolsillos de su pantalón
Me encogí de hombros. Últimamente estoy haciendo mucho eso.- No estaba pendiente del teléfono.
-Siempre traes el teléfono a la mano, Akane.- voltee a ver a Baji, el estaba recostado sobre el marco de la cocina y a su lado estaba Mitsuya en la misma posición que el de cabello largo
-¿Es esto un interrogatorio o que?.- brame exasperada, pasando las manos por mi cabello. Fruncí los labios, no puede ser posible que les vaya a decir esto.- Había quedado con las chicas de vernos en la plaza del parque del vecindario, pero nunca llegaron.
Mire a cada uno de los presentes, en espera de escuchar sus carcajadas, burlándose de que era muy infantil con algunas cosas.
-Estaba algo triste, por eso decidí ignorar sus llamadas.- relamí mis labios.- Aunque no supiera que me habían llamado tantas veces, ¿por qué?.- pregunte, sabiendo que no tendría respuesta, ya que siempre me mantenían fuera de sus asuntos con la pandilla
