𝐃𝐫𝐨𝐰𝐧𝐢𝐧𝐠 || 𝐌𝐢𝐭𝐬𝐮𝐲𝐚 𝐓𝐚𝐤𝐚𝐬𝐡𝐢 ✓

𝒄𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 13

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Había salido de la escuela temprano, tuve que caminar ya que ni Baji ni Chifuyu habían asistido e intenté llamarles pero me mandaba directo a buzón. Así que tenía que caminar de la escuela a la casa y no tiene nada de malo, excepto porque siento que alguien me está siguiendo.

Y no solo hoy, ya van varios días de esto y no les he dicho nada a los chicos porque ya suficiente tienen con los problemas que les causa VL, decirles que me están siguiendo los estresaria más.

Ya harta de la misma rutina, decidí que hoy enfrentaría al tipo y si pasaba a mayores aplicaría todas las técnicas que me enseñaron los chicos a lo largo de este mes y saldría corriendo en cuanto tuviera la oportunidad.

Gire en una calle en la que sabía que había un pequeño atajo que te llevaba al inicio de la calle para poder terminar detrás del sujeto.

Llevaba un Tokkofuku negro con bordes verdes, en la espalda tenía grabado una imagen de un dragón escupiendo fuego.

Mierda, estoy jodida.

-Buen intento, eh.- hablo justo cuando estaba por golpear su nuca.- Pero te he visto salir del atajo. Nunca has sido buena para dar ataques sorpresas, Akane.

Se dio la vuelta.

Y joder, no sabía que hacer, ni que decir. Había pasado días buscándolo, para preguntarle porque no me busco, porque me dejó sola cuando Mika murió, todo sin tener resultado alguno y ahora que lo tenía frente a mi, sonriendo de par en par... Solo quería golpearlo.

-Yui-chiro.- murmure al borde del llanto, aún congelada en mi lugar

-¿Sorprendida?.

Quería hablar, quería insultarlo, golpearlo, decirle mil y un cosas por haberme abandonado cuando más lo necesite. Pero no salía nada de mi boca.

Estaba muda.

Mi cuerpo no reaccionaba a mis órdenes.

Lo escuché suspirar mirando al cielo y luego como volteaba a verme.- Acompañame a un lugar.

Tomo mi muñeca sin permiso alguno, caminamos unas cuantas cuadras hasta llegar a su moto y nos subimos. Si Mitsuya o alguno de los chicos me ve haciendo esto, no salgo viva, aunque bueno... Tendría que salir viva de andar en moto con Yuichiro, el maldito corre como si lo estuviesen persiguiendo.

Ahora sí me estaba arrepintiendo de no haberle hecho nada, me había traído a los barrios bajos de la ciudad, igual que en las caricaturas. La ciudad es colorida y los barrios bajos son grises y turbios. Yuichiro paró en un taller abandonado.

Apago la moto a la vez que se bajaba de ella y caminó hacia una puerta que había alado de la cortina, detuvo su caminar al ver que no le seguía. Por hacer estas cosas ya me fue mal dos veces, y una tercera no será. Me quedé en la moto.