-𝙸 𝚊𝚖 𝚍𝚛𝚘𝚠𝚗𝚒𝚗𝚐 𝚒𝚗 𝚕𝚒𝚚𝚞𝚘𝚛 𝚊𝚗𝚍 𝚊𝚙𝚊𝚝𝚑𝚢, 𝚠𝚒𝚕𝚕 𝚋𝚎 𝚝𝚑𝚎 𝚍𝚎𝚊𝚝𝚑 𝚘𝚏 𝚖𝚎
-El punto es.- relamio sus labios.- Que no te importa salir herida. ¿Pero sabes cómo me sentiría?.- negue.- Estaría devastado, y si mueres, me...
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Mitsuya
Hace veinte minutos que la reunión había terminado, solo se había hablado sobre la pandilla Vice Lords y su obsesión con Akane. Admito que me sentía angustiado, no siempre vamos a poder estar con ella y eso me preocupa demasiado, a tal punto de la desesperación.
Soltando un suspiro me recargue en el tronco de un árbol, viendo a los chicos hablar y ponerse de acuerdo para ir a cenar.
Mire hacia la salida del templo. Ya había oscurecido y Akane no había aparecido en todo esto, supongo que se debió de haber distraído con algún gato o jugando a la cuerda floja. Me dio escalofríos verla ahí parada cuando llegue y quise ir a ayudarla a bajar en vez de Baji pero mi estupido orgullo pudo más que nada.
Eche la cabeza hacia atrás, metiendo las manos dentro de mis bolsillos, sintiendo la brisa fresca golpear mi rostro.
-¡Mitsuya!.
Abrí los ojos al escuchar a alguien gritar mi nombre, pensé que había sido alguno de los muchachos pero ellos seguían ensimismados en su plática de comida.
-Debio ser mi imaginación.- me acerque al círculo para unirme a la plática
-Entonces vamos a comer hambur-
-¡Mitsuya!.
Esta vez no había sido el único que lo escucho. Mikey salió corriendo, con nosotros detrás de él, baje corriendo las escaleras. Mikey salto los cinco escalones restantes cayendo de rodillas.
La imagen que estaba viendo me dejó de piedra. Mikey no dudó ni un segundo en correr y estrellar su rodilla en la cara del tipo y darle una patada al tipo que estaba de rodillas, con su asquerosa mano dentro de su falda.
Los tipos aturdidos, sacudieron la cabeza y se pusieron en guardia, Draken fue a ayudar a Mikey. Akane cayó de culo al suelo. Corri hacia ella, alzandola en mis brazos y la saque de en medio.
-¡Llevense a Akane de aquí!.- grito Draken, peleando.- ¡Los alcanzaremos!.
Asenti a su petición, pegando a la chica a mi pecho, sintiendo como sus manos estrujaban mi playera blanca con fuerza.
-¡Hakkai!.- le grite al mencionado, señalandole con el mentón el bolso de Akane.
Subo a la moto, dejando a Akane delante mío. La encendí y acelerando, eche reversa y para salir del santuario. Acelere más. Esquivando los pocos coches que aún transitaban.
