𝐃𝐫𝐨𝐰𝐧𝐢𝐧𝐠 || 𝐌𝐢𝐭𝐬𝐮𝐲𝐚 𝐓𝐚𝐤𝐚𝐬𝐡𝐢 ✓

𝒄𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 23

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Mikey estaba parado al pie de las escaleras del templo, se podían escuchar los murmullos de la ToMan, preguntándose porque habían hecho una reunión algo temprano, pero nadie se atrevía a dar queja alguna.

Draken solo se dedicó a ver al rubio, quien tenía un semblante sombrío, como si en estas últimas horas no haya dormido ni un poco.

Hace tan solo unas horas que Akane estaba en manos de VL, ni siquiera pude dormir nada...Nadie pudo, ¿y como hacerlo? De solo imaginar las cosas que le puedan estar haciendo me quita el maldito sueño.

—¡Esta noche en el basurero!.— grito Mikey, llamando nuestra atención.— ¡Pelearemos contra Vice Lords!... ¡Para que sepan que no deben meterse con la ToMan y menos con la gente de la ToMan!... ¡Prestenme su fuerza para acabar con ellos de una vez por todas!.

—¡ToMan! ¡ToMan! ¡ToMan!.

Solté un suspiro, empezando a caminar fuera del santuario, siendo completamente ajeno al bullicio de la pandilla.

Antes de subir a mi moto, una mano se posó en mi hombro, por el rabillo del ojo pude reconocer la cabellera azul de Hakkai. Nadie dijo nada, no era necesario, pues con solo ese apretón supe que me apoyaba en todo.

Mikey fue el primero en salir del estacionamiento con Draken después de él y todos los capitanes y sub-capitanes de la pandilla, siendo seguido por el resto.

Habíamos llamado la atención de unas cuantas personas que aún transitaban por las calles a las once con treinta minutos de la noche. Una vez llegando al basurero de la ciudad, baje la velocidad de mi moto  notando que en algunos rincones se encontraban los líderes de algunas pandillas, entre ellos... Los hermanos Hyakuya.

Aprete el manubrio inconscientemente, haciendo rugir el motor llamando su atención, desvie la mirada al frente, estacione la moto y baje de ella para unirme a los demás, quienes ya se encontraban en fila, listos para enfrentar a Vice Lords.

Vice Lords hizo acto de presencia, se podía escuchar como algunos carros eran golpeados por las varas de metal que llevaban algunos.

Tsk, novatos.

Me crucé de brazos, escaneando a cada una de las personas frente a mí, en busca de aquella pelinegra. Kohaku y Hanma se pusieron al frente  de todos sus subordinados, sonrisas de oreja a oreja pintadas en su rostros, sonrisas que me encargaría de borrar.

—¡¿Donde está, Akane?!.— grito Mikey, por más serio que se viera a simple vista, cualquiera que lo conoce sabe que la está sufriendo

Hanma río, miro hacia atrás y tronó sus dedos a nadie en especial, la gente se abrió paso, dejando la via libre a  quien sabe que. Y cuando llegó frente a nosotros, quise correr hacia él y golpearlo.