-𝙸 𝚊𝚖 𝚍𝚛𝚘𝚠𝚗𝚒𝚗𝚐 𝚒𝚗 𝚕𝚒𝚚𝚞𝚘𝚛 𝚊𝚗𝚍 𝚊𝚙𝚊𝚝𝚑𝚢, 𝚠𝚒𝚕𝚕 𝚋𝚎 𝚝𝚑𝚎 𝚍𝚎𝚊𝚝𝚑 𝚘𝚏 𝚖𝚎
-El punto es.- relamio sus labios.- Que no te importa salir herida. ¿Pero sabes cómo me sentiría?.- negue.- Estaría devastado, y si mueres, me...
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Mitsuya
Di dos toques a la puerta y esperé...
Uno.
Dos.
Tres.
Tres segundos pasaron cuando escuché un leve "pase", abrí lentamente la puerta, dejándome ver a Akane sentada en la ventana, abrazando sus piernas; sonaba una canción de fondo que no logré reconocer a simple vista pero hubo una frase que se quedó grabada en mi mente.
》We know that you're strong《
Si. Ella era demasiado fuerte, aunque ella dijera cuán débil era, yo... Todos sabíamos que era fuerte, de no ser porque Hakkai la encontró esa vez, no se que hubiera pasado, quizás ahora ni estaría apunto de abrazarla y diciéndole palabras dulces.
A final de cuentas, Baji me terminó contando todos sus intentos de suicidio, me hubiese gustado enterarme antes y ayudarla, pero estaba metido en otras cosas que me olvidé por completo de ella y de colo se sentía.
-Hey.- susurre suave para llamar su atención.- Te he traído Tokoyakis y una bolsa de gomitas.- me acerque lentamente a ella
Akane volteó a ver y después a la bolsa amarilla que tenía en mi mano, me brindó una cálida sonrisa de ojos cerrados y palmeo justo enfrente de ella para que tomara asiento.
Aunque en realidad, la corri un poco hacia adelante y me senté detrás de ella, recargando su espalda en mi pecho. Sin decir nada, saco la bolsa de gomitas y la destapó, tomando entre sus dedos un gusano rojo con verde y otro amarillo, dándome a mi el amarillo.
Baji y Chifuyu habían salido con los demás a visitar a los amigos de Takemichi y yo decidí quedarme a hacerle compañía a la morena frente a mí. Según las palabras del doctor, nos dijo que ninguno había sufrido lesiones graves tanto internas como externas, pero tuvieron que quedarse en observación esa misma noche, por si pasaba algo.
· ─𖥸─ ·
Llegamos al santuario Musashi, después de haber salido del hospital. Tuve que traer a Akane conmigo porque ni muerto pensaba dejarla sola en casa y menos después de lo que pasó.
Cuando la reunión dio inicio, tuve que pedirle a Akane que fuera a sentarse en la banca detrás de nosotros y se pusiera a jugar algo; Mikey no quería que ella escuchara lo que teníaplaneado hacer, ya que si lo sabia, era capaz de hacerle frente al ojinegro, todo para evitar una pelea.
