𝒄𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 3

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-Joder.- gruño Baji, viéndome desde su moto.- ¿Puedes bajar de ahí?, me pone de los putos nervios verte ahí arriba.

Reí. Estaba jugando a la cuerda floja en la barda del santuario Musashi, una manera de entretenerme en lo que los demás llegaban, ya que llevábamos un buen rato esperando.

-Aw, que tierno. Te preocupas por mí.- voltee a verlo, poniéndome de frente para ver cómo se ruborizaba

-¡Y una mierda!.- grito señalándome con el dedo índice.- Por mi te puedes caer y romperte el cuello y no haría ni el intento por ir a recogerte del piso.

¿Seguro?

Apoye mis pies en el borde y levemente me hice hacía atrás, moviendo mis brazos para evitar caerme.- ¡Keisuke!.

Cuando escucho su nombre volteo a verme con los ojos abierto de par en par, se subió a la banca que estaba pegada al muro, sujeto con fuerza mi cintura entre sus manos para ayudarme a mantener el equilibrio.

Sonreí con sorna. Cuando vio que me estabilice, me soltó.

Me agache para estar a su altura, recargando mis mejillas sobre mis puños.- Aw, si te intereso.

-¡Ah, pudrete Akane!.- tanto Chifuyu como yo nos soltamos a reír a carcajadas viendo cómo el pelinegro me insultaba entre dientes a diestra y siniestra

-¿Cuantas veces te ha aplicado esa?.- pregunto, aún sin parar de reír.- ¿Diez? ¿Veinte?. Viejo, siempre caes.

Me aburrí de esperar de nuevo, así que retomé mi juego de la cuerda floja.

Hubiésemos llegado cuando todos ya estuvieran aquí, pero conociendo a Baji, era muy probable que se le olvidara que tenían reunión y no llegara nunca; así que entre Chifuyu y yo lo obligamos a venir un poco temprano, saliendo del colegio más bien.

Yo no iba a venir, no formaba parte de la ToMan pero de igual forma ellos querían dejarme en casa terminando la reunión, para asegurarse de que llegara. Ya que se habían dado cuenta de que no dormí ahí.

Aunque no tengo idea de cómo se habrán enterado de que no llegue a casa.

El rugir de los motores de varias motos acercándose se hizo sonar a la distancia, deje de mirar mis pies para ver cómo uno a uno se estacionaban en fila y bajaban con un estilo único que cada uno tenía.

𝐃𝐫𝐨𝐰𝐧𝐢𝐧𝐠 || 𝐌𝐢𝐭𝐬𝐮𝐲𝐚 𝐓𝐚𝐤𝐚𝐬𝐡𝐢 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora