-𝙸 𝚊𝚖 𝚍𝚛𝚘𝚠𝚗𝚒𝚗𝚐 𝚒𝚗 𝚕𝚒𝚚𝚞𝚘𝚛 𝚊𝚗𝚍 𝚊𝚙𝚊𝚝𝚑𝚢, 𝚠𝚒𝚕𝚕 𝚋𝚎 𝚝𝚑𝚎 𝚍𝚎𝚊𝚝𝚑 𝚘𝚏 𝚖𝚎
-El punto es.- relamio sus labios.- Que no te importa salir herida. ¿Pero sabes cómo me sentiría?.- negue.- Estaría devastado, y si mueres, me...
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Estoy maldiciendo mentalmente a Mikey, en estos momentos.
El muy cabron se le ocurrió llamarle a Mitsuya y decirle que necesitaba de su presencia, ni siquiera le importó que estuviéramos en una cita, que lo quería ya en el santuario.
Y bueno, aquí estaba yo sentada entre Emma y Yuzuha, viendo cómo los chicos hablaban, cuando el sonido de varias motos viniendo nos llamó la atención a nosotras tres. Voltee a ver a los chicos quienes aún seguían hablando entre ellos, sin prestar atención alguna.
Mi impulso de idiotez me decía que tenía que ir a ver a los dueños de esas motos y mi sentido razonable me dijo que tenia que quedarme aquí sentada, sin importar que.
¿Adivinen a quien le hice caso?.
Exacto, a mi impulso.
Me levante de donde estaba, siendo imitada por las otras dos, vigilando si los chicos nos habían visto marchar. Bajamos las escaleras a la carrera quedándome a la mitad cuando los vi.
Vice Lords nos rodeó. Volvi sobre mis pasos, para poder avisarle a Mike y bueno, todo plan tiene que ser frustrado ¿no?.
Ah, que belleza, ha comenzado a llover.
Alguien me cogio del tobillo, haciéndome caer de cara al concreto, de no ser porque metí las manos,tal vez ahora tendría más moretones.
—¡Akane!.— grito Emma, regresando para ayudarme
—¡Avisen a Mikey! ¡Yo las alcanzó!.— a duras penas me hicieron caso, solo asintieron y se fueron corriendo
Gire mi cabeza para poder ver al tipo, gruñí al verlo pasear su mano por mi pierna, causandome asco. Encogí mi pierna libre y le di dos, tres, cuatro golpes en la cara para que me soltara. Una vez suelta, corrí hacia arriba alcanzando a las chicas a medio camino.
No pudimos evitar ser el centro de atención cuando llegamos donde los chicos, estaba agitada pero eso no me iba a evitar que le dijera a Mikey lo que ocurría.
—Vice Lords, está aquí Mikey.— el nombrado abrió los ojos por la sorpresa
Misma sorpresa que fue cambiada por una mirada siniestra y sombría. No dijo nada, solo salió corriendo y detrás de él, salieron los demás. Corri detrás de ellos, pero unos brazos me agarraron de la cintura levantandome del suelo. Dio media vuelta y me bajó poniéndome frente a él.
—Quedate aquí con las chicas.— Mitsuya tomo mis manos, podía ver el pánico y el miedo mezclados en sus ojos.— Me sentiré más seguro, el saber que estás aquí arriba y no al alcance de ellos.
