-𝙸 𝚊𝚖 𝚍𝚛𝚘𝚠𝚗𝚒𝚗𝚐 𝚒𝚗 𝚕𝚒𝚚𝚞𝚘𝚛 𝚊𝚗𝚍 𝚊𝚙𝚊𝚝𝚑𝚢, 𝚠𝚒𝚕𝚕 𝚋𝚎 𝚝𝚑𝚎 𝚍𝚎𝚊𝚝𝚑 𝚘𝚏 𝚖𝚎
-El punto es.- relamio sus labios.- Que no te importa salir herida. ¿Pero sabes cómo me sentiría?.- negue.- Estaría devastado, y si mueres, me...
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Akane
Al verlo entrar a la habitación, pude sentir como si mi corazón quisiera salirse de mi pecho, aunque estuviera lastimado y con el ceño fruncido, se veía guapo.
Cuando lo vi a la distancia en aquel basurero, las ganas de correr hasta él y abrazarlo eran muchas, pero mis piernas ni siquiera me obedecían, Yuko me llevó arrastrando por el cuello de la playera que llevaba, siendo la única prenda que me dieron.
Me habían dejado tirada en un rincón y había logrado ver a mis hermanos correr hacía mí pero agradezco a todos los santos que Takemichi haya llegado mucho antes que ellos y me haya sacado de ese lugar.
—Hola.— murmure, ladeando mi cabeza para poder verlo mejor
—¿Por que te empeñas en salir herida, siempre?.— se acerco a mi, pasando un brazo por detrás de mi cuello para pegarme a su pecho
—Lo siento, quería ayudarlos chicos.
Río.— Nos ayudarías lo suficiente si te quedaras quieta por una sola vez.
Ambos reimos para luego separarnos y quedarnos en completo silencio, yo con la mirada fija en su perfil y él mirando mis muñecas vendadas, solté un suspiro y las metí debajo de la sábana blanca.
—Akane... Ellos...
—Estoy bien, ¿sí?.— sonreí con los ojos cerrados.— Ahora que estás aquí, si...
—Tsk, tonta.— al desviar la mirada pide notar como sus mejillas tomaron un leve color carmín, un gesto demasiado tierno
No quiero que sufra, no quiero que cargue con esto, preferio verlo feliz antes que nada. Prefiero ver a cada uno de ellos siendo felices, sin ningún tipo de tormento.
No importa si estoy hasta el fondo ya, solo quiero su felicidad aún si yo me estoy muriendo, no los quiero ver sufrir por mí, no más.
—¿Te quedarás esta noche?.— el nego
—No tengo quien cuide a Luna y Mana hoy y mamá tiene doble turno.— hice un puchero, me hubiese gustado que se quedara pero él tenía cosas que hacer.— Creo que Mikey y Draken se quedaran contigo.
— Oh, al menos vamos a poder jugar cartas.— el peli purpura rodo los ojos, puso una mano detrás de mi cuello y beso mi frente
