Capitulo 17

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Lauren Pov

Estaba molesta con Camila pero se me quitó en cuanto me puso la mano. Disfruté lo que había hecho aunque fue muy atrevido y arriesgado.

Lo último que me dijo antes de marcharse me puso aún más caliente, pero debía aguantar un poco más.

Christopher y Normani me forzaron a decirles lo que pasaba conmigo ya que no era un simple cólico, ellos se rieron muy divertidos por el suceso, dicen que lo más gracioso fueron mis gestos y que tenía la cara tan roja como un tomate.

La tensión sexual que tenía había disminuido un poquito, aún tenía ese gran deseo de clavar a Camila y estaba ansiosa por ello.

Al día siguiente no fui a trabajar, quería un descanso (ventajas de ser tu propio jefe) y me dediqué al gimnasio, lo había descuidado por unos meses, aunque el trabajo ya estaba hecho.

Llegué a casa y Rosa estaba en la cocina.

-Hola Rosa- Le sonreí para luego abrazarla.

-Hola niña-

-Que estás haciendo?- Le pregunté mirando por encima de su hombro.

-Algo de comer para ti- Volvió a sonreír.

Es la señora más adorable.

-Te lo agradezco- Le besé la frente.

Me di la vuelta para subir a su habitación pero ella me detuvo.

-Y la chica de la otra noche? No te he escuchado mencionarla.- Dijo.

-Nos seguimos viendo, pronto la conocerás-

-Espero hacerlo- Agitó sus manos con desdén.

Ahora si pude ir a mi habitación, me quité la ropa deportiva para meterme al baño. Al salir me dediqué a buscar algo de ropa pero mi celular llamó mi atención, fui hasta donde él y me senté en la cama a revisarlo.

Eran mensajes de Camila.

Camila: Estás ocupada?

Yo: No para ti. :)

Camila: Ven a mi casa, estoy sola.

Esos son mensajes que te alegran el alma.

Hace muchos días estaba esperando ese mensaje.

Yo: Prometes no dejarme caliente?

Camila: Lo prometo.

Yo: En poco tiempo estaré ahí.

Camila: Dejaré la puerta abierta para ti, cuando entres ve directo al despacho.

Yo: Entendido.

Con una sonrisa en mi rostro terminé de vestirme, bajé con pasos rápidos y antes de salir me detuve en la cocina.

-Voy a salir Rosa, te quiero- No esperé a que conteste y de inmediato salí de la casa, bajé a mi estacionamiento privado y elegí el Audi R-8 color negro.

Poco después ya me encontraba en casa de Camila, abrí la puerta tal y como me dijo, caminé lentamente hasta el despacho y abrí la puerta.
Allí sentada en el escritorio se encontraba Camila.

-Ponle seguro a la puerta- Me ordenó y como perro obediente hice lo que me pidió.

Ambas nos sonreímos, sabíamos lo que iba a pasar a continuación.

Camila caminó hasta donde yo estaba y me pegó de la puerta que anteriormente había cerrado.

-Hola- Murmuró mientras subía sus manos por mi cuerpo hasta llegar al cuello y enredarlas ahí.

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