Capítulo XIV: El Gaoren se aproxima.

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Me pasé varias horas leyendo muchos libros interesantes en la biblioteca, un libro me llevó a otro, otro y para cuando me percaté ya era muy de madrugada.

-Kaede: *Al final el tiempo pasó tan rápido que no dormí nada, si no descanso hoy antes de la noche estaré en una situación delicada.*

A todos los cazadores que íbamos en la caravana se nos dieron habitaciones en una especie de posada para que tuviéramos privacidad y un descanso apacible. Entré en mi habitación y me metí en la cama para dormir un par de horas.

Más tarde desperté, el cielo a través de la ventana se veía ligeramente pintado con los tonos naranjas y rojizos del ocaso. Salí de la habitación y fui a la salida de la ciudad donde algunos cazadores y estaban preparados para continuar, cuando todos estuvieron reunidos proseguimos con el viaje. Fueron cinco agotadores días hasta la Fortaleza del Gremio. El líder de la caravana nos avisó estuviéramos atentos pues no se sabe en qué momento aparecería el objetivo. Los 17 cazadores ocupamos los cañones en los muros y unos en las ballestas.

-Hide: ¿Estás asustada Kaede? -habla mientras recarga la ballesta del muro.

-Kaede: Sinceramente no. No creo que un cangrejo gigante sea tan atemorizante, cosas peores he visto. -saca una piedra de afilar y la usa en su espada- Tal vez hoy comamos estofado.

-Hide: No me digas que usaras eso. -señala la espada- Escuché que es bastante resistente, además podría pisarte si te acercas mucho.

-Kaede: No te preocupes, lo tengo todo fríamente calculado.

En ese instante el suelo comenzó a temblar un poco, las rocas daban pequeños saltitos y algunas se desprendían de la montaña.

-Kaede: Parece que nuestro invitado llega a tiempo.

Un cangrejo de un tamaño considerable se acercaba caminando a la fortaleza, su exoesqueleto de un color gris y un gran cráneo en su espalda.

-Kaede: No es tan grande como pensé.

-¿?: ¡Disparen!

Alguien dio la orden y varios cañones lanzaron una lluvia precipitada de enormes proyectiles redondos. Muchos impactaron en el monstruo el cual se estremeció a la vez que se erguía en las alturas con unas larguísimas patas que mantenía escondidas.

-Kaede: Vale, retiro lo dicho, es enorme.

La bestia antes más calmada, ahora avanza a un paso más acelerado contra la fortaleza. Ahora toda la ira de los cazadores caía sobre el Shen Gaoren que se veía forzado a cubrirse con su caparazón para evitar daños considerables. Entonces noté que una de sus patas se había enrojecido.

-Kaede: ¿Son ideas mías o está cojeando de la pata enrojecida?

-Hide: Ahora que lo mencionas tienes razón, buena observación.

Hide avisó al resto de cazadores que apuntaran a las patas, por mi parte desenvainé mi katana.

-Kaede: Te veo luego, trata de no darme mientras disparas.

-Hide: Quiero pensar que no estás loca y en verdad tienes un plan, de todas formas toma esto.

Hide extendió en sus manos una espada pesada de hoja verde con varias vendas alrededor del mango.

-Kaede: ¿Es tú arma?

-Hide: Hoja de Valkiria, no es la mejor pero sin duda le hará más daño que una espada de hoja delgada. ¿Puedes levantarla? Es un poco...

Agarré la espada con una mano interrumpiendo comentarios innecesarios.

-Kaede: Te la devolveré en cuanto termine. Espero que me desees suerte.

Monster Hunter: The Hunters WrathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora