Miradas
La lluvia caía y se escuchaba como la melodía más triste del mundo, el cielo no tenía colores, solo un abrumador y triste gris, Deidara observaba por la ventana de su habitación las gotas caer en el vidrio, su mirada era vacía, al igual que su habitación, se sentía tan fría, no había ese cálido calor que adoraba sentir, la lluvia caía lentamente, avisando que pronto pararía. Se retiró de ahí y camino hacia su futón, abrió un libro y lo leyó de nuevo, había estado practicando tanto desde hace meses, pero ahora más que nunca, pues no quiera pensar en Óbito.
Se levanto de su lugar y salio a su pequeño jardín, sin importar que aún estuviese lloviendo, se sentó en el mojado césped, junto sus manos y las cambio de posición, pequeñas rocas brotaban de la tierra y sonrió pero no satisfecho, pues aún debían cosas que quería probar. Salió de casa, las gotas de la lluvia mojaban de apoco sus cabellos rubios, llegó al río en dónde sintió nostalgia, pues el y Óbito habían pescado ahí, agradecía que la lluvia camuflajeaba sus lágrimas, que el sonido de esta cayendo opacara sus hipidos.
-Y-Yo, yo lo extraño...-.
Puso un pie en el profundo río y concentró toda su energía en sus pies, pero le era imposible, de un momento a otro resbaló y su cuerpo se iba hundiendo poco a poco, cerró sus ojos y contuvo su respiración, pasaron dos minutos y en esos minutos, pensó en todos los bellos momentos que pasó al lado del pelinegro, la primera vez que despertó en el bosque y el lo acogió, las primeras caricias, sus preciosos Sharingan, las veces en las que sus cuerpos eran uno solo y el oxígeno finalmente le hacía falta, nado desesperado hacia la superficie, respirando ondo, tomó valor y coraje y finalmente, lo consiguió.
-Estoy parado en el agua...-.
No podía creerlo, había funcionado, lo que aquel viejo libro decía era verdad.
-Tengo frío...-.
Regreso a su casa, la lluvia había cesado, pero su cuerpo temblaba de frió, estaba empapado y solo quería llegar a su casa, en el camino visualizo a un hombre parado a fuera de su puerta.
-¿Hay alguien ahí?-. Preguntaba el hombre.
-¡Ey!-. Gritó llamando su atención.
-Oh buenas tardes, ¿usted es Deidara?-.
-Sí, yo soy-.
El hombre portaba una sobre y este mismo, quedó perplejo ante la belleza del joven que tenía frente a él, lo tenía cara a cara y no pude evitar mirarlo con detenimiento.
-¿Estás bien?-. La voz del rubio lo saco de su pequeño trance.
-S-Sí yo solo, quería entregarle esto-. Mostró el sobre.
-¿Qué es esto?-. Preguntó recibiéndolo.
-Es una invitación al banquete de celebración por el nuevo heredero Uchiha, se llevará a cabo en la casa grande y... Oh disculpe que tonto, le he dicho todo-.
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La leyenda del gato amarillo (ObiDei)
RandomEn épocas de guerra y desdicha, existió una leyenda, sobre aquel que se adentrará a lo más profundo de los bosques sombríos y penumbrosos de Konohagakure, tendría la dicha de encontrarse con un precioso gato amarillo, de pelaje dorado y reluciente...