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Te necesito

Viernes por la noche

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Viernes por la noche

Después de aquel día que durmió con el rubio, todo había cambiado, trato de evitar estar con el, pero eso solamente le lastimaba más, incluso sus hermanos le decían que Deidara le había estado buscando el día de ayer, pero había decidido pasar un poco de tiempo con Rin, pensaba que talvez siendo un poco más cercanos, sus sentimientos cambiarían por ella, pero era muy difícil pues en sus pensamientos siempre se encontraba el rubio, su corazón le pertenecía a el y no podía entregárselo a Rin, estaba echo un lío en su cabeza, encontrando una manera de decirle a Deidara que debían separase por su propio bien, ni siquiera había una relación que los uniera, simplemente eran dos amantes que se adoraban, que noche tras noche sus cuerpos reclamaban entregarse mutuamente, pero nada de aquello podía seguir.

-Obito, ¿me estas escuchando?-. La voz de Rin lo saco de sus pensamientos.

-S-Sí, yo solo estaba pensando en unas cosas-.

-Sería mejor, si dejas al lado tus pensamientos de trabajo y te concentres en terminar tu cena-.

-Lo siento Rin, no volverá a pasar-.

-Eso espero, no estas conmigo normalmente y cuando lo estás, apenas si me diriges la mirada-.

-Lo se, lo sé, seré más atento-.

-Esto es extraño, dime algo, ¿finalmente te has dado cuenta?-.

-Darme cuenta, ¿De qué?-.

-De que sientes algo por mi, se que aquella vez, fui muy descortés y dije cosas terribles, pero por favor ponte en mi lugar, yo si tengo sentimientos hacia ti y es lastimoso que me rechaces así-.

-¿Entonces no hablabas en serio, con hacerle daño a mi padre?-.

-Por supuesto que no, yo adoro al señor Madara, pero, estaba muy enfadada y dije cosas muy impertinentes, te prometo que no volverás suceder cariño-. Rin apoyo su mano sobre la de Óbito y este, no supo como reaccionar.

-Y-Yo también lamento las cosas que dije, no volverá a suceder-.

-Gracias, termina tu cena y después, vayamos a dormir-.

-Sí-.

Terminaron su cena y ambos se recostaron en su lecho, Óbito trato de dormir y olvidar el pésimo día que había tenido, pero todo era muy difícil, sintió como Rin lo abrazaba y acomodaba su cabeza en su pecho, de inmediato recordó aquella vez que dijo no dormir al lado de Deidara y termino durmiendo más de 3 horas, sonrió ante el recuerdo, su mente le jugaba mal de nuevo, realmente lo necesitaba, de su mente jamás saldría su tierna mirada, su hermosa sonrisa que le dedicaba cada que lo veía, sin siquiera haberse dado cuenta, una lágrima recorrió salió de su apagado ojo negro, la limpio y cerró los ojos.

La leyenda del gato amarillo (ObiDei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora