Promesa
Su sueño era pesado, pasa únicamente cuando entrenaba de más, pero esta vez, era diferente, pues no había entrenado ni nada por el estilo, simplemente recordaba el cuerpo de Óbito sobre el de el, una sensación de emociones desconocidas y un gran revoloteo en su estómago. Sus ojos azules se abrían poco a poco, la luz del sol que entraba por la habitación lastimaba sus ojos, parpadeo un par de veces más para acostumbrarse y finalmente pudo ver con claridad, la habitación estaba tan solitaria, a su lado ya no se encontraba Óbito, sintió un vacío en su pecho, quería llorar y salir a buscarlo, intento pararse, pero una fuerte punzada un su cadera le hizo caer de nuevo.
-Ahhh, duele-.
-No te levantes-. La puerta se abrió y Óbito entraba.
-Obito-.
El pelinegro se acercó a Deidara, el ya se encontraba vestido, pero su rostro se veía demacrado, se inclinó hacia abajo y beso los labios del rubio, un beso tierno y corto.
-Buenos días, disculpa si fui muy duro contigo anoche-.
-T-Tu realmente estabas enojado-.
-Lo siento, tuve muchos problemas y luego, lo de Sasori, ahhh lo siento tanto-.
-No te culpes, Konan dice que todos tenemos nuestros propios problemas, pero que también es bueno recibir ayuda. ¿Necesitas mi ayuda?-.
-En realidad, puedes ayudarme con algo-.
-¡Dime, dime!-.
-No permitas que Sasori te bese de nuevo, nadie más, por favor-.
-No lo haré, me gusta besarte a ti, quiero hacerlo siempre-. Respondió alegre recostado en su lugar.
Óbito enternecido, beso su frente, pero de inmediato entristeció, pues el si debía besar y estar con otra persona, alguien quién no quería en absoluto, no tenía el valor para decírselo a Deidara, pero era lo mejor, pues estaba siendo un traidor al ocultarlo y también, había sido infiel a Rin, su mente divagaba y Deidara noto aquello, llamándolo en un tono dulce.
-Obito, ¿te quedarás conmigo?-.
-Quiero hacerlo, pero no puedo, Deidara tu no mereces estar con alguien como yo, te he tratado mal tantas veces, ayer fui un idiota contigo, ni siquiera te dije lo lindo que te veías con tu cabello atado, lo siento-.
-Y que, yo aún así deseo que estés conmigo, por favor-. Pidió entre pucheros.
-Eres tan inocente, no comprendes aún la magnitud del problema. Soy un hombre casado, lo que acaba de pasar entre nosotros...-.
–“¿Realmente fue un error? Lo he hecho con la persona que quiero, el me quiere y no pude contenerme, mis celos y deseos han consumido mi cuerpo, he confesado mis verdaderos sentimientos y estoy bajo las amenazas de Rin, aún que a ninguno de los dos nos importa este matrimonio, no veo algo de malo que quiera estar con Deidara”–
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La leyenda del gato amarillo (ObiDei)
RandomEn épocas de guerra y desdicha, existió una leyenda, sobre aquel que se adentrará a lo más profundo de los bosques sombríos y penumbrosos de Konohagakure, tendría la dicha de encontrarse con un precioso gato amarillo, de pelaje dorado y reluciente...