Lágrimas
Habían pasado las horas y Deidara aún tenía las esperanzas de que Óbito llegará y lo llevará con el, miraba la puerta de la habitación esperando que sea abierta por el pelinegro, sintió felicidad al ver que está era abierto, y que Óbito pasará por ella, pero no era quien pensaba, era Konan quien en una bandeja llevaba un vaso y un pequeño pastelillo, acompañada de Nagato, Deidara miro sus cabellos y no pudo evitar sonreír, le encantaba el movimiento de este y el precioso color.
-Hola Deidara, escuche que dormirás aquí hoy-.
-Que bonito-. Comenzó a tocar el cabello de Nagato y está vez, el lo permitió.
-Al parecer Deidara tiene una debilidad por tu cabello. Deidara, te he traído la cena-.
-¿Óbito vendrá?-. Konan de inmediato sintió pena.
-Escucha querido, a veces las personas cuando están enfadados, necesitan estar a solas, para calmar su estado y Óbito necesita estar solo por un momento-.
-Pero... Yo quiero que el esté aquí-.
Konan y Nagato se miraron y se sentían mal por ver al pobre rubio de esa manera, había bastado poco para que Deidara se haya encariñado con el pelinegro, trataron de animarlo, pero de sus bellos ojos, lágrimas comenzaron a brotar.
-N-No me gusta, esto que siento aquí-. Hablo señalando su pecho.
-Oh Deidara, lo que sientes es tristeza y esto, son lágrimas-. Limpio las pequeñas gotas de sus mejillas.
-No las quiero, no quiero sentir tristeza, no me gusta-.
-A nadie nos gusta sentir tristeza, pero nosotros somos tus amigos y estaremos contigo hasta que esas lágrimas paren de salir-.
Konan abrazo a Deidara, Nagato estuvo a su lado hasta que el durmió, no probó bocado si quiera, simplemente lloro hasta caer rendido, un nuevo sentimiento descubierto que clasificó como el peor de todos, odio sentir ese dolor en su pecho, sentir en su garganta dolor por aguantar aquel líquido que brotaba de sus bonitos ojos, simplemente durmió y dejo de sentir.
Un nuevo día había llegado, la gran boda de alianza también. En un lugar apartado de la gran casa, había un bello lugar de árboles de cerezo y bellos pastizales, la ceremonia se llevaría a cabo ahí, los sirvientes preparaban todo para que luciera perfecto, un exquisito banquete en el lugar de celebración y las familias de preparaban para reunirse.
Óbito era vestido por prendas de seda y negras, su rostro era cabizbajo y su semblante serio, odiaba estar en aquella situación, levanto su rostro y se miró al espejo frente a él, no era feliz, estaba destinado a una vida infeliz, no tenía a Kakashi y el no lo quería a el, no amaba a Rin, ni un poco, no existía atracción alguna y luego... Estaba Deidara, quién apareció tan repentinamente, no era cierta esa leyenda, porque no había felicidad alguna, todo era falso y Deidara, solo era un chico solitario con jaqueca.
-Parace que irás a un funeral-. Itachi llegó al lado de sus hermanos.
-No quiero hacerlo-.
-Tienes mala cara, ¿pasate una noche mala?-. Preguntó Shisui.
-Ayer vi a Kakashi-.
-¿Ese tipo no es de Konohagakure?-.
-Shhh, Sasuke. Nadie debe saberlo-. Callo su hermano mayor.
-Esta bien, de todos modos el y yo, ya no somos nada. Ambos nos hemos declarado como enemigos, el realmente nunca me amo, siempre tuvo resentimiento hacia mi, a mi padre y al Clan entero-.
-Lo siento mucho hermano, pero creo que era obvio-.
-Lo se, fui un estúpido y ahora estoy pagando con el corazón roto-.
-¿Y Deidara?-. Preguntó Itachi.
-Ayer estaba tan enfadado que me comporte como un verdadero imbécil con el y Konan. Debo disculparme con ellos cuando termine esta estupidez-.
-Esa es una buena idea, ¿ya sabes más acerca de Deidara?-.
-Ya no me interesa saber Shisui, Deidara es una simple persona enferma y confundida, después de disculparme investigaré de que aldea llegó y le ayudare a irse, es todo-.
Los tres chicos sabían que Óbito estaba pasando por una terrible situación, creían que si abría bien los ojos, podría darse cuenta que podía tener una oportunidad de ser feliz al lado del lindo rubio. Mientras tanto este, hablaba tranquilo con Yahiko, mientras Konan terminaba de arreglarse para asistir a la ceremonia, guardaron el secreto, pues no querían que Deidara asistiera y causará algún inconveniente.
-Pero quiero ir-.
-Lo siento querido, debes quedarte por un momento, nosotros volveremos rápido lo prometo-.
-No tendré con quién hablar-.
-Puedes seguir practicando en leer estos libros, dibujar o incluso escribir como lo hicimos ayer-.
-Esta bien, pero trae a Óbito-.
-C-Claro-.
Konan miro a Yahiko y ambos sabían, que probablemente Óbito ya no regresaría por el, Nagato sintió pena, pero en el fondo, sonreía pues no perdería la oportunidad de salir con un chico tan hermoso como el. Deidara observó a todos salir, se alejaban poco a poco y comenzó a sentirse solo, se dirigió a la cocina, observó todo, abrió cajones, saco palillos y jugó con ellos, subió a la mesa y brinco de un lado a otro, reviso habitación por habitación, jugando con lo que encontraba, regreso aprender a leer, se aburrió y nuevamente miro por la ventana.
★Nota: Los gatos son super curiosos, al parecer Deidara aún se comporta como tal.
Se cansó finalmente, así que miro la puerta que daba hacia la aldea y se decidió a salir, abrió la perilla de la puerta y asomo su cabeza primero, noto que no se veía rastro de nadie. Camino un poco, sintio miedo al ver que se alejaba del lugar, pero igualmente siguió, no había mucha gente como la primera vez que llegó. Noto a una persona a lo lejos y como Konan y Óbito le enseñaron se dirigió amablemente.
-Buenas tardes-. Hizo una reverencia y miro a la persona.-¿Usted sabe, en dónde puedo encontrar a Óbito?-.
-Oh, seguramente eres sirviente o encargado del banquete, ven conmigo muchacho, necesito llevar algunas cosas-.
Deidara no supo que responder ante aquello, pero seguramente eso, lo llevaría a donde Óbito se encontraba. La señora le entrego algunas cosas como cubiertos de plata y algunas botellas de sake. Caminaron hacia la casa grande y dejaron todo allí, no vio rastro del pelinegro así que decidió salir a buscar, escucho parloteo y siguió el ruido, llegando a un bello lugar, visualizo mucha gente celebrando y no comprendía porque, se escabullía entre todo y se escondió detrás de un árbol, finalmente encontró a Óbito.
-O-Obito...-.
Regreso a su postura cuando notó que el estaba con una chica, no sólo eso, la joven lo abrazaba y hacia una extraña acción juntando sus labios, verlo con ella le provocó una punzada en su pecho, nuevamente lágrimas brotaron de sus ojitos, con sus manos limpio el rastro y miro nuevamente la escena. Si última acción fue simplemente huir de ese lugar y buscar de nuevo la casa de Konan.
Óbito sintió una mirada sobre el, estuvo alerta por si alguien quería atentar contra el, buscando con la mirada, entre la multitud y árboles, una cabellera rubia noto, era Deidara, quién lo veía con el rostro cubierto por lágrimas, su corazón se partió al ver al rubio de esa manera, lo vio irse corriendo del lugar y deseaba tanto ir tras el, pero era tan tonto, que simplemente lo dejo pasar y sonrió con falsedad ante su falso matrimonio.
Remin
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La leyenda del gato amarillo (ObiDei)
AcakEn épocas de guerra y desdicha, existió una leyenda, sobre aquel que se adentrará a lo más profundo de los bosques sombríos y penumbrosos de Konohagakure, tendría la dicha de encontrarse con un precioso gato amarillo, de pelaje dorado y reluciente...