Capitulo 50

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Mia no sabía que hacer hasta que sus labios fueron demandados por los de un peli-castaño, parecía que la comería entera aun así trato de seguirle el paso disfrutando en todo momento. Poco a poco su mente se empezó anublar, perdiendo su razonamiento por unos momentos. Sentía la pasión de Félix sobre ella. Félix la llevo a la cama hasta tenerla suavemente, recordando como cada noche la abrazaba entre sus brazos. Empezó acariciar las piernas delicadamente sintiendo como se estremecía, se dio cuenta de que tenía sus medias de trabajo, así que las empezó a sacársela lentamente. Félix sintió entre sus dedos su suave piel en las palmas de su mano, las acaricia apretándolas un poco.

—Ahh... —respiro agitadamente Mia

Mia disfruta aquellas caricias sobre su cuerpo que le hacían estremecer. Félix al separarse, la observo como estaba debajo de suyo, le gustaba, no le encantaba. Mia noto aquellos ojos azules dilatados, más oscuros. Sin perder más tiempo, Félix repartió besos húmedos sobre aquella piel suave. Para dirigirse a los labios de Mia besándolo sintiendo como la lengua de Mia jugaba contra la suya, una de sus manos soltó una pierna para desabotonar su blusa que traía puesta hasta abrirla por completa.

Mia recobro un poco el sentido parando la situación.

—Vamos a tener relaciones.

Félix la miro fijamente y sonrió un poco para acercarse a su oído.

—No solo vamos a acariciarnos, quiero que nuestra primera vez de ambos sea especial —le mordió la oreja, causo un gemido de parte de Mia.

—Está bien

—Por más que quiera tenerte abajo mío, todavía no —empezó a besar su cuello donde succionaba algunas partes.

—Está bien—Mia tomo de su rostro—. Si es contigo sé que todo estará bien

—No te preocupes, si algo no quieres me detendré.

Mia le encantaban aquellos besos suaves y húmedos sobre su cuello, sus manos se dirigieron sobre los botones de la camisa, donde poco los empezó a abrir. Mientras que Félix seguían acariciando su estómago para en sus piernas, Mia poco a poco empezó a sentir más excitada. Cuando termino los besos de su cuello, empezó a bajar hasta llegar a su pecho, donde sacó su blusa tirándola en algún lugar de la habitación.

Félix fue hasta el broche de brasier consiguiendo abrirlo, la observo un momento para retirar poco las tiras de sus hombros, pero sin dejar ver aquel hermoso cuerpo. Por un momento Mia se sintió avergonzada, pues tenía algo de pancita hasta que choco mirada con Félix quien le sonrió.

—Mia para mí eres una mujer muy hermosa, no me importa si estás con barriguita puedo apreciar la belleza que me trasmites —se acercó a su oído, Mia sintió su aliento que le hizo estremecer.— Eres única para mí.

Félix retiro por completo aquel brasier dejándolo a un lado para observar sus pechos, una de sus manos fue hasta aquel pezón donde lo empezó acariciar para poner su boca sobre uno de ellos. Podía sentir la excitación de Mia que le hizo sentirse más emocionado, los empezó a chupar duramente pasando su lengua.

Mia se puso una mano en su boca para calmar algunos gemidos de parte de ella. Pero Félix se dio cuenta y empezó a succionar un poco más y jugar con el otro. Mia sentía una corriente eléctrica por todo su cuerpo. Félix no podía dejar de pensar que si no la hubiera conocido no sabría dónde estaría el ahora, tal vez perdido. Mia no sabía si podía aguantar más hasta que sintió sus labios de este sobre los suyos moviéndolos bruscamente, sintiendo la erección de él.

Félix dirigió una de sus manos sus pechos de ella donde los apretaba para sentir los gemidos de Mia sobre su boca. Mia con su mano libre fue hasta los pantalones de Félix donde los apretó juguetonamente sintiendo sus jadeos. Félix se había percatado de ese pequeño detalle que sonrió en medio beso despego sus labios de ella.

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