Capitulo 31

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No podía creer lo que estaba viendo.

Entonces se estaba burlando de mí todo este tiempo.

—Dime a mis espaldas, te reías de mi cara —dije furiosa.

—No jamás.

—Entonces explícame por qué no entiendo.

Respiro profundo.

—Cuando Isabel me llamo para que le ayudara, acepte medio vago, no sabía mucho en qué consistía el favor, pero después me explico las cosas como eran. Le conté a mi padre, sabía que sus influencias nos ayudarían, además era de confianza; mi mismo padre decía que sospechaba de algunas cosas que no estaba seguro, a la vez no tenía pruebas. En la primera reunión no te reconocí, pensé que era una persona cualquiera, pues solo te decían Mia. En todo el mundo hay varias personas con ese nombre, aunque me hacías recordar un poco al pasado. 

  Al poco tiempo me enteré de tu apellido, no lo podía creer, no te quise decir por qué no temía que me mandaras a volar por los conflictos que teníamos. Al momento que llegue al castillo me propuse que tenía que verte y arreglar todo, para mi suerte tenía que hacer un proyecto que involucraba a la familia Real. Si te llame aquí es para que no haya más secretos de nosotros —se me acerco tomando mi mano— confía en mí —lo mire dándome cuenta de que sin duda no me mentía.

—Te creo, sé que no inventarías con algo así. Menos involucrando a Isabel —tomé firmemente sus manos.

—Gracias —sonrió— gracias Mia.

Él no quería mentirme más, eso me agrada, lo aprecio mucho. Me puse a considerar contarle sobre lo que escuche de la princesa María, Nicolás estaría en peligro.

—Tengo que decirte algo —hable decidida.

—Que es

—Es sobre Nicolás...

Le conté sobre lo que escuche del jardín, Max me entendió, mantendrían un ojo abierto. Le pedí que me consiguiera un celular desechable, pues temía que yo fuera la siguiente en ser sospechosa, tenía que estar precavida. Observe como se fue a su cajón sacando un teléfono, me lo dio para que se comunicara conmigo, también de que nadie debe saber sobre esto.

Asentí con la cabeza.

Salimos del su habitación para regresar al salón para disfrutar la noche.


                       🌌🌌🌌🌌🌌


Horas después

Salía de la cocina, estaba algo cansada, pero aún tenía que trabajar. Además, que me acosté a las 3 de la mañana, había dormido como cuatro horas. Con Lucia teníamos que comprar más ingrediente, además era para distraernos algo. Ya estaba salido por un costado de las rejas hasta que oigo gritos y luces en mis ojos.

—¡¡Esperen!! —se escuchó una voz a lo lejos.

Lo ignoré hasta que abrí mis ojos algo.

Había un montón de paparazis a mí adelante mío, tomando fotos, apegándose a mí.

—Señorita Mendoza, es cierto que tiene una relación con el Duque Max Coliguen —hablo una de ellos.

Que.

¿De qué estaban hablando?

— ¿Desde cuándo están en una relación? —hablo otro.

—Digamos ya se van a casar —eso sorprendió mucho lo que dijo ese hombre.

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