Capitulo 1

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Mi despertador está programado para sonar en cualquier momento. Me he pasado media noche despierta, dando vueltas, contando las líneas que separan los paneles del techo y repitiendo el horario que tenía programado mentalmente. Hay gente que cuenta ovejas; yo planifico, pero esto No.

Salí de mi cómoda cama, me fui directo al ropero de la habitación donde me puse mi uniforme para hoy y salí, fui directo a la cocina. Hay me encontré a Molly lavando unas verduras.

—Buenos días —dije al entrar caminando a isla de la mesa, sentándome moví ligeramente mi cuello.

—Buenos días también bella durmiente —sonreí de lado, viendo como puso una olla en la hornía de la estufa—, como ha sido despertar después de dos ingresar acá.

—Pues bien, más bien perdón por equivocarme las primeras veces.

—A cualquiera le suele ocurrir —respondió.

Solté un suave suspiro

—Aunque he reflexionado sobre lo que observe, cuando te ilusionas piensas siempre que esa persona es diferente. Me he dado varios baldazos de agua fría desde que pise el país ahora entiendo el refrán "Las apariencias engañan" —exprese algo irritada—. En fin, en que te puedo ayudar.

—Lo bueno es que no tienes malas intenciones hacia el príncipe, eso es lo que cuenta —dijo cortando carne—. El príncipe Félix es así, no se lo puede cambiar.

—Si yo que lo seguí pensando que posiblemente los conociera me bastaba, pero cuando vi como trataba a su empleado por un error que cualquiera puede cometer. No somos perfectos. Le grito horrible suerte que no había en ese lugar aparte de mi presencia, desee que alguien de su familia viera y le regañara a él —dije abriendo el estante y sacando los platos—. Me alegro de encontrar un empleo aquí, necesito experiencia, sobre todo aprender.

—Yo supuse que eras una chica obsesionada con el príncipe y pues buscaste trabajo acá, noto que has cambiado —respondió.

—Para nada soy así, únicamente lo admiraba por su trabajo y su apariencia no lo negaré... pero ya no. La burbuja que cree en mi mente de él se rompió. Ahora mi mente está en mantener en este trabajo y aprender todo rápido para que no me despidan.

—Es entendible, ahora concentrémonos a terminar el desayuno. Lucia y Santiago no se presentaron el día de hoy porque ambos se están recuperando de un resfriado, tal vez mañanas los conozcas.

—Me emociona poder conocerlos... mira ya van a ser las 8 de la mañana y no falta mucho que sus majestades bajen a desayunar.

Salimos con platos ya listos al comedor principal.

Los sirvientes estaban acomodando la mesa solo servimos todo justo a tiempo, cada integrante de la familia llegó, solo faltaba la Reina que baje último. Apoyándome casi en la pared, porque digamos que es una regla que estén los comensales de la cocina estén presente. Observe los alrededores, el comedor, no dejaba de sorprenderme de lo grande y espacioso que era.

Algo que no pase fue que todos ellos son diferentes en el sentido que no interactúan mucho, en tan solamente en dos días de conocerlo lo note. Por decir que casi las menores de 16 y 17 años si hablaban, paraban juntas el día de ayer.

Ahora todo estaban callados.

Muy raro.

Escuche un ruido, gire mi cabeza notando como entraba la Reina, observando cómo todos se paraban inclinándose.

Desde aquí el desayuno muy pacífico, hasta que veo que la Reina me hace una seña. Nerviosa me acerqué quedándome a su lado.

—Quiero informales que he contratado una nueva chica que trabajara en la cocina durante estos seis meses porque el chef Williams ahora se está tomando unas largas vacaciones por todo los años de trabajo que relación al castillo, además que pase un tiempo con su familia. —Todos me observaban, sintiendo sus penetrantes miradas que solo sonreí nerviosamente—. Su nombre señorita.

Stay with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora