Capitulo 58

252 9 0
                                    

Dos años y medio después

—Pon el cartel más a la derecha... bien justo hay —El joven se bajó, mientras miraba como quedo—. Muchas gracias —se fue a dentro.

Durante todo un año Félix y yo trabajamos duramente, no quería recibir el dinero de su familia, quería ganárselo el mismo por su propio esfuerzo. Sus padres en vez de molestarse más bien se alegraron porque veían la dedicación y el empeño que tenía, sin poder evitarlo eso me ponía muy orgullosa y feliz; ahora tenemos tres locales más distribuidos en diferentes partes de la capital. Todo nuestro esfuerzo está dando frutos, recuerdo que a principios de que llegamos veía a Félix que se ponía muy feliz que con su esfuerzo ganara dinero.

—Amor, el local está listo para abrirlo hoy día —oír su voz me emocionaba.

—Ya lo creo, vamos entonces a preparar todo.

Me abrazo fuertemente.

—Sabes amor, quisiera ir a otra boda como la de Ariana y Allan

—Si allá en México fue muy divertido y memorable —respondí con una sonrisa

—Ya lo creo —se despegó de mí tomando de mi mano—. Vamos, hay que entrar.

Era cierto, hace como una dos semanas atrás se habían casado Ariana en México, como ahora vivían ahí, sus familiares viajaron hasta ahí, no solo eso también conocí a los papas de Allan, eran una gente muy buena. Fue tan divertido la boda, no solamente eso, sino que se veía la felicidad en los ojos de Allan por como miraba a Ariana.

A las pocas horas todo quedo listo, los invitados vinieron y eso no era todo, sino que venía Christian al evento. Estaba hay parado afuera con su teléfono en mano hablando al oído y pude ver como las chicas suspiraban al pasar por ahí, lo que me causaba risa Cristian, sabía el efecto que causaba solo se hacía tonto. Estábamos vestidos para ocasión, caminando fuimos a la puerta principal del restaurante.

Los presentes estaban afuera esperándonos.

—Muchas gracias por venir hoy, como pueden ver nuestro negocio ha crecido de poco en poco y estamos demasiado felices. Hubo personas que nos acompañaron desde el principio y les agradezco mucho —todos nos miraban—. Bueno, sin más preámbulo —Los dos tomamos un martillo de la mesa pequeña—. Bienvenidos a la nueva cafetería

Fuimos hasta el champán colgado rompiéndolo, se oyeron aplausos de los demás, nos abrazamos emocionados. A nuestro lado llego Cristian quien no dio una cálida sonrisa.

—Estoy muy felices por ustedes, espero que sigan así. No se olviden de invitarme a la boda

No dije nada, solamente me quede callada. No sé si Félix allá pensado en esa posibilidad, lo mire notando como él sonreía.

—Tal vez, no, mejor lo pensaré seriamente en invitarte.

— ¡Cómo!, mira, yo soy como tu hermano como vas a decirme eso —empezaron hablar y a reírse mientras me retiraba de la escena.

Fui adentro donde observe que ya teníamos más personal, ahora solamente paraba cuatro veces, estaba en la cocina o a veces tres, el resto no puedo porque tenía que administrar y verificar las ventas de los locales. Lo que más me encanta era ver a la gente disfrutar lo que preparábamos y venga a la cafetería, siempre se van con una sonrisa.

Antes de todo eso también pasamos dificultades, como cuando dos meses atrás justo unos días antes de mi cumpleaños, vino Beatrice, creyendo que ya no nos molestaría. El punto es que vino a decir que el negocio estaba en contra de las restricciones sanitarias. Esos días un hubo problemas, pero al final todo resulto bien. La denunciamos y tuvo una restricción para que se aleje de nosotros.

Stay with meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora