La azulina mirada del Uzumaki caía de reojo sobre aquel hombre de personalidad sumamente reservada; ya hacia algunos minutos que habían llegado a un restaurante, sin embargo, el pelirrojo no se había dispuesto a quitar los seguros del vehículo para dejarle ir, no emitía palabra alguna, solo se limitaba a contestar algunos mensajes de su celular en completo silencio. Su desesperación comenzó a agravarse en cuanto escuchó que el otro suspiró cansado, ¿A que iba todo esto? ¿Por que simplemente no le abría la puerta y atendía sus propios asuntos?
-Cumple tu promesa.
Habló en tono recriminatorio logrando atraer la atención de Gaara, quien apagó su móvil y giró su cabeza en dirección al chico con una expresión neutral; eso era lo que había estado esperando, que el chico se dignase a emitir alguna palabra hacia su persona.
-Lo lamento, tenia algunos asuntos del trabajo y...
-No me interesan tus cosas, solo abre la maldita puerta.
-Por supuesto...
Su tono de voz se escuchaba algo cansado, pero para sorpresa de Boruto la calma que de igual manera transmitía su voz le relajó ligeramente. El seguro fue levantado y el menor no tardó ni un instante en bajarse del carro y meterse al establecimiento, ni siquiera se había molestado en decirle alguna otra palabra al pelirrojo.
Gaara observó en silencio como el rubio salía corriendo sin mirar atrás, comprendía que ese chico no era su responsabilidad y que había hecho lo suficiente para dejarlo fuera de peligro, sin embargo, algo dentro de el no le permitía estar del todo tranquilo; era una sensación que también había sufrido con Shinki cuando comenzó a darle su propio espacio, aunque por obvios motivos en este caso era algo reducida. Negó ligeramente con la cabeza y cerró sus ojos por unos instantes antes de tomar de nueva cuenta el paraguas y salir de su vehículo sabiendo de antemano que el chico no iba a estar feliz con su presencia.
Al ingresar al establecimiento, lo primero que percibió fue el fuerte olor a hamburguesa que inundaba todo el lugar, el local era bastante pintoresco, además, habían varias familias con niños pasando el tiempo en familia, se escuchaban bastantes murmullos. El solamente había entrado una vez en su vida a un lugar similar acompañando a su hijo cuando aun era chico para el cumpleaños de uno de sus compañeros, pero ese mismo día el castaño le había dicho que no le gustaban ese tipo de lugares y que tampoco la comida que servían, por lo que nunca había vuelto a ir. Una diminuta sonrisa se formó en su rostro al recordar eso, sin embargo, la borró instantáneamente al recordar a que había entrado en primer lugar.
A lo lejos logró observar la figura del rubio quien se limitaba a mirar por la ventana, pero no se le iba a acercar, le daría su propio espacio para no molestarlo, se ira al otro lado del restaurante y le haría compañía a lo lejos simplemente para ver que estuviera bien y luego simplemente se marcharía en silencio fingiendo que no había pasado nada y dejando en el olvido el encuentro con el menor. O ese había sido el plan que se había formulado en su mente, pues, en cuanto comenzó a ejecutarlo y tomó asiento el Uzumaki se percató de su presencia y se paró frente a su mesa bastante molesto.
-Prometiste que me dejarías en paz.
-Y no lo estoy incumpliendo.
-¿Entonces que estas haciendo aquí?
-Este era mi destino desde un principio, quería comer algo antes de que me encontrara contigo.
-Mentira, tu no puedes estar comiendo en un sitio como este, no pareces ese tipo de persona.
-¿Entonces de cual te parezco? -Le miró con interés y cruzó sus brazos frente a su pecho de manera expectante.
-De los que no se conforman con nada y que son exigentes con cosas que no están bajo su control, no eres de los que se rebajan a comer este tipo de comida.
ESTÁS LEYENDO
Lo que pasó entre nosotros (Narugaa)
FanfictionTodos en algún momento de nuestras vidas deseamos algo de independencia; sin embargo, en algunos casos este deseo nos revela secretos inesperados que tienen una historia de transfondo mas fuerte de la que nos podemos imaginar. Shinki decide mudarse...