Lazos fraternales

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El menor lo miró algo confundido, jamás podría verlo con unos ojos que no fueran de pura admiración, para el su mayor era la mejor persona del mundo y con el mejor corazón existe.

-No podría molestarme contigo, tú me salvaste.

-Y eres la persona más importante de mi vida desde el momento en que decidí verte crecer a mi lado. Pero... Me gustaría que entendieras que yo era alguien muy distinto.

Pasó su mano sobre los peinados cabellos de su hijo despeinado unos cuantos en el proceso irritado levemente al menor, le había costado mantenerlos peinados de esa manera.

-Bueno, supongo que iniciaré con lo que vine a hablarte, por lo mientras comienza a hacer tu trabajo, te ayudaré en lo que pueda.

-Te lo agradezco padre.

<<Flashback>>

Los ojos del pelirrojo se abrieron con lentitud tratando de acostumbrarse a la molesta luz del lugar, no sabía en dónde estaba ni mucho menos el motivo de lo que hacía ahí, parecía una pequeña oficina pintada de colores naranjas y amarillos, eran demasiado chillantes para su gusto.

Apoyó su cuerpo sobre sus codos comenzando a incorporarse para observar mejor su entorno, seguía en el mismo lugar al que había ido en la mañana; alcanzó a ver algunas fotos de los que supuso que fueron los fundadores y antiguos líderes de la empresa y se sobresaltó un poco, parecía ser la oficina principal. Alertado por ese hecho trató de ponerse de pie, pero al hacerlo volvió a sentirse mareado y fue obligado a sentarse. Comenzó a maldecir en su lugar, debía ir con sus hermanos aunque ellos no lo necesitaran ni quisieran su presencia; en este momento no le importaba si rompía la imagen que tenía ante ellos, solo quería saber lo que estaba ocurriendo.

-Veo que por fin despertaste.

-¿Por que me trajiste aquí?

-Te desmayaste, no sabía que más hacer, tu familia estaba ocupada... Mira, te traje esto.

Le extendió un bote de ramen instantáneo con una sonrisa en sus labios esperando que el menor lo tomara; pero el otro al ser tan desconfiado solamente se limitó a ver lo que le traían, jamás había comido eso y no le daba confianza.

-No tengo hambre.

Un ruido proveniente del estómago del pelirrojo se hizo presente contradiciendo a su dueño y provocándole una risa al rubio. Gaara frunció el seño al sentir los colores llegar a sus mejillas, no le gustaba que los demás supieran sus necesidades.

-Bien, no tienes hambre, pero tú estómago si, aparte si no me lo aceptas diré que te metiste a robar la oficina del Hokage.

-Hokage... ¿Así se hace llamar el jefe del lugar?

-Si, es una tradición, pero no me cambies el tema, te doy tres segundos para decidir.

Saboteado, así se sentía en ese momento, el no había hecho nada, ni siquiera se había metido ahí por qué quiso, el rubio lo había planeado todo seguramente... ¡¿Que nadie más lo había notado?!

El mayor comenzó a contar en voz alta con su mirada fija en la de Gaara mientras mantenía una sonrisa triunfante en sus labios, ya conocía el desenlace.

-Dámelos.

Casi exigió tornando su mirada y su voz un tanto retadoras, se había molestado.

Naruto complacido tomó asiento a su lado y comenzó a mirarlo impaciente por que comenzará a comer logrando hacer que el otro se incomodara más.

Lo que pasó entre nosotros (Narugaa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora