Llevar siempre gorras es desesperante. Sin embargo, doy gracias por haber conservado mis orejas en lugar de mi cola, ya que sería mucho más difícil de ocultar.
Un peso repentino se abalanza sobre mi espalda, mas mis reflejos de gato consiguen sostenerla evitando su caída. O nuestra caída más bien.
- Buenos días, gata sarnosa.
Dejo escapar una leve carcajada de superioridad ante sus palabras.
- Buenos días, sparkles.
- ¿Desayunamos? Me muero de hambre -se deja caer aún más sobre mi espalda-. Me apetece algo dulce, ¿y a ti?
Mis frías manos sostienen sus piernas, manteniéndola en el aire mientras ella se aferra a mi espalda, burlona.
- A mí me apetece no llegar tarde al trabajo porque una chica con la misma personalidad que la purpurina se me ha subido a borricate y pegado a mí como una lapa.
Glimmer estalla en risas. Toma impulso para dejarse caer, a la par que suelto sus piernas. La chica mira a su alrededor y, al no descubrir a nadie, me quita fugazmente la gorra, me revuelve el pelo y vuelve a colocármela sobre mi sesera.
- ¡Eh! -me quejo-. Como alguien me haya visto las orejas, tú serás la culpable -me burlo, revolviéndole el pelo de vuelta.
Ambas reímos, emprendiendo de nuevo el camino hacia la cafetería. Al observar la hora en mi móvil, apresuro el paso, exclamando "¡llego tardísimo!", al mismo tiempo que acelero el ritmo.
Glimmer coge mi mano, deteniéndome.
- ¡Espera, espera! No te preocupes, seguro que Octavia entenderá tu retraso, no pasa nada por llegar un día tarde. Además, ¿qué más da llegar cinco minutos tarde que diez?
Alzo una ceja, a la par que ladeo la cabeza.
- ¿Qué ocultas, brillitos?
- ¡¿Yo?! ¿Qué voy a ocultar? Sólo quiero tomarme un batido contigo, venga Catra, sé que te estás tomando en serio el trabajo, pero no ocurrirá nada por un día, asumiré toda la responsabilidad ante Octavia -sonríe, dibujando una sonrisa increíblemente falsa.
Sacudo la cabeza, zafándome de su mano y corriendo hacia la cafetería. Escucho cómo sus pies siguen los míos, mas tanto ella como yo sabemos que no es capaz de alcanzarme.
Cuando me encuentro a apenas unos metros de la puerta, pongo los ojos en blanco, dejando escapar:
- ¿Pero qué le pasa hoy?
Abro la puerta del local, encontrándome con un estruendoso "¡sorpresa!" que de primeras no alcanzo a comprender.
A pesar de carecer de facciones de gato con una sola excepción, siento cómo mi espalda se eriza y mis orejas se alzan ante tremendo sonido tan inesperado, al igual que mi cola lo haría si aún contara con ella.
Mi mirada se posa sobre sus ojos azules, los cuales me presentan a una nerviosa y desastrosa Adora. Mi sonrisa parece estamparse contra mi expresión de golpe con tan solo mirarla.
- ¿Qué es todo esto? -sonrío.
- ¡Es tu cumple, idiota!
- ¿Mi cumple? -repito.
Desconozco la fecha de mi cumpleaños desde que tengo uso de razón. En La Horda no los celebrábamos, tan sólo Adora puede tener una fecha aproximada, ya que Shadow Weaver recordaba con exactitud cuando Hordak recogió aquel bebé rubio de ojos azules y grandes tras su portal. El resto nunca fuimos tan importantes.
- Puede que en Etheria no sepamos la fecha exacta, PERO -sonrío al escuchar el énfasis que se esfuerza por puntuar en aquella palabra- aquí en la Tierra se puede investigar un poco. Tienen recogido qué niñes nacen en los hospitales, fecha, hora, ¡todo!
Una extraña sensación recorre mi cuerpo al sentir cómo alguien se esfuerza por mí. Por celebrar cada momento especial de mi vida. Por convertirme en la protagonista. Mi mirada de suaviza, mientras mi corazón se encoge.
- He hablado con Octavia, tienes el día libre -declara-. ¡Ah! Y te he hecho una tarta -anuncia-. Bueno, intenté hacerla yo pero me salió fatal porque creo que usé bicarbonato en vez de harina, no sé, más bien la ha hecho Bow y yo le pasaba los ingredientes.
Desvío mi mirada hacia la de él, quien se encoge de hombros sonriente, dejando escapar un dulce "felicidades, amiga". Por un instante, no sé si quiero llorar o reír. Mis sentimientos se mezclan en mi interior, chocando entre sí y produciendo emociones que ni si quiera sé cómo llamar.
- Es gris, como simulando las barritas de La Horda, pero en verdad solo es fondant. Por dentro tiene chocolate blanco -continúa explicándose-. Y he comprado entradas para el acuario. Sé que te encantan los peces, pero tienes que prometerme que no intentarás cazarlos porque los pobres no...
Y la beso. Sus cálidos labios se suavizan ante la presión de los míos. Me separo unos instantes, sin apartar su frente de la mía.
- Cállate ya, idiota -murmuro.Y me devuelve el beso.
Una inmensa felicidad se apodera de mis entrañas. Entonces, nos separamos ante el sonido de la puerta de la cafetería abriéndose de nuevo. Una acelerada Glimmer se abre paso, respirando agitadamente e intentando recuperar el oxígeno que se le escapa de entre los pulmones.
- No he llegado a tiempo, ¿verdad? -deja escapar, apoyándose sobre la pared.
- Demasiado lenta, sparkles -me burlo-. Pero ahora sí que podemos tomarnos ese batido.
Glimmer suelta un irónico "ja, ja" antes de aproximarse a felicitarme. Bow guarda la tarta para la merienda, Adora lleva el desayuno a la mesa y Glimmer prepara los batidos.
Y me siento feliz.
Jamás creí que mereciera todo esto, pero ella me lo ha dado. Ella encontró un punto medio, una solución para poder elegirme también a mí.Y eso es todo lo que necesitaba.
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Déjà vu
FanfictionTras cruzar el portal en la Cámara del Granate Oscuro, todos los habitantes de Etheria son arrastrados a otra realidad. Catra y Adora deben enfrentarse a nuevos recuerdos, nuevas ideas... Una nueva vida. Pero, ¿es esto real o una mera ilusión?