Déjà vu

Capítulo 5: Adora

    Es una de las pocas veces de mi vida que almuerzo a las siete de la tarde. "Ya casi mejor llamarlo cena" se queja Glimmer, algo molesta porque me haya saltado el desayuno y la comida. Y tiene razón, sin embargo hoy no tengo la mente precisamente despejada.
- Adora, ¿cuántas hamburguesas te has comido ya? -interviene Bow, con los ojos abiertos como platos.
- Esta es la tercera -anuncio.
     Las hamburguesas veganas de la cafetería son casi lo mejor de toda la carta. Sólo le supera una cosa: la tarta de chocolate blanco y fresas. Glimmer y yo solíamos compartir un trozo al principio de conocernos, mas con el tiempo tuve la suficiente confianza con ella como para decirle que quería un trozo para mí sola. Aún puedo escuchar sus carcajadas encerradas en el recuerdo de aquel día.
    Catra observaba su plato, en silencio. Casi apenas había probado bocado. Frente a ella descansaba una enorme patata rellena. Tenía maíz, remolacha, zanahoria, pasta de judías y cerca de una tonelada de queso.
- No es una tonelada, está perfectamente -discutía Bow.
- Pero si hay más queso que patata -afirmaba Glimmer, extendiendo sus brazos y gesticulando demasiado al hablar.
- ¡Exacto! -exclama el chico, obstinado- No veo dónde está el problema.
    Glimmer pone los ojos en blanco, sacándole la lengua en un gesto burlón. Catra parece no sentirse cómoda con ellos, lo cual no alcanzo a comprender. Observo sus ojos, uno verde y el otro de un marrón amarillento.
- ¿No tienes hambre, Catra? -sonríe Bow.
    Puedo apreciar como su mirada se derrumba. No obstante, no sé qué le puede estar abrumando. Su respiración se agita levemente. Entonces, coloco mi mano sobre la suya.
- Catra, ¿estás bien? -murmuro.
    Ella asiente. Sin embargo, es evidente que no. Ésta cierra los ojos unos instantes y respira hondo antes de dirigir de nuevo su mirada a Bow.
- Quería darte las gracias -suelta, sincera pero algo tímida-. Tú fuiste el primero en asegurarte de que... -sacude la cabeza- Quiero decir, que te preocupaste por mí y porque tuviera un sitio donde quedarme. Gracias.
   Él asiente, esbozando una tierna sonrisa. Envuelve a la chica en un efusivo abrazo, exclamando:
- ¡Para eso están los amigos! ¡Ya eres parte de The Best Friends Squad!
   Al principio, su rostro se ensombrece. No obstante, al transcurrir unos segundos entre sus brazos, Catra termina por devolverle el abrazo, tornando su expresión a una dulce y emocionada.
     Y comemos. Aunque para Glimmer y Bow todo resultase más una merienda. Pero lo importante es que estamos juntos. Y ella se ríe, habla y termina su plato de comida. Glimmer le explica a Catra el argumento de un videojuego al que los tres estamos enganchados. Bow, por parte, me acusa de pasarme todos los niveles sin morir ni una sola vez, así como de terminarme siempre la mayoría de la pizza a una velocidad récord. Me encojo de hombros entre risas, quedando en ocasiones prendada de cómo sonríe. Siento cómo si al mirarla necesitara una bofetada para poder despertar de ese trance en el que me encierro, perdida entre sus gestos y atrapada entre sus carcajadas. Glimmer se percata de ello, dedicándome miradas burlonas con el objetivo de que mis mejillas se enciendan. Y de repente me percato de la sencillez del momento, y de la enorme felicidad que éste me provoca.

    Pero la felicidad nunca es eterna. No para mí.

    Es ese sentimiento... Es eso otra vez. Esa fuerza... Esa magia que estalla dentro de mí, abriéndose paso entre cada rincón de mi cuerpo. Y brillo. O quiero hacerlo. Quiero soltar toda esa magia y que explote. A través de mis ojos, de mis brazos, e incluso de mis cabellos. Es como si...
- ¿Adora? ¿Estás bien?
    Desvío mi mirada hacia Bow. Esto ya lo he sentido antes. Y no cuando estaba antes con Catra, esto... Es como si mi alma fuera más grande que mi cuerpo.
- ¡Adora! -exclama Glimmer, sosteniéndome.
    Ni si quiera sé si continúo sentada. Veo una realidad distorsionada a mi alrededor en la cual tan sólo distingo voces. Sus voces. Las de... ¿Las de quién, Adora?
    Me esfuerzo por contemplar mi alrededor, mas sólo alcanzo a vislumbrar las expresiones de pánico de Glimmer y Bow, y la figura de Catra. Inmóvil. Su rostro se ensombrece ante la situación. ¿Qué es esto que me está pasando? ¿Qué es esta sensación que...?
- Adora.
    Y todo adquiere un paisaje diferente. Un paisaje hermoso. Un cielo estrellado de un mundo que no es este. Una enorme extensión de árboles que emanan vida. Que emanan pura magia. Un grupo de luciérnagas danzan a mi alrededor, posándose sobre la brisa y elevándose suavemente a mi alrededor. Sonrío. "¿Qué es esto?" me digo.
- Adora.
    Y mis ojos descansan en los suyos. Celestes. Tan celestes como el mismísimo cielo. Sus cabellos blancos caen por su espalda, sobre los cuales descansa una hermosa tiara dorada. Viste de blanco, luciendo detalles dorados en dichas vestiduras. Además, luce una llamativa capa roja que le proporciona un aire poderoso e inalcanzable. Es...
- ¿Eres un ángel? -pregunto.
    La chica estalla en una dulce carcajada. Su expresión se suaviza, sosteniendo mis manos.
- Digamos que sí -sonríe-. Soy tu ángel de la guarda.
    Ladeo la cabeza, sin dejar de mirarla. ¿Quiere eso decir que he muerto? ¿Por qué estaría viendo a mi ángel de la guarda sino?
- Pero, ¿sabes qué? -me señala con un leve gesto de cabeza- Que tú también lo eres.
   Frunzo el ceño.
- ¿El qué? -murmuro.
   Y bajo mi mirada por un instante. Y me contemplo. Soy... ella. No exactamente igual, pero... soy como ella. Y esa sensación se ha ido. Ya no hay poder que me supere. Mi alma y mi cuerpo son uno. Ya siento que soy quien debo ser. A pesar de ello, un escalofrío me recorre, una idea que ni yo soy capaz de descifrar me acecha... Siento que hay piezas que no encajan. Justo en ese instante, recuerdo su nombre.
- She-Ra -digo, hundiéndome en el mar de sus ojos.
   Mara niega con la cabeza, colocando una mano sobre mi mejilla.
- Tú también eres un ángel que tiene algo que proteger.