Capítulo 16: Mara

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   El frío de la muerte se aferra a mi alma. No obstante, She-Ra me dio tanta fuerza que aún soy capaz de comunicarme con ella, sea cual sea la versión de ésta. Nunca me gustaron los favoritismos, mas sé que, pase lo que pase, siempre escogeré a Adora. Su alma baila al son de la mía; sus miedos gritan como los míos; sus lágrimas brotan cuando las mías lo harían; e incluso su mirada brilla de la misma forma de la que la mía lo hizo.
    Tendemos a romantizar el término "almas gemelas", pero lo cierto es que caminar de la mano con alguien no siempre implica una relación romántica. Adora es el día, y yo soy el sol. Catra sin embargo, es la noche y su propia luna, complementando a la milésima hasta el más mínimo detalle de la existencia de Adora. No son "almas gemelas", son almas puramente enamoradas.
    Existe una realidad en la que están juntas, creciendo y amando la una a la otra como siempre desearon sus corazones.

   Pero existe otra versión.

   Existe un mundo en el que sus miradas aún se enfrentan. Un mundo en el que sus corazones aún se detienen en seco al verse, mas la ira aún las divide. Existe un mundo en el que no recuerdan nada de aquella pacífica realidad que se está produciendo en este mismo instante en aquella realidad paralela. Existe un mundo, en el que una parte de mí, a veces, lo da todo por perdido.

    Sin embargo, algo en mi corazón se enciende. Algo en mi mirada aflora, arrancándome una pequeña lágrima que resbala por mi mejilla al descubrir cómo su amor estalla de toda comprensión, cómo ese sentimiento resulta ser tan grande que, aunque no devuelve recuerdos concretos, consigue paralizarlas.
    Porque, cuando sus manos accidentalmente se tocan, ambas se congelan. Y detienen la pelea. Sus miradas, por primera vez en mucho tiempo en esta realidad, se posan la una sobre la otra, en lugar de clavarse. Porque, cuando Adora siente la frialdad de las manos de Catra, y ésta la calidez de las de Adora, sus corazones dan un giro de 360º. Y no puedo evitar esbozar una sonrisa al apreciar cómo ambas pronuncian al mismo tiempo las mismas cinco palabras:

- He tenido un Déjà Vu.

Déjà vuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora