Capitulo 27

154 17 4
                                    

Sesión inesperada
  

Abrió sus ojos lentamente, no quería cegarse por la luz entrando por la ventana. Sintió los brazos de Rosé sobre su cintura y su respiración chocar contra su clavícula.

Percibio esa sensación de cansancio a pesar que durmieron más de lo que sus cuerpos les es capaz de soportar

Jennie sentía estar cansada a pesar que no hizo gran cosa el día de ayer, bueno si, tener sexo es cansado y liberador en muchas ocasiones.

Hay más cosas a favor del sexo que en contra, te hace sentir feliz y en muchas ocasiones la tensión que tienes por tus malos pensamientos se agotan en cuestión de segundos o quizá en horas.

La chica de cabello pastel se quejó por los movimientos insistentes de su novia. Hay veces que Jennie cambia demasiadas veces de posición solo para estar cómoda.

Abrazo su cintura sintiendo su estómago contraerse por el aire que salía de sus pulmones, beso su hombro teniendo de vuelta otro quejido mañanero.

— ¿Te preparo el desayuno, bebé?.— acarició su espalda y parte de sus muslos.

— Si va a ser cereal...— cambió de posición quedando frente a frente.— Mejor yo te ayudo a prepararlo.

Sin avisar, Rosé llevó su mano a los pechos de su novia acariciándolos con delicadeza.

El rostro de Jane era un completo tomate por las acciones de su novia, olvidó por un segundo el propósito inicial de la conversación.

— ¿Quieres desayunar o...?.— bajo su mano hasta la pelvis de su novia sintiendo lo caliente que estaba.

— Vamos a desayunar.— dejo un beso corto apartando la mano inquieta de Jen.

Salieron de la habitación con la mecha apagada. Visualizaron la cocina en orden y sin rastro alguno de haber alimento fresco en ese refrigerador.

— ¿Desde cuando compraste estos Gerber, Jen?.— buscó por todo el paquete la fecha de caducidad.

— Hace como 8 meses.— fue a ver sus papillas.

— Ya están caducados, amor.— abrió uno oliendo su interior.

— A que no, las papillas para bebé nunca se expiran.— agarró uno junto con una cuchara para probarlo.— Aún sabe bien.

Rosé estaba sorprendida por cómo estaba comiendo esos Gerber sin hacer alguna mueca de asco, prefirió no verla y mejor checar que más había dentro de ese refrigerador.

— ¿Quieres uno?.

— No, Jen.— negó de inmediato.— Tu comelos, se ve que están buenos.

Forzó una sonrisa deseando no ver a su novia con diarrea por todo lo que estaba dirigiendo su pobre estómago.

Cómo era de esperarse, el refrigerador estaba totalmente caducado en el sentido que los alimentos olían y sabian mal.

Jennie no dejaba de comer la papilla y solo provocaba que Rosé la viera con temor, agarró su teléfono marcando a un restaurante de comida rápida pidiendo un desayuno típico.

Llegó el alimento justo cuando ya no había más Gerbers por comer, se sentaron en el sillón viendo algún programa mañanero de entretenimiento.

Hicieron caso omiso a la presencia de las dos cuando aquel canal de variedades dejaba salir algún chiste gracioso o alguna noticia sobre los idols de las grandes agencias.

Acabaron cuando dio fin y se disponían a ver otro programa con el mismo humor o misma relevancia.

Se acurrucaron tiernamente, Jennie dejó todo su estrés en el espacio del cuello de Rosé cuando el programa dio inicio.

For the Love of Jane [Chaennie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora