Capitulo 33

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Love us again

      
Abrió sus ojos sintiendo unas cuantas gotas de agua sobre su frente.

Quitó el trapo que le molestaba y lo dejó en la pequeña cubeta al lado de la cama. Se sentó recuperando el aire en sus pulmones y ganando la poca energía que le faltaba.

Puso sus pantuflas saliendo de su habitación, sus padres recién terminaron de desayunar pero ella apenas iniciaba su día.

— Buenas tardes.— trató de bromear y solo consiguió miradas preocupantes.

— ¿Ya no tienes fiebre?.— su madre sintió su frente verificando su temperatura

— Creo que no.— tomó asiento enfrente de su padre.

— ¿No te duele tu cabeza, tu cuerpo, algo?.

— No papá.— sirvió un poco del desayuno en su plato.— Descanse bien.— la miró nada segura de sus palabras.— ...Lo prometo.

— Ten tu medicamento, Jen.— extendió un vaso junto con una caja de medicinas.— Tómalo antes de comer.

Lo agarró con odio, sacó un par de tabletas y las tomó casi a la fuerza. Estaba de sobra decir que conocía a la perfección cada medicamento que recorría su sangre en ocasiones, pero el que ingirió estaba horrible.

— Agh.— hizo una mueca.— Sabe horrible esa hija de puta.

— Jen.— su padre la miró feo.

— Solo por hoy tómala, mañana ya no será necesario.

— ¿Segura que es el medicamento adecuado, mamá?.— dejó la cuchara a un lado.— Ayer vomité y solo me dolía la cabeza.

— Si hija, es el que siempre tomas.— acarició su nuca.— Desayuna... o come, lo que sea.

Suspiró aún conservando el sabor amargo del antibiótico.

Empezó a conversar con su papá de algunas cosas bizarras, era divertido tener temas de conversación tan extraños, sarcásticos e interesantes con él.

Se olvidó un poco de sus delirios románticos fallidos.

Mientras tanto, su madre hacía compañía y en ocasiones atacaba los chistes de su papá de manera magistral.

— Ya no quiero.— sobo su estómago.

— Ve a ducharte, hija.— la miró de pies a cabeza.— Ya no hueles a Channel.

Se fue riendo hasta entrar al baño.

Se miró en el espejo detallando su decaído aspecto. Un pensamiento fugaz lleno su mente con una idea que a su parecer era la respuesta ante todo esto.

Tomó su celular buscando en internet algún vuelo a Australia, específicamente a Melbourne.

Esperaba encontrar demasiados, pero la realidad es que eran pocos los vuelos improvisados a aquel continente. Los pocos eran en primera clase y demasiado caros para viajar, pero no le importo, si esa era la única forma de estar con Roseanne lo haría sin pensarlo dos veces.

Compró únicamente un vuelo de ida, se montó toda una película ella misma sobre lo que pasará. Era justo como esperaba y ella no podía negarse a viajar a su lado.

Suspiró aliviada por tener la solución que tanto le quebró la cabeza.

Se duchó saboreando el aroma de las fragancias de rosas y el shampoo de hombre que desde ese entonces se volvió parte de su rutina.

For the Love of Jane [Chaennie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora