Capitulo 7

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Extrañamente Linda

Rosé

Tendí mi cama perfectamente como lo hacía con mi antiguo colchón en Australia, aún quedaba tiempo suficiente para desayunar y después ir a la universidad.

Salí de mi habitación rumbo a mi refrigerador, saqué un envase de leche junto con algunas fresas, llevé todo a la mesa y me disponía a hacer unas deliciosas tostadas.

Fui a mi alacena para sacar de ahí la Nutella y la mermelada de fresa. Compré excesivamente muchos frascos de los dos manjares para que así nunca se terminarán, agarraré dos tostadas y las coloque en la tostadora, pulse el botón de no tan tostado para que no se quemen.

A los pocos segundos un sonido hizo que me desconcentrara de todo lo que estaba haciendo, las tostadas ya estaban sobresaliendo del pequeño artículo de cocina. Las coloqué en un plato y debía ponerle la Nutella y la mermelada.

Terminé de desayunar en el momento exacto para irme a la escuela, tome todas mis cosas, salí del departamento, cerré la puerta con candado, caminé hasta llegar al elevador y una vez abajo del enorme edificio tenía que pedir un taxi o irme en autobús.

El autobús estaba un poco cerca de mi hogar y para este momento debería de llegar 20 minutos antes de las 7, caminé lo más rápido que pude, llegué a la estación del autobús y justo estaba estacionado en la carretera, subí, escogí un asiento libre que curiosamente eran prácticamente todos.

En el camión solo estaban 2 estudiantes de secundaria platicando de sus tonterías, me senté en un asiento del fondo, saque los audífonos de mi celular y busqué alguna canción para distraerme en el viaje.

Mire por la ventana a todos los autos que pasaban, a todas las personas caminando rumbo a su escuela.

Es gracioso pensar que en un momento de mi vida fui una adolescente preocupada por las tareas en equipo, una adolescente que su mayor angustia era saber quién le gustaba a quien, una adolescente que en cierta forma no tenía algún deber más que hacer sus tareas, en ningún momento supe cuando fue que crecí tanto para ahora estar lejos de casa.

Mi vista seguía a todos los árboles, en la brisa de la mañana, en el viento limpio y frío de la ciudad de Seúl, el cielo se veía gris que no se comparaba en nada con el cielo azul y brillante de Australia.

Aún me sorprende que esté viviendo aquí, es como si fuera un sueño, un sueño el cual desearía que mi mamá o Alice me despertarán, pero que para mí desgracia esto no era un sueño lúcido.

Es jodido que esté viviendo sola, ya llevo en Corea 2 meses y aún no estoy acostumbrada a la forma de vivir de este país.

Cambie de canción a una más relajada y lenta, no supe cuál era debido a que le di aleatorio a una playlist cualquiera. Cerré mis ojos para dejar que mis otros sentidos sintieran la melodía.

En mi mente llegaron diferentes momentos que extraño con mi familia, amigos, algunas fiestas, comidas, todo extraño.

Suspiré al saber que aún faltaban 2 años para regresar a Melbourne, sé que debo ser positiva en todo lo que pase pero cuesta demasiado.

Cambie de posición en mi asiento a uno más cómodo, volví a cerrar los ojos y sin darme cuenta mi cerebro me restregó en mi mente la imagen de aquella chica castaña con ojos gatunos, esa estudiante me miraba de forma desafiante como si fuera una presa fácil de atacar, como si yo fuera la carnada y ella la animal salvaje hambrienta.

No sé porque la imaginé en este preciso momento.

Esa chica me lleva observando en cada receso de la universidad pero lo más extraño es que pareciera que yo la encuentro a ella.

For the Love of Jane [Chaennie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora