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POV Jordi

* * *

Me sentía muy mareado. ¿Dónde estaba? Abrí los ojos, y tan solo vi paredes de color blanco.

-Jordi, ¿estás bien?

- ¿Mamá?

-Sí hijo - me dio la mano.

-Alex, ¿ dónde está?

-En la habitación de al lado.

-Haz que lo traigan como sea.

Mi madre salió de la habitación y pocos minutos después vi entrar otra camilla, y en ella a Alex. Pusieron su camilla al lado de la mía.

- ¿Duerme? -pregunté

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- ¿Duerme? -pregunté.

-Está sedado.

- ¿Te importa dejarnos a solas?

-Claro que no - y salió.

Giré mi cabeza, noté una punzada muy fuerte en el cuello, pero me dio igual. Miré a Alex. Tenía muchas heridas en su cara, en sus brazos, en sus manos. Le di la mano y cerré los ojos. 《Todo saldrá bien》, 《ya estamos a salvo bebé》. Ahora ya podía respirar tranquilamente. A partir de ahora protegeré de cualquier cosa a Alex, por mínima que sea, por no haberle protegido cuando más me necesitaba. Cuando me estaba desangrando y vi luchar a Alex contra David, debí haberme levantado, debí haber matado a ese hijo de puta. Debí haber luchado...

Acariciaba su mano con la mía. Tenía las manos frías e intentaba calentárselas. Abrió débilmente sus ojos. Y sin decir nada apartó su mano.

-Alex, mi amor...

Intenté volver a cogérselas, pero él se alejó más. Me miraba atento con sus ojos.

-Háblame, dime algo por favor...-me miró ¿asustado?

Desvió su mirada. Sé que es duro lo que nos ha pasado, pero ¿ por qué debería asustarse de mí? No lo entiendo. Pero seguro tiene sus razones, aunque no las diga.

-Tranquilo, no te tocaré si tú no quieres. Pero que sepas que estoy aquí, y que nadie nos puede hacer daño ahora...

Le di la espalda y me acomodé en la camilla. Me dolía todo el cuerpo. Tenía cables y más cables a mi alrededor, agujas clavadas en mi cuerpo... Uf...todo era tan confuso...

Mi madre volvió a entrar

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Mi madre volvió a entrar. Ella se sentó a mi lado y me dio la mano.

-Cariño, ¿estás bien?

-No mamá. No tienes ni idea.

-Tienes que contarme muchas cosas. Tu padre y yo siempre estamos trabajando, y nunca tenemos tiempo para ti. Y me gustaría saber más de ti, saber más de vosotros dos. Por favor, cuéntamelo todo.

Y empecé a contarle todo, sin omitirle ningún detalle. Estuvimos allí horas, y mientras le contaba a mi madre, sentía la mirada clavada de Alex en mí. No paraba de mirarme, no paraba de escucharme. La doctora entró.

- ¿Cómo te encuentras Jordi?

-Estoy mucho mejor que antes, pero sigo débil.

-Entiendo. ¿Has podido hablar con Alex? Nosotros no hemos podido sacarle ni una palabra.

-Yo igual, no quiere hablar conmigo, tampoco quiere que le toque...

-Esto será muy duro, tendréis que ir a terapia, juntos. Para que Alex pueda soltarse, para que pueda desenvolverse bien en esta situación, y por supuesto necesitará tu ayuda.

-Pero él no quiere nada de mí.

-Poco a poco, no te apures.

La doctora salió junto a mi madre. Y me volví a quedar solo con Alex. Había un gran silencio, no se escuchaba nada, y se me ocurrió una idea. Empecé a hablar con él.

-Alex, ¿te acuerdas la primera vez que nos vimos?

-...

-Yo sí que me acuerdo, fue hace mucho, en clase del Profesor Muermo...-y empecé a conversar con él.

Alex no contestaba nada, pero escuchaba atentamente. Veía como brillaban sus ojos al contarle nuestras historias...

ChicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora