Esta es la historia de Alex. Una historia fascinante, llena de romance, alguna que otra amistad, demasiados problemas, un pasado...triste, y un futuro incierto.
¿Estáis dispuestos a descubrirlo todo?
Bienvenid@s a Chico.
Me sentía muy mareado. ¿Dónde estaba? Abrí los ojos, y tan solo vi paredes de color blanco.
-Jordi, ¿estás bien?
- ¿Mamá?
-Sí hijo - me dio la mano.
-Alex, ¿ dónde está?
-En la habitación de al lado.
-Haz que lo traigan como sea.
Mi madre salió de la habitación y pocos minutos después vi entrar otra camilla, y en ella a Alex. Pusieron su camilla al lado de la mía.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿Duerme? -pregunté.
-Está sedado.
- ¿Te importa dejarnos a solas?
-Claro que no - y salió.
Giré mi cabeza, noté una punzada muy fuerte en el cuello, pero me dio igual. Miré a Alex. Tenía muchas heridas en su cara, en sus brazos, en sus manos. Le di la mano y cerré los ojos. 《Todo saldrá bien》, 《ya estamos a salvo bebé》. Ahora ya podía respirar tranquilamente. A partir de ahora protegeré de cualquier cosa a Alex, por mínima que sea, por no haberle protegido cuando más me necesitaba. Cuando me estaba desangrando y vi luchar a Alex contra David, debí haberme levantado, debí haber matado a ese hijo de puta. Debí haber luchado...
Acariciaba su mano con la mía. Tenía las manos frías e intentaba calentárselas. Abrió débilmente sus ojos. Y sin decir nada apartó su mano.
-Alex, mi amor...
Intenté volver a cogérselas, pero él se alejó más. Me miraba atento con sus ojos.
-Háblame, dime algo por favor...-me miró ¿asustado?
Desvió su mirada. Sé que es duro lo que nos ha pasado, pero ¿ por qué debería asustarse de mí? No lo entiendo. Pero seguro tiene sus razones, aunque no las diga.
-Tranquilo, no te tocaré si tú no quieres. Pero que sepas que estoy aquí, y que nadie nos puede hacer daño ahora...
Le di la espalda y me acomodé en la camilla. Me dolía todo el cuerpo. Tenía cables y más cables a mi alrededor, agujas clavadas en mi cuerpo... Uf...todo era tan confuso...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi madre volvió a entrar. Ella se sentó a mi lado y me dio la mano.
-Cariño, ¿estás bien?
-No mamá. No tienes ni idea.
-Tienes que contarme muchas cosas. Tu padre y yo siempre estamos trabajando, y nunca tenemos tiempo para ti. Y me gustaría saber más de ti, saber más de vosotros dos. Por favor, cuéntamelo todo.
Y empecé a contarle todo, sin omitirle ningún detalle. Estuvimos allí horas, y mientras le contaba a mi madre, sentía la mirada clavada de Alex en mí. No paraba de mirarme, no paraba de escucharme. La doctora entró.
- ¿Cómo te encuentras Jordi?
-Estoy mucho mejor que antes, pero sigo débil.
-Entiendo. ¿Has podido hablar con Alex? Nosotros no hemos podido sacarle ni una palabra.
-Yo igual, no quiere hablar conmigo, tampoco quiere que le toque...
-Esto será muy duro, tendréis que ir a terapia, juntos. Para que Alex pueda soltarse, para que pueda desenvolverse bien en esta situación, y por supuesto necesitará tu ayuda.
-Pero él no quiere nada de mí.
-Poco a poco, no te apures.
La doctora salió junto a mi madre. Y me volví a quedar solo con Alex. Había un gran silencio, no se escuchaba nada, y se me ocurrió una idea. Empecé a hablar con él.
-Alex, ¿te acuerdas la primera vez que nos vimos?
-...
-Yo sí que me acuerdo, fue hace mucho, en clase del Profesor Muermo...-y empecé a conversar con él.
Alex no contestaba nada, pero escuchaba atentamente. Veía como brillaban sus ojos al contarle nuestras historias...