Esta es la historia de Alex. Una historia fascinante, llena de romance, alguna que otra amistad, demasiados problemas, un pasado...triste, y un futuro incierto.
¿Estáis dispuestos a descubrirlo todo?
Bienvenid@s a Chico.
Jordi y yo llegamos a su casa, agotados por las aburridas clases. Se avecinaba una semana de fiestas, y no tendríamos que asistir a clase. Los padres de Jordi siempre estaban fuera, así que prácticamente teníamos la casa para nosotros dos solos. Patrick como siempre, ya nos tenía la comida preparada.
- ¿Quieres ir esta tarde a la feria? Me he enterado que este año han puesto noria.
- ¡Claro! Hace muchísimo que no voy - contesté.
-Perfecto.
La tarde pasó bastante lenta, pero por fin llegó el momento de arreglarnos para la feria. Cogí unos vaqueros de color gris oscuro, una camiseta blanca y una chaqueta negra de cuero. Cuando estuvimos preparados salimos de casa y fuimos hasta la feria. Las luces cegadoras y las voces de los niños resonaban por el lugar. Compramos algodón de azúcar y nos montamos en la noria. Fue increíble, aunque tuve un poco de miedo porque iba bastante rápido, pero Jordi me cogió de la mano y lo superé...
Fue una gran noche y, después de 2 algodones de azúcar, 4 batidos, demasiados churros y un osito de peluche que ganó Jordi en el tiro a los dardos, estaba agotado y quería llegar a casa. Abrimos la puerta y nos encontramos a Patrick, cosa que nos sorprendió porque ya debería estar en su casa descansado.
-Señorito Alex, tiene visita.
- ¿Yo? -pregunté confuso.
Jordi y yo entramos y vimos a un chico sentado en el sofá. Al vernos se levantó y se puso en frente nuestro.
-Buenas noches, ¿ cuál de los dos es Alex? -preguntó aquel desconocido.
-Yo, ¿ quién eres?
-Soy Liam, tu hermano.
Miré a Jordi muy confundido.
-Perdóname un segundo - le estiré a Jordi de la manga para que me siguiera.
-Estoy confundido.
-Lo primero es lo primero, que nos cuente su historia y, en caso de que suene creíble, le pediremos que se haga una prueba de ADN.
Volvimos con Liam y nos sentamos los tres en la mesa del comedor.
-Cuéntame, ¿ cómo sabes que somos hermanos?
-Mi madre me contó que mi padre tenía otra familia, y yo no comprendí nada de eso. Finalmente me contó que una vez, mientras ella estaba en un bar, un hombre se le acercó, puso su canción favorita y la sacó a bailar. Y, de esa noche de placer, salí yo. Me dijo como se llamaba mi padre y busqué y busqué, y hace tres días lo encontré. Hoy mismo fui a su casa y se lo expliqué todo, él me dijo que tenía una hija pero que hace unos meses viniste con una chorrada de que eras chico. Me dijo que te largaste con alguien, y que ya no volviste. Os vi entrar en esta casa, antes de la hora de comer, así que supuse que ahora vivías aquí y bueno, eso es todo.
Me quedé en shock.
-Em... Y, ¿Quieres algo de mí? ¿Dinero, un riñón...?
-No, nada de eso. Sólo quería saber quién era mi medio hermana - le fulminé con la mirada- quiero decir...hermano.
- ¿Tienes dónde quedarte a dormir? -preguntó Jordi.
-Estoy en un hotel aquí cerca, no os preocupéis.
-Estoy muy cansado y tengo que pensar en todo esto, pero si de verdad estas dispuesto a conocerme y a ser parte de la familia, espero verte en el hospital mañana para hacernos la prueba de ADN.
-Por supuesto, nos vemos allí a las 11, encantado - le dio la mano a Jordi y salió por la puerta.
Estaba superado con las emociones, a lo mejor es una oportunidad, perdí el cariño de un padre y ahora me dio un hermano. Estaba agotado.
-Vamos arriba amor - dijo Jordi cogiéndome de la mano.
Subimos arriba y cerramos la puerta. Nos quitamos la ropa y nos metimos en la cama. Nos quedamos mirándonos.
-Sé que esta situación te sobrepasa y que ahora mismo solo tienes ganas de descansar, pero he consultado algo que te incumbe, y quería decírtelo esta noche.
-Me estas asustando, ¿ qué pasa?
-Tranquilo, no debes preocuparte es solo que he buscado un médico, uno de los mejores médicos que hay, y puede hacerte las operaciones de cambio de género.
-Pero, ¡eso es maravilloso! -nos incorporamos y le di un abrazo.
Él me dio un beso, el roce de sus labios junto los míos me excitaron y no voy a negar que noté como él también se excitaba. Jordi se separó de repente.
- ¿Estás bien? -pregunté.
-Sí, es solo que...necesito ir al baño...-se puso de pie y cogió un cojín y se tapó la entrepierna.
Me puse rojo enseguida. Me levanté y me puse en frente de él. Le di un beso en los labios.
- ¿Te acuerdas que te dije que nunca había visto a un chico desnudo? -asintió con la cabeza- ¿me lo enseñarías? - le susurré.
Cogió su camiseta con la boca para que lo viera, ver su piel... Le pegué un pequeño empujón, haciendo que se sentara en la cama.
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Le acaricié los pectorales y bajé poco a poco por su abdomen. Le quité los pantalones y acaricié suavemente su entrepierna por encima de la tela. Noté como se endurecía bajo mi mano.
- ¿Seguro que quieres hacerlo? -me preguntó con voz grave.
-Sí, quiero.
-Está bien.
Se quitó los bóxers, una mano la apoyó sobre mi cabeza, cogió de nuevo mi mano y la puso sobre su entrepierna. Acaricié delicadamente y Jordi jadeó.
- ¿Te gusta? -le susurré.
Seguí acariciando, de arriba abajo. Jordi hacía ruidos, gemía y gruñía.
-Alex...-dijo entre gemidos - voy a correrme mi amor.
Mientras seguía arrodillado ante él, me metí su pene en la boca. Lamía suavemente para no hacerle daño. Poco después sentí un líquido caliente saliendo a presión en mi boca. Se estaba corriendo, en mí. Tragué todo y me levanté.
-Tienes algo...aquí - me dio un beso y lamió parte de mi labio - ya está.
Se tumbó en la cama, y antes de que me tumbara, me quité la ropa interior, me quedé solamente con la venda que tenía en el pecho. Me tumbé a su lado, dándole la espalda. Él me rodeó con sus brazos, quedando muy pegado a mí. Cerré los ojos y me acomodé entre sus brazos. Él se movió un poco, y noté como su pene se colocaba entre mis nalgas. Me tensé durante unos segundos porque era una sensación un poco extraña, pero después fui cogiéndole el gusto, y así nos quedamos, abrazados, muy juntos.