🌹012🌹

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Llegó el día. Hoy sería el día en el que se cumpliría el trato...

Estaba muy nerviosa, será mi primera vez. Asique me preparé. Me rasuré, me puse crema, perfume, me vestí bonita y me puse una ropa interior que se viera sexy pero no tan atrevida.

Estaba preparándome en casa

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Estaba preparándome en casa. Mi padre pues habían ya 2 días que no venía a casa. ¿Me debería de preocupar? Pensé. Pero luego borré ese pensamiento de mi mente ya que él nunca se preocupo por mí. Me puse un vestido rojo y cuándo estaba lista salí de la casa y entonces había un auto afuera estacionado y no sabia de quién era. Cerré la casa y luego cuándo me giré Adam, estaba detrás de mí y me dió un susto.

— ¡Adam, por Dios! — Me queje asustada con una mano en mí pecho.

— ¿Asustada, Avalos Esquivel? — Pronunció mí apellido y yo quedé en "shock".

— ¿Cómo descubriste dónde vivo y cómo descubriste mi verdadero apellido?

El me rodeó con sus manos en los bolsillos.

— Es un secreto cómo el tuyo.

— Quería proteger mi identidad. Al menos no te mentí en lo más importante. — Me defendí.

— Tranquila tigresa blanca. No me voy a molestar por eso. Tenías tus motivos.

— ¿Entonces que haces aquí? Pensé que nos veríamos en tal dirección.

— Era una estrategia para engañarte además, los planes son otros.

— ¿A sí? ¿Cuáles? Porque eso no era parte del trato.

— Descubrí toda la verdad y sigo aquí aún. ¿Puedes confiar en mí? — Me extendió su mano.

Miré su mano, lo pensé y lo dude. ¿Estará mintiendo? Luego Miré su rostro y su rostro no mentía o al menos eso veía yo. Y acepté. Le di mi mano y él me llevó hasta al auto y me abrió la puerta del copiloto.

— ¿Tú conduciras? — Él asintió. — Pensé que tenías tu propio chófer. ¿Hoy dejaste a tus guardias? — Dije sarcástica.

— Muy graciosa Amalia. Contestando tu pregunta de vez en cuándo me gusta ser yo quién guíe y quién tome el control. Ahora súbete hay que cumplir el negocio.

No dije nada, me subí al auto y él me cerró la puerta.

***

— ¿Qué es este lugar?

Llegamos a una especie de mansión.

— Es una de mis villas personal.

El portón se abrió y el entró el auto.

— ¿Qué hacemos aquí entonces?

— Aquí... — Apagó el auto. — Será dónde lo haremos. — Lo miro estupefacta. — ¿Qué? Creíste qué lo haríamos en cualquier hotel. — Asiento.  — Pues a mí me gusta hacer las cosas diferentes siempre. — Me guiña un ojo y se baja del auto.

Yo sigo aún sorprendida y abren la puerta del auto y me ofrecen la mano.

— La acepto. — Gracias.

— Por cierto, te vez ardiente.

Me sonrojé un poco. ¿Acaso Adam, está muy directo o atrevido hoy?

Me llevó con él a la puerta y entramos.

Lo seguimos hasta unas escaleras que estaban llenas de velas y estás escaleras llevaban a una puerta que estaba medio abierta y resultó que llevaban a una habitación

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Lo seguimos hasta unas escaleras que estaban llenas de velas y estás escaleras llevaban a una puerta que estaba medio abierta y resultó que llevaban a una habitación. Mis nervios aumentaron. Adam, me dejó pasar primero y luego él detrás de mí. La habitación era grande con una cama grandisíma y la habitación estaba decorada con velas, pétalos de rosas y una luz tenue.

— ¿Te gusta? — Habló Adam

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— ¿Te gusta? — Habló Adam.

— Caminé hasta la cama. — ¿Qué si me gusta? ¡Ni siquiera me esperaba todo esto! Pensaba que todo sería tan...

— ¿Típico?, ¿ordinario?, ¿normal? ¿Horrible?

— Algo así...

Adam, llegó hasta a mí y se puso frente a frente.

— Creo qué una chica cómo tú merece esto y más... Además no podía permitirme qué la primera vez tuya sea tan mal. Soy considerado.

— Gracias por serlo y tomarlo en cuenta. Estoy segura que nadie lo hubiera hecho.

— Ahora que sé todo de ti. Qué se todo lo que has vivido, creo que te mereces lo mejor. — Acercó su rostro muy cerca del mío casi rozando nuestros labios y mi respiración se aceleró. — ¿Quieres algo de beber antes de hacerlo?

— N-no... quiero estar completamente consciente cuándo lo haga. — Hablé sin separar mi rostro del suyo. Al tener su cercanía su perfume de hombre me daba aún más fuerte y olía muy bien.

— Entonces creo que no te molestará que empiece ahora.

Acto seguido me besó. Yo me desbalancé un poco y mis pies chocaron con la cama. Mi corazón latía a mil pero le seguí el beso, primero torpemente en lo que le seguía el ritmo pero luego me adapté y lo pude seguir haciendo que el beso se sintiera placentero. Adam, bajó a mi cuello y mientras me besó el cuello dijo unas palabras "Eres bellísima Amalia, no sabes lo mucho que me has provocado".  Haciendo que esas palabras provocarán algo en mí y despertaran algo que no sabría decir qué. Mientras él me besaba  me dejaba llevar y se sentía tan placentero tanto jadeos empezaron a salir de mi boca...

𝕍𝕖𝕟𝕕í 𝕄í 𝕍𝕚𝕣𝕘𝕚𝕟𝕚𝕕𝕒𝕕 𝔸 𝔸𝕕𝕒𝕞 𝕃𝕠𝕒𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora