🌹013🌹

4K 204 6
                                    

Advertencia de +18 ⚠️


Jadeos empezaron a salir de mí. Adam, puso las manos en mi cintura y me trajeron a él, yo puse mis manos en su pelo y las enrede. Luego el empezó a hacer chupones suaves hasta bajar a mí escote dónde se separó y me observó a los ojos.

— ¿Quieres más?

Yo estaba jadeante. Qué es está sensación en mí... quería más de ella... entonces atrají el rostro de Adam, y estampe mis labios en sus labios. Los besos ahora eran más rápido pero no tan desesperados. También eran besos combinados junto con besos atrevidos de lenguas. Entonces él empezó a quitarse su chaqueta y yo puse mis manos en su camisa y torpemente iba haciendo el intento de desabrochar su camisa de botones y cuándo ya había terminado con los botones Adam, se terminó de quitar la camisa el mismo por sus brazos y yo puse mis manos en su pecho. Esperaba sentir un pecho con pelos o un pecho no tan en forma pero fue todo lo contrario. Mientras Adam, me besaba con los ojos cerrados yo los abrí un poco para observarlo sin camisa. A sus 40 años y se conservaba bien conservado.

Los volví a cerrar y bajé mis manos un poco hasta su abdomen sintiendo su cuerpo en forma. Él puso una mano en una de mis nalgas y la apretó haciendo que yo jadeara y gimiera un poco y luego la otra mano la puso en mi pecho haciendo lo mismo y un gemido bajo se me escapó.

— Volteate — Ordenó.

Instantáneamente me cuerpo se volteó. Él puso mi pelo aún lado y bajo la cremallera de mi vestido rojo. Me aguanté el vestido y cuándo estuve de frente a él, lo de dejé caer exponiendo mi ropa interior. Me observó y yo me sonrojé completamente, que bueno que la luz de la habitación no era tanta así no se podría ver el tomate que sería mi cara.

Pasó un dedo bajando desde mi cuello hasta mí abdomen que se hundió un poco al sentir el tacto de su dedo índice cómo trazando un camino imaginario. Él se acercó a mí, me besó de nuevo poniendo sus dos manos en mi cintura y me empezó a recostar en la cama suavemente.

— Quiero... que-dizfrutes-y te-dejes-llevar. — Dijo con voz melosa y un poco ronca e jadeante. Asentí. — Déjame enseñarte algo que te va a gustar...

Me dio un beso y sacó uno de mis pecho para saborearlo él y chuparlo. Di un gemido ahogado. ¡Se siente tan bien! Cómo es que nunca hice esto... pero mis pensamientos se vieron interrumpidos por el placer que estaba sintiendo en ese momento. Luego él bajó besándome el abdomen y eso se sentía aún mejor y sentí cómo me mojé un poco y apreté mis piernas un poco y gemi suave. Adam, me miró desde mi abdomen con esos ojos azules cómo los míos tan candentes y deseosos. Él sabía lo que estaba provocando y le gustaba porque lo podía ver en sus ojos. Luego volvió a bajar su mirada y puso sus manos en mi braga. Me puse en alerta y nerviosa. Sabía lo que venía, por primera vez un hombre vería mi intimidad... el empezó a bajar mis bragas y yo me tapé la cara con mis manos de la vergüenza que tenía. No era lo mismo hacerlo yo a que lo hiciera otra persona. Ahora mí intimidad estaba expuesta. No sabía si Adam, estaba mirando o no sólo sé que no quería mirar.

— No deberías taparte la cara, Amalia. Eres bellísima. Me gusta todo de ti.

Dicho eso sentí cómo sus manos bajaron hasta mi intimidad y mi respiración se aceleró. Entonces él jugó un poco con mi clitoris haciendo que gimiera alto. Empecé a sentir mucho placer y me dejé llevar tanto que quité las manos de mi cara y las bajé agarrando la sabana. Luego el lo llevó al siguiente nivel y llevó uno de sus dedos adentro de mí intimidad.

— ¡Ah-Adam! — Se me escapó de mi boca.

— Shh... — puso un dedo en mi boca. — Aún no empiezo.

Entonces empezó a introducir su dedo y hacer movimientos de meter y sacar su dedo pero no lo sacaba completamente.

— ¿Te gusta así? — Asentí. — ¿Y qué tal así?

Mientras me iba acostumbrando él iba aumentando la velocidad y mis gemidos se escuchaban en conjunto con el ruido de mí intimidad mojada cuándo metía y sacaban su dedo, Adam. Entonces Adam, se detuvo.

— Y-ya no puedo aguantar más. Tengo que hacerlo ¿Estás lista?

Estaba muy exitada y asentí. Sí eso fueron sus dedos su pene se debe de sentir mejor.

Él se levantó y comenzó a desabrochar se su cinturón y su pantalón.

Su bulto se notaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Su bulto se notaba. Luego de sus bolsillos buscó y sacó un condón. Quitó su pantalón junto con su calzoncillo y dejó expuesto su pene con su erección al máximo. Se puso su condón en frente de mí y luego me miró cómo león que va a cazar a su presa y se empezó acercar para luego abrir mis piernas y acomodarse en ellas. Me quitó mi sostén que era lo único que me quedaba y ahora estaba completamente desnuda igual que él.

Nos besamos y rozó un poco su pene con mi intimidad haciendo jadear al sentir su dura erección.

— Voy a entrar... — Me aviso.

Acomodó su amigo bien y luego entró en mí pero no de un sopetón sino un poco suave para que me acostumbrara. Se sentía incómodo al principio y dolía un poco, era una sensación nueva para mí. Pero hoy... cumpliría con el trato. Le entregué mi virginidad a Adam Loan. Hoy dejé de ser Amalia, la adolescente y me convertí en Amalia, la mujer.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝕍𝕖𝕟𝕕í 𝕄í 𝕍𝕚𝕣𝕘𝕚𝕟𝕚𝕕𝕒𝕕 𝔸 𝔸𝕕𝕒𝕞 𝕃𝕠𝕒𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora