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Yo me quedé mirando atentamente a sus gestos. Él trago profundo, respiración acelerada, está nervioso y no es capaz de mirar por mucho tiempo a los ojos a ella. Él sabe algo...

Me acerqué violentamente a él, lo cogí por el cuello y lo pegué a la pared más cercana mirándolo amenazador y molesto.

— ¡¡Habla!! — Alzó la voz.

— Trató de safarse. — ¡Suéltame imbécil!

Apreté más mi agarre en su cuello.

— ¡¡Contéstale!! ¡¡Ahora!! ¡¡O te juro que te devolveré el puñetazo que me diste más fuerte y habrán más en tu cara!! — Amenace frío.

Con él no tendré misericordia.

— Castiel... si de verdad me aprecias dime la verdad. — Habló mí Amalia.

— Ss-sí... lo sabía... — Dijo con dificultad.

Yo lo solté y el empezó a jadear y buscar aire. Yo miré a ella y ella estaba dolida y pude ver en sus ojos que quería llorar pero me miró y se hizo la fuerte. Cuándo Ciprianno, se recompuso ella le dio dos bofetadas. Fueron fuertes porque se quedaron marcadas en la cara de él.

— ¡¡Eres un descarado!! ¡¡Eres un... un imbécil y un falso traidor también!!

— ¡¡Él imbécil es él porqué se dejó manipular y chantajear por Shelly!!

Yo iba a darle un puño pero Amalia, puso una mano en mí pecho impidiéndome.

— ¡¡Tú viste cuánto sufrí!!, ¡Todas las noches que lloré, y aún así sabiéndolo te quedaste callado!

— ¡Él no es digno de ti!

— ¿¡Y tú sí!? — Ciprianno iba hablar pero se quedó callado. — Adam, al menos lo hizo para protegerme ¿¡Y tú!?

— Porque... — Amalia, lo interrumpe.

— ¡Por razones egoístas!

¡En tu cara! ¡Ja! Pensé.

— ¡Pero sabes qué! ¡Se acabó el jueguito de todos contra mí! ¡Ahora mismo iré a darle a decirle en la cara a Vankov, que ella ni nadie nos separará a Adam y a mí! — Entrelasó su mano con la mía. — ¡Ni tú ni nada!

Dicho eso Amalia, siguió su camino junto conmigo agarrados de mano. Ahora somos una pareja segura y fuerte y pronto... seremos una familia.

Llegamos a la puerta de Shelly, Amalia se escondió para que Shelly, no pudiera ver que yo estaba con ella. Y cuándo mirara a través de la mirilla de su puerta pensara que yo estaba sólo y de esta manera abriera la puerta inmediatamente.

Yo toqué la puerta fuertemente, casi cómo si quisiera tumbar la puerta. Una Shelly, se quejaba del otro lado y luego abrió la puerta.

— ¿Adam? ¿¡Qué te pasa!?

Amalia, se paro a mí lado rápidamente y Shelly, se quedó asombrada con la cara pálida que cogió color cuándo Amalia, se le tiró encima y le dio un puñetazo en la boca. Yo la agarré antes de que siguiera. Ahora estaba embarazada y tenía que cuidar de ella.

— Amalia, detente recuerda a que vinimos. — Le dije. — Debes pensar en nuestro bebé también — le susurré al oído.

Ella se tranquilizó.

— Eres una... — Agarré la mano de Shelly, que pensaba darle.

— ¡No te atrevas a tocarla! — Con voz hostil y gélida.

Shelly, me miró furiosa y se soltó de mala gana de mi brazo.

— ¡Les diré a todos! — Amenazó.

— Puedes decirle a quién quieras lo que te dé la gana. — Habló Amalia. — A nosotros... — Entrelasó nuestras manos. — No nos importa ya. Tus manipulaciones y juegos se acabaron envidiosa.

— ¡Aún así logré separarlos!

— Por un tiempo. Pero ¡ya no más! — También hablé yo. — Shelly me observa ahora a mí. — Ahora estamos unidos y para siempre. Por que Amalia, — Pongo una mano en el vientre de ella — Está esperando un hijo mío.

— ¡Eso no es... — Iba a negar, Shelly.

— Entonces pregúntale a Castiel. — Contestó Amalia. — Ya qué tú y él son tan iguales, pregúntale, él te lo confirmará.

Shelly, comezó a llorar de rabia.

— Es más... deberías pensar en volver con Castiel, ya que tú y él son tal para cuál. Son egoístas, falsos, traidores, mal amigos, mentirosos, chantajistas... y si sigo aún la lista no termina querida.

— ¡Los odio! — Nos comenzó a gritar Shelly histérica agarrándose los pelos — ¡Los odio! ¡¡Larguense de aquí!!

— Lo haremos. Ya no perderemos el tiempo con alguien cómo tú. — Ahora miré, Amalia. — Vámonos querida.

— Espero que te haya quedado claro el mensaje. — Le dijo mi Amali, antes de irnos.

Salimos de aquel edificio y nos subimos de vuelta a la limosina que nos esperaba.

— ¿Estás bien? — Le pregunté Amalia.

— Negó con lágrimas en los ojos. — No, pero lo estaré.

— Ven aquí.

Pensaba que ella se acercaría más a mi para así poder abrazarla pero lo que hizo fue sentarse encima de mí de frente y acostarse en mi pecho. Yo por supuesto aunque no me esperaba eso, puse mis brazos alrededor de ella y la abracé.

— No estás sola más nunca. Ahora yo estoy contigo y estaré unido a ti para siempre.

— Gracias por demostrarme lo que me dijiste de verdad.

— Siempre que tenga que hacerlo lo haré. — Le di un beso en su cabeza.

— Te perdono.

— ¿Estás segura? No tienes que... — Me interrumpe.

— Te perdono.

— Gracias.

— Adam... — ahora se sienta derecha y me mira. — "¿Qué?" Digo yo. — Te amo. — Dicho eso me besa.

Yo le sigo el beso. Cuánto extrañé estos labios sexys y carnosos. Sus besos encienden más la pasión que hay en mí por ella y el amor que siento. La quiero a mi lado todos los días...

— Amalia... — digo entre besos y luego me separo un poco. — ¿Y si te vienes a vivir conmigo?

 — ¿Y si te vienes a vivir conmigo?

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Nota de la autora:

¡Aaaah! Otro capítulo intenso no creen. Les voy a ser sincera me dolió escribir la parte de Castiel, era mi crush de esta historia... pero hay que aceptar la realidad 😫🥲

Eso sí, ame la parte de cuándo Adam, pone una mano en el vientre de Amalia, me dio tanta ternura. Hacen falta más Adam, así cómo él.

Por cierto quería hacerles una pregunta.

¿Hago segunda parte de esta historia o la dejo solo de una? Aún no es el final, tranquilos, solo preguntaba por curiosidad.

Besos y abrazos.

Key.🌹

𝕍𝕖𝕟𝕕í 𝕄í 𝕍𝕚𝕣𝕘𝕚𝕟𝕚𝕕𝕒𝕕 𝔸 𝔸𝕕𝕒𝕞 𝕃𝕠𝕒𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora