Capítulo 35

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Caminó junto a su compañero, las cercanías de Orio a Ugatia estaban bastante tranquilas desde que habían llegado. Habían llegado a Orion hacia una semana, las cosas seguían calmas y por más que quería mantenerse positivo su mente le jugaba una mala pasada y analizaba todo tipo de situación que estuviera ocurriendo en Itanaea junto a sus amigos.

—Camina detrás de mi —habló su compañero.

Hoseok siguió la orden de Doyun, caminó detrás de él estando alerta a cualquier sonido. Estaba cansado después de haber montado guardia toda la noche, pero tampoco quería ir a dormir porque sabía que aquello era abrirles paso a sus pensamientos y terminaría corriendo hacia Itanaea para saber si Taehyung se encontraba bien porque después de todo su trabajo era cuidar a la realeza y Tae ya era parte de ella.

Unos pasos se escucharon cerca de ellos y ambos tomaron sus espadas dispuestos a atacar a quien estuviera por acercarse a ellos.

—Tranquilos —exclamó un chico quizás de la edad de Hoseok—. Soy yo

Un joven de cabellos cenizas salió de unos arbustos y les brindó una sonrisa algo divertida. Hoseok puso sus ojos en blanco y comenzó a caminar nuevamente dejando atrás a sus compañeros, no estaba para juegos estúpidos.

—Hoseok —llamó Doyun—. Debes esperarme

—Estoy en guardia, no estoy para soportar los juegos infantiles de Eun-jin

—Debemos volver al campamento —hablo el chico—. Las cosas se pueden poner turbias por aquí en cualquier momento

—Para eso estamos aquí ¿no? —respondió Hoseok deteniendo su caminata—. No podemos ser unos cobardes

—Tampoco podemos permitir que nos maten, Hoseok —respondió en tono serio.

—Si gustan ustedes pueden irse al campamento —los miró—. Mi misión aquí es saber que carajos está ocurriendo con las pérfidas

Los dos chicos se miraron entre sí para luego dejar escapar un suspiro, después de todo Hoseok era el hijo del General y él sabía que era lo que estaba haciendo así que debían seguir las decisiones que el pelinegro tomara, aunque no fueran las más acertadas.

Hoseok retomó su camino estando alerta a cualquier acontecimiento. Sabía que estaban en terreno de las pérfidas y que su vida podía correr peligro, pero después de todo su padre había confiado en él para enviarlo hasta este lugar porque sabía que él podría con aquello, además debía proteger a Taehyung de lo que aquel grupo de locas quisiera hacerle.

—Dicen que la reina ha encontrado a su hijo —escuchó como Eun-jin hablaba—. Después de todo el niño dejó de ser cobarde y dejó de esconderse

Hoseok tensó su mandíbula al escuchar como el cenizo hablaba. La gente realmente no sabía que era lo que había pasado en realidad, no tenía derecho de hablar sobre el tema.

—Quizás viene en búsqueda de su trono —respondió Doyun riendo—. Se cree lo suficiente hombre para hacerse cargo de toda una nación cuando pasó escondido toda su vida

—Podrían callarse —habló Hoseok en tono molesto—. Pueden oírnos

—Realmente tendremos que cuidar a un niñato —habló Eun-jin.

Hoseok volvió a detener su caminata y se dirigió hacia sus dos compañeros mirándolos seriamente.

—Una palabra más sobre el príncipe perdido y no dudaré en cortar sus gargantas —exclamó—. Nuestro deber como guardias es cuidar a la realeza y sea un niñato o no, vamos a cuidarlo

Hijo de la Luna || Taekook (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora