Capítulo 4

406 36 0
                                    

Lo sé por su postura, sus gestos, es idéntico lo que en un principio me hizo dudar pero lo que si me lo confirma es su mirada, este hombre tiene una mirada fría, dura, definitivamente no es Alex.
Mi papá da los primeros pasos para ingresar, prácticamente me obliga a caminar y los músicos al vernos comienzan a tocar el Ave María, todos los invitados se ponen de pie, me miran y comienzan a cuchichear.
Esto es una locura, Alex me mira sin entender nada, su rostro refleja el desconcierto, peor aún, el odio que al verme está sintiendo, no entiendo el porqué.
A medida que nos acercamos me doy cuenta que no puedo seguir, que debo irme, miró a mi alrededor todos los invitados de Alex no paran de hablar y mi familia están emocionados, ajenos a lo que estoy viviendo. Dejo de caminar en el medio del pasillo, todos se quedan en silencio, me miran expectante a lo que haré.
-¿Qué pasa Sofi? -Me pregunta mi papá respondo en un susurro, sin dejar de mirar a ese hombre que es idéntico a Alex pero que no lo es, debe ser un hermano gemelo, eso debe ser.
-No es Alex. -Miro a los costados buscándolo pero no lo encuentro.
-¿Qué dices? hija ahí está, frente nuestro, lo estoy viendo.
-No... -Miro a mi papá, lo veo consternado, -No es Alex.
-Sofía, por Dios confía en mí, ese hombre que está frente a nosotros es tu novio, tu futuro marido. -Me habla con la misma dulzura que cuando intentaba explicarme que debajo de la cama no había ningún monstruo, como mis hermanos me hacían creer.
-Papá...
-Hija el médico dijo que los nervios puede ocasionar este tipo de cosas en tu cabeza. -Entiendo todo lo que me dice mi papá pero no es una mala jugada de mi cabeza, estoy segura de eso, además mi instinto me dice que salga huyendo ahora entiendo las alarmas que sonaban cuando estaba en compañía de Alex, comienzo a mirar a mi costado y veo como la gente empieza a murmurar nuevamente pero esta vez también mi familia. Y eso no es bueno, regreso mi mirada hacia Alex, veo que él hace lo mismo, al final de su recorrido nos miramos, y sin decir nada comienza a caminar hacia mí, el hombre que está a su lado intenta frenarlo pero con un ademán se libera del agarre.
Viene hacia mí, a medida que se acerca veo a un hombre muy enojado, más que eso, está furioso y me da miedo sobre todo por como me mira. Doy un paso atrás sin darme cuenta, soy inconsciente de dicha acción hasta que mi padre me sujeta el brazo y me dice.
-Tranquila solo Alex viene por lo que nos detuvimos. -Yo lo miro y veo en su mirada tranquilidad.
Alex o como se llame llega hasta nosotros, no dice nada solo me mira, espera algo de mi, quiere que diga algo lo sé, pero ¿qué puedo decir? si no entiendo lo que está sucediendo.
-Hijo... Alex... -Mi papá intenta llamar su atención sin éxito, él no deja de mirarme.
-Papá él no es Alex. -Dije con firmeza, no sé si fue la afirmación o la seguridad con lo que dije, pero algo llamó su atención.
-Hija ya hemos hablado de esto, él es Alex. -Dice mi papá, el hombre que está frente a nosotros lo mira y sin decir nada me toma de la mano y comienza a caminar hacia donde está el juez esperando, dejando a mi padre en el medio del pasillo, se detiene al oír el pedido de mi papá.
-Alex prometiste cuidarla.
Alex se da vuelta, mira a mi papá y asiente. Luego me mira dice.
-Vamos que el juez nos espera. -Continúa caminando, obligándome a seguir su ritmo, parece que es perseguido por alguien en lugar de entrar a su boda.
-¿Qué haces?
-Nos casaremos.
-No estarás hablando en serio, ¿verdad? -Optuve como respuesta una mirada fría. -No puedes hacerlo.
-Después hablaremos.
Cuando llegamos ante el juez la mujer, que hace unos minutos estaba hablando con él y el otro hombre, se acerca y le dice en susurro.
-¿Estas seguro lo que vas hacer? -La mira y responde.
-Si, es lo que tengo que hacer. -Mira al juez dice entre dientes. -Comience. -Yo lo miro y no veo nada de aquel Alex, de hace unos días, así como son dos gotas de agua físicamente, sus personalidades son totalmente diferentes, este hombre que tengo a mi lado es serio, sus gestos son duros, me da miedo. Me saca de mis pensamientos un intenso dolor en mi mano, miro y la tiene sujeta con fuerza, levanto la cabeza.
-Presta atención. -Me dice en un susurro para que solo yo lo escuche.
-No seas bruto, me duele.
-El juez te hizo una pregunta. -Miro al juez y lo veo esperando una respuesta, yo no sé que me preguntó ni mucho menos qué debo responder. Me vuelve apretar la mano, lo miro, él me dirige una mirada asesina. -Responde.
-¿Pero qué debo responder? -Digo en un susurro.
El juez vuelve hacer la pregunta.
-¿Acepta como esposo al señor Alexandro Cruz Solis? -Y ahí la escuché, claro ¿qué otra pregunta iba ser que si acepto a este idiota como marido? Es mi oportunidad de terminar con todo esto.
-No se te ocurra negarte. -Me advierte como si me hubiera leído el pensamiento. Y respondí.
-Si, acepto. -Lo que no estoy segura es qué es lo que realmente acepté. Sé que acepto un matrimonio con un desconocido, me encuentro peor que antes porque el otro al menos lo conocía de los numerosos desayunos o de los almuerzos o cenas que le serví y las que compartimos, pero a este hombre no lo conozco de nada y surgió los sentimientos de dudas, incertidumbre, angustia, ansiedad de no saber qué me repara en este matrimonio, al mirarlo, la primera pregunta que me surgió fue ¿con quién me casé? Y la única respuesta que obtuve fue una mirada fría de su parte y una orden.
-Sonrie.
-¿Así? -Digo esforzando una sonrisa. No obtuve respuesta de su parte.
Luego que el juez dijera.
-Los declaro marido y mujer. -Alex me gira quedó frente a él, espero que no se atreva a besarme porque aquí se arma, debe poder leer mis pensamientos porque me dio el beso en la frente. Se separa y dice.
-El día que te bese será porque tú lo has rogado.
-No te lo pediría ni aunque de eso dependa mi vida. -Respondí, nos quedamos retandonos con la mirada hasta que nuestra familia se acercaron comenzaron a felicitarnos, y se supone que la familia es la que mejor nos conocen pero no han advertido nada de lo que realmente sucede.
Mientras me saludan intento llegar hasta mi hermano para contarle lo que está sucediendo. Tuve que saludar un sin fin de personas que no conozco antes de llegar hasta donde está Lucas, cuando lo logré, tomo el brazo de mi hermano y lo alejo un poco del grupo de parientes.
-Lucas debes ayudarme. -Le digo desesperada.
-Sofi tranquilízate.
-¿Cómo quieres que me tranquilice si me acabo de casar con un desconocido.
-Ya lo hablamos...
-Ese hombre no es Alex, o al menos no el que conocimos.
-¿Pero qué dices?
-Ese hombre quién me obligó a casarme no es Alex.
-Sofía lo estoy viendo es él, ese hombre es quien estuvo en la clínica.
-Que te estoy diciendo que no es Alex, ¿es qué no lo ves? que su mirada...
-Sofi son los nervios que te hacen ver cosas que no son. Tranquila chiquitina, ven dame un abrazo para felicitarte. -Lo abracé, dejé de insistir porque me dí cuenta que nada podía lograr, de seguro mi papá debe haber hablado con él para advertirle mi reacción cuando ví a ese hombre. Entiendo que mi familia no note la diferencia pero no entiendo por qué nadie de su familia advirtió que yo no soy la novia que debía estar, de algo estoy segura es que él esperaba una mujer que no soy yo, no logro entender lo que está sucediendo.
Alex o cómo se llame vino hasta mi para ir al jardín donde hay una carpa gigante, ahí se celebró la fiesta.
Nos sentamos en la mesa principal.
-Tenemos que hablar, hay un mal entendido... -Digo tratando de que entre en razón.
-¿No me digas? -Me responde con sarcasmo.
-Por favor...
-Después hablaremos ahora simula que disfrutas de la fiesta.
-¿Cómo quieres...?
-Hazlo y punto.
-¿Pero qué te has creído? Haber si nos vamos entendiendo a mí no me hablas así, ¿entendido?
Se queda mirándome muy sorprendido, parece que no está acostumbrado a que le paren el carro pero no sabe quién soy yo.
La fiesta duró poco, él no se aparta de mi es como si me estuviera vigilando. Esa pareja que intentaron frenar esta locura no deja de observarnos pero no se acercan es mas solo habla con otra pareja. Luego no puedo identificar quién es quien en su familia, no me presenta a nadie solo estamos con mi familia.
Cuando mi familia se fueron, fui a despedirlos, me acompañó "mi marido", al verlos irse tan felices porque al fin me casé y con un hombre honesto y trabajador, según la opinión de mi papá.
Me quedo viendo el portón que se cierra una vez que salió el último vehículo, con Alex o quien sea él me sujeta del brazo, subimos las escaleras y me llevó a una habitación, al entrar cerró la puerta y se queda apoyando la frente en ella, unos minutos hasta que se gira y me dice.
-¿Quién eres?
-Yo Sofía, ¿y tú?
-¿Dónde estás Mía?
-¿Quién?
-Mía...
-No sé quién es...
-¡Mía, mi novia, mi prometida, la mujer con quién me iba a casar!
-No sé, pero dime dónde está Alex Cruz...
-¡Yo soy Alex Cruz Solís! -Levanta la voz.
-No me levantes la voz, y tú no eres Alex, tu no debería estar aquí...
-Quien no deberías estar aquí eres tú porque claramente no eres Mía.
-Yo me iba a casa con Alex...
-¡¿Dónde está Mía?! -Me gritó furioso. Y eso no lo voy a permitir. Me paré frente a él y le digo.
-Punto uno, no me vuelvas a grites porque estoy cerca de ti, y te puedo oir perfectamente. -Le dije levantando el dedo índice. -Punto dos, no sé quién es Mía ni dónde está, a ver si lo vas entendiendo, de una maldita vez -Levanto el segundo dedo. -Y punto tres me voy de aquí. -Dije esquivandolo, al llegar a la puerta me sujeta del brazo.
-Que manías tienes con sujetarme del brazo, por si no te enteras el brazo es mío y lo quiero tal y como traigo.
-¿Se puede saber adónde vas? -Hace caso omiso a lo que le digo.
-¿Es que no es evidente? Pues lejos de ti.
-Tú no te vas.
-¿Por qué?
-Porque te lo digo yo. -Respiro varías veces para calmarme, debo comprender que ambos estamos alterados y no entendemos nada, porque es claro que él no me esperaba a mi como yo no a él.
Pasaron unos segundos cuando digo, tranquila, eligiendo las palabras más apropiadas para lograr hacerme entender con él.
-Quiero saber qué pasó. Porque es obvio que tú no me esperabas a mi ni yo a tí. -Sigue sin escucharme.
-Te lo voy a preguntar una vez más ¿dónde está Mía? -Vuelve con su cantaleta, no sé puede hablar con este hombre.
-¡No sé, pregúntaselo a ella! -Le respondo exasperada.
Sin decirme nada se fue dejándome sola. Esperé unos minutos por si regresa, como lo hace abrí la puerta, no lo ví por ningún lado, salí de la habitación sin que nadie me viera me fuí hasta la salida, hay una garita donde están dos guardias, sin mirarlo pasé caminando rápido, una vez que estoy fuera de ese lugar, comienzo a correr es difícil con un vestido estrecho y con zapatos de taco agujas, así que decidí hacerle seña a todos los taxis que pasan pero ninguno se detienen. Sigo caminando hasta llegar a la avenida principal cuando un taxi se detiene, le indico la dirección del departamento donde vive Alex, acelera y yo intento entender ¿qué está sucediendo? Este hombre dice ser Alex, el juez lo ha llamado así pero si él es Alex, ¿quién fue el que me propuso matrimonio? ¿quién estuvo en la clínica? Y lo más importante ¿para qué este engaño?
-Señorita hemos llegado. -Me saca de mis pensamientos el taxista.
-¿Me puede esperar aquí? habló con... mi novio y luego seguimos el camino.
-Está bien señorita, mientras pagué.
-No sé haga problema por eso. -Me bajo del auto, al entrar al edificio, veo que el portero no está así, me dirijo al ascensor, se cierran las puertas y en el espejo veo mi reflejo, mi apariencia es cualquier cosa menos la de una mujer que se acaba de casar, le doy la espalda, cuando suena el timbre y se abre la puerta voy directo al departamento y me encuentro que está abierta, entro llamandolo.




¿Con Quién Me Casé?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora