Treinta y seis.
Kahiden.
Estoy frustrada, retrasada y tengo una jodida misión que no estoy segura de hacer.
—Si no estás segura no los mandes. — Kahided se encoje de hombros mientras agarra frutas con el tenedor.
—No es el hecho de sentirme segura o no, la misión se tiene que completar lo antes posible. — le reprocho molesta.
El gas está a la perfección, el antídoto está a la perfección, las máscaras y los trajes igual, las dos últimas cosas ya están escondidas por el polisón que tenemos a nuestro favor en la zona roja, todos los chicos están de un 80% a un 95% de preparación listos para todo, el día de mañana le daremos la preparación psicológica ya que la de ayer y la de hoy fue física. Malle cada que hace algo me enorgullece más y más, es asombroso que el ultimo sujeto de prueba nos allá salido mejor que los que le pusimos tanto empeño.
— ¿No me vas a dar una parte del elemento químico? ¿Ni del antídoto del gas? — pregunta Kahided.
—No.
— ¿Ni siquiera que vas a enseñar el virus?
— ¡No! — la miro molesta.
—No entiendo tu desconfianza ¿sabes? — se acerca sentándose enfrente de mi mientras yo observo por el microscopio. — tantos años trabajando juntos, si quisiera traicionarte ya lo fuera echo.
—No se trata de que me traiciones. — levanto mi cabeza y enarco una ceja mirándola antes de cambiar la muestra del microscopio. — esto es mío, ni tu ni nadie lo vera porque es peligroso y si cae en las manos de gente equivocada lamentaremos haberlo creado.
Kahided está a punto de contradecirme pero la interrumpo.
—Sí, tus manos también forman parte del grupo que denomino manos equivocadas. — me encuentro con microorganismos en la nueva muestra. — careces de problemas con tener el poder, de orgullo y egocentrismo. El elemento te podría dar poder ante todos y eso alimentaria tu sed por el poder que siempre has querido tener.
—El que tendré. — me corrige.
—Nunca podre confiar en ti un cien por ciento. — ni tampoco la dejare de detestar ni de odiar pero a fin de cuentas su ayuda ha sido de parte importante en este proceso.
Se levanta sin emitir ni una palabra más y sale de la sala de investigaciones micro orgánicas.
Duro una hora más observando los organismos que me interesan, desechos los que no me gustan o los que no me hacen falta y los ordeno por nombre en los pequeños envases.
— ¿Qué haces aquí? —me pregunta Efrahyn acercándose.
—Organizando, ya estoy a punto de terminar. — sigo en lo mío.
—Mira la hora que es amor. — reparte besos húmedos por mi cuello. — ¿Qué tal si nos vamos a relajar un rato en la habitación? Tenemos tiempo sin darnos amor.
—Me agrada la idea. — sonrió. — déjame terminar aquí para no dejar un desorden.
Me ayuda a organizar los envases y poner todo lo que estaba usando en su lugar. Salimos de la sala subiendo a la planta más cerca de la superficie, nuestra habitación se cierne enfrente de mí, amplia, de paredes blancas y una enorme cama que se me hace divina a simple vista ya que no duermo bien hace días. Exceptuando los dos días de vacaciones, pero no me basto. Efrahyn cierra la puerta a mi espalda y se viene hacia mí agarrando el borde de mi camisa alzándolas por mis brazos hasta despojarse de ella.
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Las Verdades Detrás de las Mentirás✔ [En Edición]
Novela JuvenilMi vida nunca fue perfecta, pero cuando llegó él... Lo hizo todo mejor, me enamoré de él con toda mi alma, pero en mi vida invaden muchas verdades escondidas detrás de mentiras. Y él, no es la excepción. Todos dicen que el agua esta en calma hasta...