[XXIII] Despedida.

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Veintitrés.

Sábado 9:26am.
Malle.

—Ya va. — Se me atora la saliva al hablar. — hay millones de niñas más chicas, que le encantaría un hogar, no estoy diciendo que yo no lo quiera, pero a ellas le hacen más falta que a mí.

Es que no quiero, es mi último año, y no quiero dejar a mis amigos y al chico que amo atrás, cuando ya estoy a punto de salir y tomar mi vida con mis propias manos, no siento esto como una adopción normal, siento como si me tuvieran poniendo unas esposas, porque ellos serán mis "padres" y eso no me apetece. Después de tanto tiempo ya no quiero esto.

—Malle, escúchanos. — Habla la señora Brown y de inmediato volteo a ver a la directora.

—Tenía que darle la información real acerca de ti. — Respondo tranquila.

— Eres una chica inteligente, capaz, hermosa, con mucho por dar y nosotros tenemos mucho para ofrecerte, — sigue— lamentablemente mi cuerpo no está capacitado para reproducirme, pero mi sueño siempre fue tener una familia numerosa, yo quiero que te unas a nosotros.

—Necesito espacio. — Es lo único que alcanzó a decir antes de salir azotando la puerta y corriendo a mi habitación.

Ninguna de las chicas está, así que me vuelvo una bolita en mi cama llorando, es que me gusta tener todo bajo control, y esto desequilibra mi vida, ya yo tenía todo planeado, y resulta que ahora me tengo que alejar de los que quiero.

Sábado, 9:40am.
Víctor.

Cada día que estoy aquí me hace dejar todo a un lado y largarme de una vez por todas, pero no puedo, Diana me lo impide.

—Víctor Cáceres. — me llaman por los monitores.

Odio este puto apellido de mierda.

—Por favor, acercarse a la dirección.

Cada que me despierto me pongo más irritable, lo peor es que siento que actuó todo el tiempo como que si este lugar me importara. Me visto y me dirijo a la dirección, cierro la puerta antes de entrar encontrándome con el director en su puesto y una pareja de casados delante del escritorio.

—Buenos días Víctor.

—Buenos días, ¿Para qué me mando a llamar?

—Ellos son el señor y la señora Brown, y vinieron a adoptarte.

— ¿Y si no quiero irme con ellos? — Pregunto.

La cara del Señor Brown se le pone roja mientras aprieta la mandíbula y los puños gracias a mi pregunta.

—Desde que llegaste creo que estás en el lugar equivocado, — me dice el director. — Si te opones vas para la correccional, si te escapas vas para la correccional, donde deberías de estar hace mucho.

El director me odia, y lo que no sabe es que siempre se puede odiar un poco más.

—Y si estuve allí, pero a mí nadie me detiene, yo hago lo que se me dé la puta gana.

—Víctor, escúchanos. — Me dice la señora.

— ¿Diana se va con nosotros? —Les pregunto asegurándome de que sea así.

—Si cariño. — me responde la mujer.

Salgo sin despedirme, sin decir nada, y siento unos pasos atrás.

— ¿Qué mierda te pasa?

—Esta mierda me tiene harto, ya no soporto esto.

—Reacciona y déjate de mariconadas. – Guzmán me agarra de la camisa estrellando me contra la pared. —Te lo voy a decir una sola vez y espero que te quede claro adolecente de mierda. Si llegas a joder esto, te juro que no respiras más en este miserable mundo.

Las Verdades Detrás de las Mentirás✔ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora