Prólogo

61 3 0
                                    


No estoy entendiendo nada.

Simplemente me han mentido.

Todo ha sido una farsa.

Mi vida...
Mis amistades...
Mi Familia...

Cada vez que pienso que hasta allí son las mentiras aparecen verdades detrás de ellas, confirmándome que fui creada y tallada a su manera.

Estoy sentada frente a una pared muy blanca, y escucho su voz...

—Déjate llevar, actúa con normalidad antes las pruebas que se te presentaran.

Dice eso, una y otra vez, no entiendo, y aunque me dice que actúe con normalidad antes las supuestas pruebas, no pasa nada.

Lo primero que recuerdo es su voz, cuando era pequeña, recuerdo cada cosa que me dice, como que, si estuviera profundizándome en un recuerdo tras otro, pero solo unos recuerdos con su voz.

—Indaga en tú mente, tienes que recordar, concéntrate.

Su voz, me llena de familiaridad y alegría.

Antes de entrar a este cuarto vacío, con cuatro paredes muy blancas, hicieron que respirara un gas, no tengo ni idea de para qué es, pero creo que me han drogado, cada vez siento mi cuerpo más liviano, mis párpados adormecidos, mi mente dando vueltas.

Empiezo a sentir un dolor muy agudo y punzante en mi cabeza.

— ¡Aaaah! duele — digo casi gritando, porque me desespera el dolor.

—No te resistas al dolor, utilízalo como puente a tus recuerdos, esa es la meta con todo esto.

No puedo, duele mucho, mis ojos comienzan a doler, parpadeo varias veces, pero llega un punto y ya no los puedo abrir, duele, pongo mis manos a los lados de mi cabeza y me inclinó ligeramente hacia mis piernas.

—Maldición, déjenme, no, no quiero, no puedo soportarlo.

—El resto de tú vida has intentado recordar, y los que te han ayudado no han podido, ¿por qué? Porqué yo fui quien te los reprimió en esa pequeña cabeza y solo yo sé cómo hacer para que recuerdes, por ti misma o por mis métodos.

Y de nuevo, otra verdad sale a relucir.

Hasta cuándo será que digan la verdad y no sigan escondiéndolas detrás de las mentiras.

Y ahí, justo cuando él acaba de mencionar la última palabra, ciento un pinchazo en la parte superior de mi cabeza, grito, es abrumante, y uno tras otro recuerdo, va muy rápido, no me da tiempo, y caigo en uno especificó...

¿Aceptas esconder las verdades detrás de las mentiras?

— ¡Sí! pero prométeme que después me contaras todo — La firmeza en mi voz es demandante, a pesar de que soy solo una niña.

No hace falta, yo mismo haré que tú lo recuerdes todo.

Trato hecho yo me lanzo a sus brazos para abrazarlo.

— ¿Lista?

Son mis aliados, no mis enemigos.

No lo olvides mi pequeña.

No fueron ellos, yo acepte... 

Las Verdades Detrás de las Mentirás✔ [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora