No haré nada más, lo juro, me volví loca en un segundo. Quiero salir, vivir y fingir que soy yo y sólo yo. Déjenme salir. ―solloza Ostier llorando en la oscuridad, es una voz más y necesita presencia en el mundo normal.
—Lo harás. Pero con una condición. ―dice Evangeline frente al espejo del baño, la han soltado y le han dado permiso para estar sola tras un breve diagnóstico de que es coherente.
¿Qué condición?
—Contar con detalle lo que vivimos con John.
Evangeline se siente liviana ante el silencio de la cabeza, no hay respuesta ni ruido, desapareció su voz y ya no siente su presencia.
—Sé que me escuchas, Ostier, es la única manera para convivir nosotras mismas, es una de las mejores maneras para ser normales, necesitamos estar seguras... Él volverá en vacaciones decembrina como lo hizo mucho tiempo, tal vez ha abusado de otras niñas que no han podido hablar... Y te hablo a ti también, Spooky. —su voz se rompe ante el espejo, las vuelve a sentir.
—No nos puedes hacer eso. —le roba el cuerpo Spooky cambiando su rostro drásticamente.
— ¿Hacer qué, Spooky?
—Chantajearnos con o-otras niñas. —eso toca su duro corazón. Otra inocente niña que pudo haber pasado por lo que ellas pasaron las ponen nerviosas y horrorizadas. —Es injusto, nos estás poniendo en una horrorosa situación, Evangeline. ¿Quieres que lo mate? ¡Soy fuerte ahora! ¡Ahora puedo romperle el cuello!
— ¿Eso crees? ¡¿No recuerdas la última vez que lo vimos?! Igual de fuerte, pero cuando puso su mano en nuestro cabello nos domó completamente, nos puso de rodillas y nos calló con la mirada. —un silencio doloroso queda al aire y sus ojos se ponen cristalinos. — No le rompiste el cuello, no hablaste, no hiciste nada, te ocultaste a llorar como nosotras, pero ella... ella estaba en trance, sin saber qué pasaba con su vida, a la mañana siguiente se sentaba como si nada a desayunar con él. Háganlo por ella. Por justicia.
Spooky aprieta las manos y camina lentamente a la pared más cercana para recargarse, se desliza hasta el suelo y tiene una disputa con su razón y su terquedad, de la nada una alta risa brota de ella, haciendo eco en el baño, nada tiene gracia, pero sólo una risa contagiosa brotó de su boca, entre nervios y dolor. Es sustituido rápidamente por un llanto desde lo más profundo de su ser.
—E-está bien-n. —termina aceptando tapando su rostro para llorar un poco más.
Si esto no sale bien, ¿qué vamos a hacer? —pregunta Ostier preocupada.
—Quedarnos aquí, chicas, no volver a salir de este maldito psiquiátrico hasta que ese maldito esté en un cajón. —susurra con un nudo en la garganta.
(—)
La habitación donde Éster está descansando comienza a crearse una nube oscura, la cama parece subir hasta el techo donde la nube brumosa le toca pintándole el cuerpo, su místico cuerpo. Completamente negro, como una pieza de carbón cual brilla por su prolijo color.
Dentro de su descanso comienza a proceder las imágenes, más que una película vuelve en el pasado como espectadora.
"Ëster, por favor no... regresa, sigue tocando. —le dice desesperada a su yo del pasado, ahora ella es la voz en su cabeza, pareciese un viaje en el tiempo donde descubre que nunca hubo voces y siempre fue ella, pero no. Es su pasado que no recuerda. Sus padres no le abrieron la puerta, el monstruo está en su cama sentado esperando que vuelva.
La pequeña se cansa de tocar y golpear con la palma de las manos la puerta para despertar a sus progenitores, rendida con las manos rojas tornándose moradas pone la frente en la puerta sollozando.
—Mamá... Papá... —solloza con su voz infantil, se desliza por la puerta hasta el piso, se abraza las piernas llorando. Le duele todo, la entrepierna hasta la mandíbula, sabe qué pasará cuando se vaya a su cama y sabe qué pasará si no va. Se levanta y con el cuerpo temblando camina hasta su habitación, Éster siente un nudo en la garganta, quiere que ella misma no avance, no recuerda este suceso, pero sabe que no hay oportunidad para cambiar lo que pasará.
Te lo ruego, Éster, regresa a la puerta, te lo ruego. —pide la Éster del presente, la pequeña se queda parada en medio del pasillo, baja la mirada hasta los pies en medio de los gritos y protestas de su yo del futuro, Éster se queda callada al ver sus pequeños pies, no puede sentirse ahí, no puede verla como ella, y es como si le pusieran unos botones para elegir quién toma el control, pero no, el cuerpo se queda estático con la mirada sobre sus pies, ahí nota cómo se desconecta.
Es una niña, no puede pensar sin el miedo, es un bebé que sufrirá mucho dolor y la destruirá más de lo que su cuerpo podría resistir; intenta mover la mano, un hormigueo recorre las extremidades que intenta movilizar, empieza a sentirse en un cuerpo, un sentimiento raro, como si nunca hubiese habitado uno.
Con pavor, pero como un sacrificio mueve sus extremidades para avanzar hasta su habitación, la cual está oscura e iluminada por la luna, ve a su primo John con una cámara colgando de su mano, acostado jugando con su cabello, esperando a la pequeña.
—Te dije que no fueras, mis tíos nunca te escuchan, estás loca. —le susurra con maldad. —Y si ellos llegasen a saber... los mataría a todos. —susurra haciendo llorar a la menor, se levanta para tomarla de los hombros y moverla fuera del marco de la puerta y cerrar con seguro.
Éster piensa en cómo no pudo recordar eso, maldiciéndose, sin darse cuenta que ella es todas sus personalidades. Ella es Spooky, Evangeline, Ostier, ellas siempre han sido ella."
Una fuerte exhalación la trae devuelta a su cuerpo, sentada en el sofá de una sala de visitas con su mamá, papá, amigos y su psiquiatra a sus costados, sus personalidades estaban empezando a hablar, pedido que sus nuevos confidentes le acompañaran para hacerlas sentir normal. Vivió tantos recuerdos en un tiempo congelado tras esa puerta roja que no había opción que invertir los papeles hasta que salió de un bucle de dolor.
— ¿Ma-má? —pregunta extrañada al ver a su progenitora frente a ella en un círculo, se siente perdida. Se suelta llorando sintiéndose a salvo, pero desconcertada.
— ¿Éster? ¿Estás con nosotros? —pregunta la doctora Taina al darse cuenta que tras la desconexión una actitud conocida se presentó en los ojos de la chica.
— ¿Q-qué hacemos? —pregunta entre llantos, su padre la abraza fuertemente tratando de darle seguridad.
—Están dando un testimonio. —dice tranquilamente Taina. Apunta a la cámara que está grabando.
Éster no duda en preguntar: ¿Él está aquí?
A lo que le contestan. —Lo han localizado, viene en camino. —eso le hace revolver el estómago, aprieta sus manos, una está sujetando a Remington, otra a su padre.
Mientras, John viene en un vuelo para ver a sus padres, con la excusa de que se han enfermado gravemente, sin esperar que sus mismos padres y una orden de policías lo esperan en el aeropuerto.
* * *
Hace tiempo no publicaba nada, escribía novelas que ni siquiera están publicadas, esta novela tenía pocos lectores, pero era más un proyecto personal que empecé cuando estaba mal y en una subida de emociones la dejé, espero la pueda retomar rápido y terminar para promocionar.
All love Evaxoxox
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Caught In My Own Body; Emerson Barrett & Remington Leith
FanfictionDepresión, ansiedad, trastorno de personalidad y esquizofrenia. No puede haber más complicaciones que esas en una adolescente separada del mundo. Escondida en las sombras volviéndose loca, tres voces que tienen sus propios comentarios y sus distin...