"capítulo trece"

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Capítulo 13.

[NARRA OMNISCIENTE]

La doctora Bowie da grandes zancadas hasta el área médica del hospital, necesita ver a su paciente sin medicación, necesita escarbar en el pasado de las voces en su cabeza.

Al llegar ve a René con esos ojos saltones preocupados hablando con el par de enfermeros que la iban a cuidar, rápido la preocupa y se acerca corriendo.

―Discúlpeme, doctora Bowie, descuidé un momento a Éster y huyó, acabo de darme cuenta de que ella no está, estoy diciéndole a Patrick y Hoztier. ―habla con pena la muchacha de piel oscura.

― ¿Huyó? ¿Cómo es posible? ¡Búsquenla! Es peligrosa sin medicación. ―dice con apuro la doctora.

―Atendí a Jackeline durante veinte minutos y no la encontré, le administré mal los sedantes al parecer. ―musita con preocupación mientras se talla las manos.

―Está bien, búsquenla y llévenla a mi consultorio, si no quiere poner de su parte no importa, a toda costa la necesitamos bajo revisión constante. ―dice para darse la vuelta e ir a su consultorio de nuevo a acomodar el lugar para recibir a la niña.

El par sale a paso rápido a buscar a la chica, mientras ella está en pacíficamente sentada en la habitación del par, las voces ya no participan porque ellas están al tanto de la atracción del trío, de la amistad como del atrevimiento que hay.

La plática que mantienen es normal, divertida y le están haciendo pasar un buen rato a la chica, pero la curiosidad los está comiendo, pero no quieren alterarla al preguntarle qué fue lo que pasó en la habitación la noche anterior.

―No quiero alterarte, pero quiero saber qué pasó ayer. ¿Fue mi culpa? ―pregunta Remington seriamente, siente un vacío en el estómago de repente, como si la preocupación de que dijera que sí le escarbara las entrañas.

Torciendo la boca iba a contestar, pero la puerta se abre de en par en par, Patrick y Hoztier entran con René por detrás.

―Cariño, te estábamos buscando. ―habla suavemente la chica de color, esta traga duro enderezándose en la cama.

―Pe-pero estoy bien, señorita. ―musita temblorosa, ve con atención la entrada donde están parados, los nervios comienzan a formular alucinaciones que alimentan su esquizofrenia, ve cómo unas manos de piel gris se posan en la cama proviniendo debajo de ella, levanta los pies asustada de las manos que palpan las blancas cobijas, trata de no decir nada al respecto porque no tiene la cabeza en su lugar.

­­―Éster, necesitamos analizarte, la doctora Bowie nos pidió que te lleváramos con ella. ―musita René tratándole con ese tono dulce.

Ella me cae bien, es muy atenta.

Lo es, pero nos querrá a todas para indagar en el tema. Una mierda que quiera enterarse por lo que sufrimos, NO.

Nos podrá ayudar, lo podrán agarrar.

No, sólo buscan callarnos, callar lo que pasa por nuestra cabeza y lo que le pasa a Éster, quieren que pare con su loquera porque tienen miedo de ella, no me lo nieguen porque si no, no hubiéramos venido desde un principio, seguiríamos ocultas en las sombras viviendo de noche día a día, buscan meternos de nuevo en esa cajita en la parte trasera de tu cabeza, escucharnos simplemente, nosotras mismas dopadas, tú dopada. Nunca podrán callarnos dejándonos hablar de nuestros problemas. Estamos trastornadas y simplemente estamos en un punto sin retorno.

Por favor, aunque seamos un experimento podremos probar si todo fuera mejor hablándolo con alguien más, calmando ese querer hablar con alguien que no seamos nosotras mismas, poder ser tomada en cuenta.

Caught In My Own Body;  Emerson Barrett & Remington LeithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora