"capítulo seis"

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Abro mis ojos lentamente acostumbrándome a la luz, frunzo mi ceño al estar acostada en la cama y eso incrementa mi miedo a que todo haya sido una alucinación, veo en la habitación y veo mi reproductor con los audífonos enrollados en mi tocador junto un papelito.

"Iré a desayunar, nos vemos luego. Remington"

Suspiro con alivio.

Existe.

Veo el reloj y este marcan las diez, con el estómago gruñendo me levanto de la cama, me doy un rápido baño y me pongo un pantalón suave elástico y una blusa delgada de poliéster.

Sacudo mi pelo antes de salir y agarro mi cuadernillo y una cajita delgada y pequeña donde vienen unos lápices, un bolígrafo, un sacapuntas junto un borrador, abro la puerta y sin ver doy un paso adelante, pero me doy de frente con Emerson.

― ¡Eh! ―musita riendo suavemente, le sonrío.

―Hola, Emerson. ¿Qué tal? ―saludo cerrando tras de mí, hablamos un poco mientras me dirijo a la cafetería, pero tengo qué devolverme por la tarjeta de la comida, Remington se encuentra en la sala de estar hablando con un hombre de la tercera edad quien tiene una mirada muy tranquila, habla fluidamente mientras apunta a la ventana. Eso es muy tierno.

Emerson trae un libro de pasta dura y sin nombre en manos, me llama la atención ya que lo único que tiene es un símbolo cual nunca he visto antes, lo mueve de un lado a otro y lo hojea sin darse cuenta de que lo hace.

― ¿Qué es eso? ―pregunto interesada e inclinándome un poco a él para verlo mejor, baja la mirada a mí, sus mejilla se coloran y luego niega sin saber qué decirme.

―Una libreta con cosas. ―dice simplemente, ve mis manos que también cargan un cuadernillo de pasta dura, pero no parece libro. Tiene una portada llena de flores y en el centro un ojo de color azul. Me hace una seña preguntando lo mismo que yo.

―Un cuadernillo donde dibujo o escribo. ―musito suave, sonríe satisfecho ante mi gusto, lo toma de mis manos sin preguntar y con la mirada me pide permiso de abrirlo. ―Desde el color rosa sólo puedes ver. ―el cuaderno está dividido a la mitad por las orillas que se ven de colores, la otra mitad es azul, es donde escribo o dibujo cosas con significado, tristeza, desesperación, dolor, entre otros sentimientos que sólo puedo expresar en papel. Lo rosa son cosas felices o dibujos inspirados de varias cosas, no mucho con sentido, pero en lo que cabe, con un significado vacío.

Veo a todas partes viendo a los pacientes quienes la mayoría son de la tercera edad jugando con damas chinas, ajedrez, leyendo o viendo la televisión, presto atención a sus actitudes, algunos parecen enfermos caminando lentamente con la mirada perdida o acompañados por alguna enfermera o en silla de ruedas. Es triste porque más de uno se ve así, se ve solo.

Creo que ese es uno de mis mayores miedos, que me dejen sola porque ya no quieren lidiar conmigo, por un bien propio, mi mayor miedo es el abandono, más que haya sido provocado por mí misma, siempre estoy sola, me gusta estarlo en diferentes situaciones, pero lo que no me gusta es estarlo emocionalmente. Al menos mi padre estaba presente de una manera y de vez en cuando me decía que me quería y eso me daba ganas de continuar, tenía en cuenta que él estaba intentando lidiar con el dolor de su última hija loca y encerrada en una burbuja de cristal que cada vez que lograba salir la rompía lastimando a todos e incluso a ella misma.

Vuelvo mi mirada a Emerson quien me halaga por mis dibujos, me muestra un retrato de un payaso triste que dibujé hace un año y medio otras cuando investigaba de ellos, atrás de la hoja dice:

Muerto está por dentro y en su verdadero rostro una sonrisa triste yace, la pintura en todo su rostro engaña a la gente y les muestran la felicidad que puede dar si le pones atención.

Caught In My Own Body;  Emerson Barrett & Remington LeithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora